lunes, 23 de agosto de 2021

¡ASÍ ES COMO LA TEOLOGÍA DEL CUERPO PUEDE AYUDARTE A DESCUBRIR TU PROPÓSITO EN LA VIDA!

 Si estás rompiéndote la cabeza por descubrir tu propósito de vida, te entiendo, yo también he estado ahí. Y para muchos de nosotros esta búsqueda puede convertirse en un camino complejo.

Por eso, hoy quiero compartirte algunas luces que me ha dado la Teología del Cuerpo en mi camino personal. Pero antes de que leas este artículo, quiero advertirte que no hay una fórmula exacta para saber cuál es tu propósito y eso en realidad es muy bueno. Sigue leyendo y entenderás mejor.

Si llegaste hasta aquí y no sabes qué es la Teología del Cuerpo (TDC), trataré de resumirlo. Es la recopilación de 129 catequesis dictadas por San Juan Pablo II durante su pontificado.

Las catequesis son una enseñanza preciosa sobre la persona humana, el amor y la sexualidad. ¡Lo mejor de todo es que tenemos un curso online sobre el tema que puedes hacer si quieres profundizar!

Toda la información la encuentras en este enlace: «Teología del cuerpo para vivir mejor».

Y ahora sí, ¡vamos a las cinco claves tan esperadas!

1. ¿SABES QUIÉN ERES?

Si quieres empezar a descubrir tu propósito de vida ahora mismo, ¡da un paso atrás! Así es, antes de encontrar misión o vocación, debes reconocer tu identidad.

Juan Pablo II nos explica en las primeras catequesis, basadas en el libro del Génesis, que cuando Dios creó a Adán y Eva (y a cada uno de nosotros), lo hizo desde su generosidad y con un amor infinito.

O sea que nuestra primera identidad es ser la de ser hijos muy amados de nuestro Padre. Tu vida y la mía son un don para el mundo y el mundo es un don para nosotros.

Y por si fuera poco, Dios nos creó a su imagen y semejanza, lo que quiere decir que estamos hechos para entregar también ese amor y vivir en comunión con los demás.   

Todo esto también es parte de nuestra identidad y lo vivimos a través de nuestro cuerpo, que es la forma concreta que Dios nos quiso entregar. Cuando damos un abrazo o sonreímos, estamos expresando ese lenguaje de amor con nuestro cuerpo.   

2. ESCUCHA TU VOZ

Hoy nos vemos bombardeados por muchos mensajes confusos que nos llegan de todas partes y nos empujan a pensar que parte de nuestro propósito es tener un estilo de vida lleno de lujos, éxitos, fama, viajes por el mundo y relaciones de pareja aparentemente perfectas.

Quizás, el primer reto es callar por un rato esas voces que vienen de fuera para escuchar tu propia voz.

Si Dios te creó como una persona única e irrepetible, es decir que nadie podrá hacer las cosas igual que tú. Así que si eres auténtico y sigues los anhelos de tu corazón, empezarás a encontrar tu propósito.

3. «NO SÉ SI MI PROPÓSITO ES EL QUE DIOS ME PIDE»

Una de las dudas más comunes es no saber si Dios me pide lo mismo que yo quiero. En este caso, lo más importante es que sepas que Dios te hizo libre y quiere que seas feliz. 

En otras palabras, Dios espera construir ese propósito contigo. Él sabe qué es lo mejor para ti, pero también quiere que tomes tus decisiones y asumas la responsabilidad de hacerlo.

Así que no tengas miedo, busca la verdad y purifica tus intenciones. Dialoga confiadamente con el Señor y como a un Padre, pregúntale qué es lo mejor para ti.   

Tip: los momentos de silencio pueden ser especialmente fructíferos para ese encuentro personal con el Señor. Solo debemos tomar la iniciativa, Él siempre nos está esperando.  

4. ¿Y SI NO SOY DIGNO?

Otro pensamiento común es el de creer que porque somos muy pecadores, no podemos aspirar a cosas grandes. En la Teología del Cuerpo, Juan Pablo II habla del hombre histórico para referirse a esa inclinación al pecado que todos tenemos, pero sobretodo nos habla de cómo Jesús vino en persona a redimirnos y ese es el regalo más grande que Dios nos pudo dar.

De hecho, es uno de los fundamentos más sólidos de nuestra fe católica. Más allá de los pecados cometidos, si nos arrepentimos y queremos enmendarnos de corazón, encontraremos toda la ayuda posible para estar nuevamente en gracia y levantarnos de nuestras caídas con la frente en alto, es decir siendo igual de dignos. 

5. ¿CÓMO SÉ HACIA DÓNDE IR?

Para responder a esta pregunta, aunque no lo creas, hablaremos de la muerte. Así es, cuando Juan Pablo II nos habla del cielo en las catequesis sobre el hombre escatológico, nos hace comprender por qué debemos mirar el final de nuestras vidas para tener perspectiva.

Muchos de nosotros le tenemos miedo a la muerte, porque además de ser muy dolorosa por la ausencia terrenal de la persona, es algo desconocido para nosotros.

Sin embargo, el papa Juan Pablo II nos hace ir más allá a entender lo maravilloso que será ese encuentro con Dios en el que estaremos envueltos en el amor más grande que podemos alcanzar a imaginar. 

Y esa perspectiva, nos ayuda también a vivir nuestro día a día con propósito, sabiendo que esta vida no termina acá, que debemos disfrutar, ser felices y sobretodo amar. El amor es para lo que fuimos creados y a lo que aspiramos todos en plenitud.   

¿Conocías la Teología del Cuerpo? ¿Qué otra enseñanza de la TDC o de la Iglesia crees que te podría ayudar a encontrar tu propósito de vida?

Escrito por Silvia Ordoñez

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