El 18 de agosto se celebra la Fiesta de Santa Elena, la madre del emperador Constantino y conocida por hallar la que según la tradición sería la Cruz donde murió Jesucristo, además de otras reliquias relacionadas con el Señor.
Muchas de estas reliquias se encuentran en países como Italia, España y
Alemania. Aquí presentamos ocho datos sobre la vida de esta reina que rescató
un gran patrimonio para la Iglesia Católica.
1. NACIÓ EN UNA FAMILIA
HUMILDE
Flavia Julia Elena Augusta nació alrededor del año 250 en Bitinia (en el
norte de Turquía y junto al Mar Negro) en el seno de una familia humilde.
Según la tradición, era muy bella y fue este atributo lo que atrajo al
famoso general romano Constancio Cloro cuando la vio mientras recorría la zona.
2. FUE ABANDONADA POR
SU ESPOSO
Constancio Cloro se enamoró de Elena y se casó con ella. Aproximadamente
en el año 270 tuvieron un hijo al que llamaron Constantino.
Ambos llevaban años de matrimonio cuando el emperador Maximiliano le
ofreció a Constancio Cloro la oportunidad de ser nombrado su más cercano
colaborador, pero con la condición de que repudiara a Elena y se casara con su
hija Flavia Maximiana Teodora.
Así, motivado por su ambición, él repudió a su esposa. Elena sufrió por
este abandono durante 14 años, en los que se convirtió al cristianismo.
3. INFLUENCIÓ EN EL
CESE DE LA PERSECUCIÓN A LOS CRISTIANOS EN EL IMPERIO ROMANO
Luego de la muerte de Constancio Cloro, Constantino fue proclamado
emperador de Roma por el ejército. Aunque era pagano como su padre, el joven
había sido instruido por su amada madre en los fundamentos del cristianismo.
Sin embargo, se convirtió cuando, antes de la batalla en la zona entre
Saxa Rubra y el Puente Milvio, vio una Cruz en sus sueños con una leyenda que
decía: “Con este signo vencerás”. Al día siguiente, el emperador llevó una Cruz
al combate y exclamó: “Confío en Cristo en quien
cree mi madre Elena”.
Tras la victoria, Constantino decretó la libre profesión de la religión
católica. Así terminaron tres siglos de sangrientas persecuciones contra los
cristianos.
4. FUE NOMBRADA AUGUSTA
O EMPERATRIZ
Constantino amaba muchísimo a su madre y alrededor del año 325 le otorgó
el título de Augusta o emperatriz.
Además, mandó a hacer mandó hacer monedas con la figura de ella y le dio
plenos poderes para que utilizara el dinero del gobierno en las obras buenas
que quisiera.
5. SE MEZCLABA ENTRE
LOS POBRES
San Ambrosio narró que a pesar de ostentar tan alta dignidad, Santa
Elena se vestía con sencillez y se mezclaba entre los pobres para ayudarlos.
También era conocida por su intensa vida de piedad.
6. VIAJÓ A TIERRA SANTA
PARA BUSCAR LAS RELIQUIAS DE JESÚS
Con el apoyo de su hijo Constantino, Santa Elena viajó a Tierra Santa
para buscar las reliquias relacionadas directamente con Jesucristo.
San Crisóstomo y San Ambrosio señalaron que, después de realizar muchas
excavaciones en Jerusalén, se encontraron tres cruces.
Como no se podía distinguir cuál era la de Jesús, trajeron hasta el
Monte Calvario a una mujer agonizante y al tocarla con dos de las cruces ella
empeoró. Pero al tocarla con la tercera cruz, la enferma se recuperó
instantáneamente. Entonces Santa Elena, el entonces Obispo de Jerusalén
Macario, y miles de fieles llevaron la cruz en procesión por las calles de la
ciudad.
La emperatriz halló otras reliquias de Jesús: los clavos que perforaron
sus las manos y pies, el “Titulus Crucis”, una
parte de la túnica que utilizó antes de ser crucificado, un fragmento de la
cuna donde Él reposó y la Escalera Santa.
También recuperó las reliquias de los Reyes Magos y descubrió el
sepulcro donde fue enterrado Jesucristo.
En Tierra Santa mandó construir tres templos: uno en el Calvario, otro
en el Huerto de los Olivos y el tercero en Belén.
7. COLOCÓ UN CLAVO DE
JESÚS EN EL CASCO DE CONSTANTINO
Dice la tradición que para proteger a su hijo Constantino en las
batallas, Santa Elena colocó uno de los clavos de Jesús en su casco y otro en
su caballo.
8. SU SARCÓFAGO SE
ENCUENTRA EN LOS MUSEOS VATICANOS
Santa Elena falleció entre los años 330 y 335. Fue enterrada a las
afueras de Roma y su sarcófago fue trasladado en 1777 al Vaticano y restaurado.
El sarcófago tiene grabadas escenas de batallas de los romanos contra
los bárbaros y un par de leones. Puede visitarse en el Museo Pío Clementino,
dentro de los Museos Vaticanos.
Redacción ACI Prensa
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