martes, 28 de agosto de 2018

MONS. VIGNERON: LA VERDAD SOBRE LA CARTA DE VIGANÓ ES «CAMINO SEGURO HACIA LA PURIFICACIÓN Y LA REFORMA DE LA IGLESIA»


Comunicado del arzobispo de Detroit a sus fieles
Mons. Allen Henry Vigneron ha escrito a sus fieles una carta en la que asegura que la carta de Mons. Viganó sobre el encubrimiento del depredador sexual McCarrick puede ser una oportunidad para la purificación y la reforma de la Iglesia.
(InfoCatólica) El Departamento de Comunicaciones de la Archidiócesis de Detroit ha publicado la carta del Arzobispo Vigneron «En medio de esta hora de dificultad», en respuesta a las revelaciones realizadas por el ex.nuncio del Vaticano en los Estados Unidos.
COMUNICADO DEL ARZOBISPO
La declaración del Arzobispo Viganò, el ex embajador del Vaticano en los Estados Unidos, es otro desafío intimidante para nuestra confianza en la fiabilidad del liderazgo de la Iglesia, en un verano de devastadoras noticias sobre abuso sexual y la infidelidad del clero. En medio de esta hora de dificultad, ofrezco dos palabras de consejo: una sobre la verdad y la otra sobre la esperanza.
Acerca de la verdad: el Señor nos asegura que «la verdad nos hará libres» (Jn 8, 32). No tenemos nada que temer al enfrentar directamente las acusaciones hechas por el Arzobispo Viganò. Me uno a los sacerdotes y al pueblo de la Archidiócesis de Detroit para orar por el triunfo de la verdad y la transparencia, y rezar para que llegue pronto. Tanto si las afirmaciones del Arzobispo son confirmadas o son probadas como infundadas, la verdad que salga a la luz nos mostrará el camino seguro hacia la purificación y la reforma de la Iglesia.
«Sobre la esperanza: al ascender al Padre, Jesús prometió que estaría con nosotros siempre, hasta el final del mundo (ver Mt 28:20). Cristo no nos ha abandonado en este tiempo de crisis. Al resucitar, Él es el Señor de toda la historia. Y en estas pruebas, Él busca restaurar la vitalidad de su Iglesia. Debemos responder con abandono a sus planes, discernir la gracia que nos ofrece en este momento y aceptarla voluntariamente sin importar el costo. Si respondemos con esperanza, el Señor nos llevará a un nuevo lugar desde el cual podemos salir a desatar el Evangelio con un nuevo poder y una nueva fortaleza.
Finalmente, somos siervos de Cristo. Confiamos en Él. Él nos fortalecerá y transformará nuestra debilidad en poder para avanzar en su Reino y para la salvación de las almas.
Nuestra Señora, Auxilio de los Cristianos, ruega por nosotros.

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