¡En el silencio de este día que nace Señor. vengo a pedirte paz, sabiduría y fuerza!
Hoy quiero mirar al mundo con
ojos llenos de amor, ser comprensivo, humilde, suave y bueno, ver detrás de las
apariencias a tus hijos como los ves Tú mismo para así poder apreciar la bondad
de cada uno de ellos.
Cierra mis oídos de toda murmuración,
guarda mi lengua de toda maledicencia, que solo los pensamientos que bendigan
permanezcan en mí. Quiero ser tan bien intencionado y justo, que todos los que
se acerquen a mí, sientan Tu presencia. Revísteme de tu bondad Señor y haz que
durante este día yo te refleje, ¡Amen!
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