El espíritu
chamánico propio de algunas zonas de la Amazonia se ha trasladado en los
últimos años hasta la isla de Mallorca (España). El nexo entre ambos mundos, en
principio tan alejados en lo físico y en lo cultural, tiene forma de una planta con efectos alucinógenos envuelta
en una mística de autoconocimiento y crecimiento personal: la ayahuasca.
Lo cuenta I. Moure en el Diario de Mallorca.
Periódicamente, se organizan
en fincas de la Parte Foránea de Mallorca (el territorio que no forma parte de
la ciudad de Palma de Mallorca) ceremonias
de ayahuasca, en la que los interesados pagan una cantidad económica por
participar en la experiencia. Una de las últimas ha tenido lugar el
último fin de semana de 2018 en una cabaña de Puigpunyent, rodeada de “bosque y magia”, según
rezaba el anuncio difundido en las redes sociales.
Los organizadores, que suelen buscar lugares tranquilos y apartados para
desarrollar la actividad, pidieron en esta ocasión una aportación de 140 euros por cada uno de los dos días que
duraba el retiro. Y, entre los consejos para los inscritos, llevar ropa
cómoda “para estar lo más confortable
posible”, además de papel
higiénico, agua y frutas “para compartir”.
LOS PSICÓLOGOS ALERTAN DEL PELIGRO
Este ritual ancestral llega en
ocasiones de la mano de chamanes que,
según se publicita, se desplazan directamente desde la selva amazónica para
guiar a los interesados en el consumo de esta sustancia que se toma desde hace
miles de años en la cuenca amazónica. Desde el Colegio Oficial de Psicólogos de
Balears (COPIB), hacen un llamamiento a ser “muy precavidos ante este tipo de pseudoterapias”.
Así lo expresa en declaraciones a este diario su decano, Javier Torres,
quien enfatiza que la ayahuasca
es “una sustancia que es alucinógena, muy
adictiva y puede ser peligrosa para según qué tipo de personas”.
Tras señalar que puede ocasionar ataques de pánico y
alucinaciones, Torres argumenta que “lo peligroso es que la sustancia sea consumida por
personas muy vulnerables, que estén pasando situaciones complicadas y que
confíen en estos rituales para solucionar sus problemas”.
En este sentido, el decano del
COPIB recomienda que las personas que tengan algún tipo de problema
psicológico, trauma, episodios de ansiedad, se pongan en contacto con un
profesional acreditado en el campo de la psicología antes que acudir a este
tipo de sesiones, que, afirma, “se están poniendo de moda”.
EXPERIENCIAS PERSONALES
Algunas personas que han
asistido a este tipo de ceremonias cuentan su versión de la experiencia que
tuvieron. Una de ellas, una mujer, dice que ya lleva unas cuantas sesiones y
hace una lectura muy positiva, desde el momento, dice, en que le ha servido para abordar traumas que arrastraba del pasado.
Otro asistente, en cambio, aún recuerda lo mal que lo pasó después con
los vómitos que le causó la
ingesta de ayahuasca.
La planta de raíces amazónicas
se toma por la noche. Personas que la han probado explican que se consume en forma de té. Y se suele hacer en el
caso de estas reuniones grupales bajo
la guía de un chamán o una persona experimentada. Antes de la
ingestión, a los participantes se les aconseja seguir una serie de pautas para
estar preparados física y mentalmente. Una de las directrices es que se debe
permanecer en ayuno al menos 24
horas antes de la ceremonia.
“Ayahuasca
viene a significar ‘liana que
lleva al lugar de los muertos’”, según explica el antropólogo Josep Maria Fericgla. Señala que esta sustancia
se consumía desde hace milenios en Sudamérica y que en las últimas décadas se ha extendido
a “contextos urbanos” occidentales.
En el estudio Informe pericial sobre la ayahuasca, este
autor expone que a este fenómeno han contribuido “la mundialización y el desarrollo de las nuevas
tecnologías” que han
facilitado que se pueda importar desde los países donde su uso es tradicional.
Entre estos países, menciona Perú, Ecuador, Brasil, Colombia, Bolivia,
Argentina y Venezuela.
Secretaría RIES
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