Enseñar
a poner el corazón en cada acción que nos lleve a compartir con los demás.
Por: Francisco Cardona | Fuente: Catholic.net
DEFINICIÓN
La generosidad es la virtud que nos conduce a dar y darnos a los demás de una
manera habitual, firme y decidida, buscando su bien y poniendo a su servicio lo
mejor de nosotros mismos, tanto bienes materiales como cualidades y talentos.
La solidaridad es una determinación firme y perseverante de empeñarse por el
bien común; no es un sentimiento superficial por los males de tantas personas
cercanas o lejanas, sino una actitud definida y clara de procurar el bien de
todos y cada uno.
META
Formarnos en la generosidad, el desprendimiento y en el dar lo mejor de sí,
contrarrestando los efectos del egoísmo. Salir de sí mismos y experimentar la
felicidad que proporciona el donarse a los demás y vivir el valor del servicio,
que implica una participación y solidaridad profunda con el otro.
Sentir la felicidad de los demás como propia, porque esto nos hará más felices
en la vida porque compartiremos no sólo los propios éxitos y logros sino los de
los demás.
Sólo se podrá ser realmente feliz haciendo felices a los demás, preocupándonos
por los otros aún si nosotros mismos nos encontramos en el sufrimiento. Y como
fruto de esta comprensión y convencimiento, nos comprometemos con los demás,
viviendo la generosidad y la solidaridad
Somos responsables de la felicidad de los demás, que lo que hagamos o dejemos
de hacer siempre tendrá repercusiones positivas o negativas en los que nos
rodean, y como fruto de este convencimiento debemos optar por participar
buscando siempre el bien común.
¿POR QUÉ NOS INTERESA
FOMENTAR LA VIRTUD DE LA GENEROSIDAD?
- Porque experimentaremos que hay más alegría en dar que en recibir, y podremos
optar por una vida de generosidad que nos brindará una mayor felicidad y
realización personal.
- Porque asumiremos que también somos
-Porque descubriremos que el valor de la persona no se
mide por la cantidad que da sino por la alegría y la generosidad que manifiesta
en sus detalles. La manera de dar vale más que lo que se da. Y así
seremos capaces de ver a las personas no en función de lo que tienen sino de lo
que son.
- Porque aprenderemos que ser generosos es saber dar,
acompañando lo que damos con ternura, afecto y alegría. Que se debe
poner el corazón en cada acción que nos lleve a compartir y viviremos la
verdadera generosidad en nuestra relación con todas las personas.
- Porque dar es el acto en que se expresa el amor y una
persona que sabe amar es generosa. Comprenderemos que compartir no se
limita a dar cosas materiales, sino que involucra el tiempo, la atención, el
amor, los sentimientos, etcétera y estaremos capacitados a amar con madurez y
sinceridad, sin egoísmo.
- Porque no se trata únicamente de aprender a dar cosas, sino de aprender a
darse uno mismo. Ser generoso no es dar lo que nos sobre, sino dar lo que
somos. Este es el fundamento de la felicidad humana.
- Porque es enriquecer a los que nos rodean con
nuestros propios valores, colaborando en la transformación de la sociedad, sin
permitir que se desperdicien los dones y cualidades que Dios ha dado a cada
uno.
- Porque compartir implica estar atento y saber
reconocer la necesidad del otro, abriéndose a los demás y abriendo el propio
interior al amor de los otros.
- Porque la solidaridad debe ser una actitud habitual, firme y perseverante de
servicio, de poner atención en las necesidades de los demás, aún a costa de los
beneficios propios.
- Porque valorar y ayudar a los compañeros y participar con ellos llevará a la
solidaridad y a la generosidad.
- Porque la solidaridad implica un compromiso que en
muchas ocasiones nos obliga a dejar nuestra comodidad e intereses inmediatos
por el bien común. Este compromiso lo debe llevar a buscar siempre los
mejores medios, comprometiendo a la persona para servir y trabajar con
generosidad por los demás.
- Porque ser generoso en el servicio a los demás da
sentido a la propia vida.
- Porque al vivir esta virtud no desde un punto de
vista teórico, sino práctico, lograremos una mayor armonía en la familia y en
la sociedad, trabajando y luchando juntos y capacitaremos a los demás a formar
la propia familia con más posibilidades de estabilidad, éxito y felicidad.
VIVIR LA GENEROSIDAD SIGNIFICA
- Dar con alegría.
- Compartir de buen modo.
- Dar algo que es valioso para mí.
- Guardar parte de mi dinero o de mis cosas para ayudar a quien lo necesite.
- Compartir con una sonrisa aunque me sienta mal.
- Compartir mi tiempo escuchando con atención lo que
otros tengan que decirme, aunque yo tenga otras cosas que hacer o realmente no
me interese mucho lo que dicen.
- Estar siempre pendiente de las necesidades de los demás, más que de las mías.
- Estar siempre dispuesto a dar lo mejor de mí ante las necesidades de los
demás.
- Ayudar sin que nadie me lo pida.
- Compartir mi tiempo ayudando aunque tenga que dejar
de hacer otras cosas que me gustan.
- Estar pendiente de las necesidades de los demás.
- Hacer algo cada día por el bien de los demás, buscando la manera mejor y más
eficaz de hacerlo, dando siempre lo mejor de mí.
QUÉ FACILITA LA VIVENCIA DE
ESTA VIRTUD
Las virtudes de:
- Servicio, y las capacidades de desprendimiento y
disponibilidad que nos ayudan a ser capaces de dar y darnos en el momento en
que se necesite.
- Alegría y amabilidad que nos lleva a ser generosos dando siempre lo mejor de
nosotros.
- Compañerismo y participación que nos ayudan a buscar y trabajar por el bien
común y a contrarrestar el ambiente de egoísmo que prevalece en la sociedad.
- Comprensión y responsabilidad que nos ayudan a entender las necesidades de
los demás, y a sentir que somos responsables de dar una respuesta comprometida
y seria ante las necesidades de los otros.
- Gratitud y hospitalidad que nos conducen a darnos cuenta de los dones que
tenemos, dar gracias por ellos y compartirlos con otros.
- Magnanimidad, que nos lleva a tener miras altas en el servicio a los demás.
- Fomentar un ambiente en donde se atiendan las necesidades de los demás antes
que las propias.
- Ejercitarse en actos de servicio voluntario.
Qué dificulta la vivencia de esta
virtud
- La competitividad mal entendida y egoísta que lleva a pensar en el otro es
enemigo en potencia.
- Ambiente de egoísmo e individualismo.
- Pusilanimidad, estrechez de miras.
- Dureza de corazón.
En el Evangelio podemos encontrar cómo Jesús valora la
generosidad:
«Estaba Jesús en el templo y veía cómo los ricos
iban echando dinero en el cofre de las ofrendas. Vio también a una viuda pobre
que echaba dos monedas de poco valor y dijo: "Les aseguro que esa viuda
pobre ha echado más que todos los demás; porque ésos han echado de lo que les
sobra, mientras que ésta ha echado todo lo que tenía para vivir."» Lc 21, 1-4.
«Jesús recorría toda Galilea, enseñando en sus
Sinagogas, anunciaba la buena noticia del reino y curaba las enfermedades y las
dolencias del pueblo.» Lc 6, 17
«Entonces Jesús llamó a sus discípulos y les dijo:
“Me da lástima esta gente, porque llevan ya tres días conmigo y no tienen que
comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan por el
camino."
Los discípulos le dijeron: “¿De dónde vamos a sacar en un despoblado para dar
de comer a tanta gente?”
Jesús les preguntó: “¿Cuántos panes tienen? Ellos le respondieron: siete, y
unos pocos pececillos.”
Entonces Jesús mandó a la gente que se sentara en el suelo. Tomó los siete
panes y los peces, dio gracias, los partió y se los iba dando a los discípulos,
y éstos a la gente. Comieron todos hasta saciarse, y recogieron siete cestos
llenos de los trozos sobrantes. Los que comieron eran cuatro mil hombres, sin
contar mujeres y niños.» Mt 15, 32-38.
«Entonces el rey dirá a los de un lado: “Vengan,
benditos de mi Padre, tomen posesión del reino preparado para ustedes desde la
creación del mundo. Porque tuve hambre y me dieron de comer; tuve sed y me
dieron de beber; era un extraño, y me hospedaron; estaba desnudo, y me vistieron;
enfermo, y me visitaron; en la cárcel y fueron a verme”. Entonces le
responderán los justos: “Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te alimentamos;
sediento y te dimos de beber? ¿Cuándo fuiste un extraño y te hospedamos, o
estuviste desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel y
fuimos a verte?” Y el rey les responderá: “Les aseguro que cuando lo hicieron
con uno de estos mis hermanos más pequeños, conmigo lo hicieron”.» Mt 25, 34-40.
No hay comentarios:
Publicar un comentario