martes, 17 de agosto de 2021

LA VICTORIA

Un vendedor ambulante pasó vendiendo botellas de agua y refresco, lo detuve y pedí un agua.

Cuando bajó la hielera y la apoyó en el suelo me di cuenta que había algo diferente atado en ella: un chupón para bebé. Bromeando, le pregunté si vendía chupones también. En ese momento se rió y me explicó porqué tenía el chupón atado ahí.

Me dijo que hace unos meses nació su hija Mirella. Y que ató el chupón para que cuando los hombros le dolieran por el peso de la hielera, cuando las piernas temblaran, cuando no tuviera donde sentarse o cuando no estuviera logrando vender, no desanimarse. Me dijo que cada vez que esto sucede, él mira el chupón y recuerda por qué está ahí y para quién... y para finalizar me dijo que sale de su casa con solo una cosa en la cabeza: no regresa con la derrota y no se conforma con el empate, sólo llega a casa con ¡la victoria!

Antes de quejarte de tu vida, recuerda que hay gente con poco en el bolsillo, pero muchas ganas de salir adelante.

Anónimo

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