miércoles, 6 de junio de 2018

EL MAGISTERIO DE LA VERDAD EN CRISTO



Las señales de los tiempos deben ser juzgadas según la Revelación Divina.

Por: Hernán Bressi | Fuente: Catholic.net
1.      EL MAGISTERIO DE LA VERDAD EN CRISTO.
Con la muerte de LEÓN XIII la Iglesia Católica quedo huérfana. Los Cardenales del mundo entero, se reunieron para darle sucesor el 31 de Julio de 1903. En las primeras votaciones el antiguo Secretario de Estado de LEÓN XIII, el Cardenal Rampolla parecía ser el nuevo sucesor de Pedro. Su triunfo era evidente. Sin embargo el emperador Austro-Húngaro, Francisco José por medio del Cardenal Puzyna (Obispo de Cracovia) hizo saber que emplearía el Derecho de Exclusión, o JusExclusivae, posiblemente originado a partir del Siglo XVI por el cual el emperador tenía derecho de vetar la elección, pidiendo la exclusión del Cardenal Rampolla por su filiación a la masonería, hecho que fue confirmado post-morten.

De pronto los papeles cambiaron. Los Cardenales- electores teniendo en cuenta la invasión de Italia a Roma (Cuestión Romana)[1] y el papel predominante de la masonería, se fueron inclinando lentamente a Sarto. Pero Sarto, cuando se dio cuenta que los votos en los escrutinios aumentaban en su favor públicamente y declaró que él no aceptaría la tiara pontificia. Los Cardenales le rogaron que aceptará la voluntad de Dios en caso de ser elegido, empresa que le encomendaron al entonces obispo español Merry de Val para que Sarto no retirará su candidatura. Merry de Val fue el encargado de anunciarle a Sarto la gran noticia de su elección cuando éste estaba llorando en la Capilla Sixtina. Después de rezar y meditar le dijo al obispo español: la acepto, pero Ud. compartirá mi trabajo: “seré el Papa, si Ud. es mi Secretario de Estado”. Aquí tuvo comienza esa profunda amistad en Cristo entre ambos que perdurará para toda la eternidad, pues ambos fueron enterrados uno junto al otro como lo habían deseado en vida.
  1. APROXIMACIONES A SU MAGISTERIO PONTIFICIO.
El Cardenal Sarto fue obligado a esperar más de un año, antes de tomar posesión de su nueva diócesis como Patriarca de Venecia, debido a que el gobierno italiano se negaba a otorgar el regio exequatur (autorización del Estado para ejercer su ministerio petrino en una diócesis territorial del Estado Italiano). Este asunto fue tratado con amargura en periódicos y panfletos; el Gobierno, a manera de represalia, rehusó extender el exequatur a los otros obispos que fueron nombrados durante este tiempo, por lo que el número de sedes vacantes creció a treinta. Cuando Venecia pertenecía al Imperio Austríaco el emperador ejercía ese derecho.

Para el tiempo del nombramiento de Sarto, Venecia fue anexada al Estado Italiano y al fallecer el Presidente del Consejo de Ministro del Reino de Italia, Agostini, el gobierno italiano comienza hacer valer la potestad de esta facultad. Finalmente, el ministro Crispi, habiendo regresado al poder en 1893 como Presidente del Consejo, y la Santa Sede, habiendo elevado la misión de Eritrea a la categoría de Prefectura Apostólica en atención a los Capuchinos Italianos, motivaron al Gobierno a retractarse de su posición original. Esta oposición no fue causada por ninguna objeción contra la persona de Sarto, razón por la cuál cuando es elevado a la Cátedra de Pedro redacta la constitución apostólica Commissumnobis, por la que se reserva el derecho de elección papal al Sacro Colegio Cardenalicio sin injerencia alguna de poderes externos (20 de enero de 1904).

Su primer documento pontificio “ E SUPREMI APOSTOLATUS ” marca las directrices de su programa pastoral y doctrinal que seguirá durante todo su pontificado siendo un verdadero grito de lucha frente a los intereses mundo que se oponen a los de Cristo . Aquí en la tierra su ciencia y santidad había esclarecido el camino y las sendas seguras para instaurar todas las cosas en Cristo quedando destruidas gracias a él tanto el modernismo político (Le Sillon –Surco), filosófico (Motus propio Praestantia y el decreto Lamentabili) y teológico (Pascendi)que habían querido acabar con la Iglesia.

Por su constitución apostólica “ COMMISSUM NOBIS ”, el Santo Padre levanta su voz de protesta clara y firme, contra aquellos príncipes que piensan poder extender su poder hasta la misma cátedra de Pedro. La elección del Santo Padre es exclusiva del Colegio Cardenalicio, lanzando las más terribles penas eclesiásticas contra aquellos príncipes que indirecta o directamente prioricen sus intereses políticos en los asuntos religiosos.

Sus objetivos de gobierno fueron:
1. El clero. El sentido del deber y el ardiente amor al Señor debían llevarles a asumir con radical amor y fidelidad sus responsabilidades, y ése precisamente era el testimonio que él mismo daba a los clérigos. A esta preocupación se debió la reforma de los seminarios, así como la institución de numerosas bibliotecas eclesiásticas.
2. Música sagrada y liturgia. Famoso es el Motu proprio Tra le sollecitudinique firmaba ya a los tres meses de su elección. En él daba a conocer algunas normas que renovaban la música eclesiástica. Su Santidad Pío X promovió, asimismo, la reforma de la liturgia de las horas.
3. El "Papa de la Eucaristía". Su gran amor a la Eucaristía le llevaron a permitir la comunión diaria a todos los fieles, así como a cambiar la costumbre de la primera comunión: en adelante los niños podría recibir el Santísimo Sacramento cuando tuviesen ya uso de razón, a partir de los 7 años. Para San Pío X, la santa eucaristía tenía que ser el centro de la vida del católico y de la Santa Madre Iglesia.
4. El Catecismo de San Pío X. Impulso la enseñanza del Catecismo para mantener la pureza de la doctrina. Bien sabía el Santo Padre que apartar la ignorancia religiosa era el inicio del camino para recuperar la fe que en muchos se iba debilitando y perdiendo incluso.
5. Un nuevo Código de Derecho Canónico. Elegido Papa, vio la necesidad y conveniencia de elaborar una nueva codificación de las leyes canónicas, adecuada a las circunstancias concretas que por entonces se vivían.
6. Empuje misionero. Su gran celo por difundir el Evangelio de Jesucristo a los que aún no lo conocían le llevó a dar un gran impulso a la actividad misionera de la Iglesia. En esta misma línea, incentivó la formación de seminarios regionales.
7. Otras iniciativas. Entre otras iniciativas el Papa Pío X impulsó una reforma de la curia romana, encomendó la revisión de la Vulgata a los benedictinos (1907), fundó el Pontificio Instituto Bíblico en Roma (1909) y dio inicio a la publicación de la llamada Acta ApostolicaeSedis (1909), que aún hoy es la publicación oficial que trae los documentos pontificios.


  1. EL PROBLEMA DE LA MODERNIDAD.
Cuando la Gran Revolución Francesa y su hija la Industrial desvanece definitivamente la idea de Cristiandad, dentro de la Santa Madre Iglesia católica comienza a surgir dos cosmovisiones o actitudes del entendimiento humano en su manifestación concreta con respecto al mundo moderno contrarias. Los grandes interrogantes que se comienzan a debatir ad-intra es el papel de la Iglesia frente al mundo moderno pero en verdad: ¿Cuál es la esencia del mundo moderno? o acaso ¿Es el mundo el que debe cambiar de actitud o la Iglesia su fidelidad a Dios?Son los interrogantes al que el magisterio del Papa Santo van a salir a su encuentro con la luz sobrenatural de la Fe como fiel reflejo de la Tradición.

Por un lado, van a estar los conciliadores[2] o modernistas que intentan conciliar la vida de la Iglesia con el mundo moderno, adaptando la doctrina a los signos de los tiempos (Altar y Democracia antropocéntrica y antropomórfica). Pero peca por optimismo y exceso de flexibilidad, que le inducen a compromisos peligrosos con tal de lograr la adaptación y aceptación del mundo. Su comprensión de la novedad le arrastra a buscar la novedad por la novedad. Prefiere la libertad por sobre la autoridad. Su actitud tiene la generosa irreflexión del adolescente romántico. El peligro de desviación doctrinal es enorme para que entre todos echan abajo la misma Iglesia.

Frente a esta corriente que el Papa Santo la va a definir como la síntesis de todas las herejías en su Decreto Lamentabilis, va atender preferentemente a la defensa de los principios, a la conservación de la estructura de la Iglesia, preocupándose por la pureza doctrinal poniendo el acento en el orden y la fidelidad al Magisterio, la Tradición y las Sagradas Escrituras, pareciendomuchas veces antipática su causa por el constante llamado a la santidad de los miembros de la Iglesia y de la conversión del mundo a Cristo.

En Europa la situación de la Iglesia católica no era para nada fácil. El laicismo avanzaba a pasos agigantados y seguro.
  1. FRANCIA = Separación Iglesia y Estado.
  2. PORTUGAL = Separación Iglesia y Estado.
  3. ITALIA = Laicismo = Cuestión romana.
  4. ALEMANIA = Pluralidad confesional en la Cuestión obrera.
  5. AMERICA LATINA = Situación de los aborígenes = Explotación Perú
En su carta Encíclica NotreChargeApostolique(23-IX-1910) Sobre los errores de “Le Sillon” (Surco) y la democracia, nos advierte sobre los peligros de arrodillar al mundo moderno poniendo en el tape la grave situación de los católicos en Francia liderados por Marc Sanguier y su movimiento político Le Sillon.

En su punto 35 nos dice que: “…El “Sillonismo” pretende ser una nueva religión.(…) El resultado de esta promiscuidad en el trabajo, el beneficiario de esta acción social cosmopolita no puede ser otro que una democracia que no será ni católica, ni protestante, ni judía…una religión (porque el sillonismo, sus jefes lo han dicho…es una religión) más universal que la Iglesia católica, reuniendo a todos los hombres, convertidos, finalmente, en hermanos y camaradas en el “reino de Dios”. “No se trabaja para la Iglesia sino para la humanidad”, en el 36 que “... Su catolicismo terminó en apostasía organizada (…). Desgraciadamente, el que daba en otro tiempo tan bellas esperanzas, este río límpido e impetuoso, ha sido captado en su marcha por los enemigos modernos de la Iglesia y no forma ya en adelante más que un miserable afluente del gran movimiento de apostasía, organizado en todos los países, para el establecimiento de una Iglesia universal que no tendrá ni dogmas, ni jerarquías, ni regla para el espíritu ni freno para las pasiones y que, so pretexto de libertad y de dignidad humana consagraría en el mundo, si pudiera triunfar. El reino legal de la astucia y de la fuerza y la opresión de los débiles, que sufren y trabajan, en el 37 y 38 que“… Su nuevo “Evangelio” tiene aspectos irrespetuosos y blasfemos” que deforman el verdadero Evangelio y a Cristo, descartando su divinidad y acentuando sus virtudes sociales.

En IlFermoProposito(11-VI-1905)Sobre la Acción Católica (En Italia)nos alerta sobre:
  • 1.La necesidad de la colaboración de cada miembro al cuerpo místico.
El firme propósito que, desde el principio de Nuestro Pontificado, concebimos de querer consagrar todas las fuerzas que le benignidad del Señor se digna a concedernos a la restauración de todas las cosas en Cristo.
  • 8. El auxiliar organizado de la Iglesia: La Acción Católica.
El conjunto de todas estas obras, alentadas y promovidas en gran parte por seglares católicos y variamente trazadas conforme a las necesidades propias de cada nación y las circunstancias peculiares propias de cada país, es precisamente lo que con un término más especial y ciertamente más noble suele llamarse Acción Católica. En todo tiempo se empleó ella en ser auxiliar de la Iglesia.
  • 17. Aún en Italia, deben participar con permiso en la vida política.
Muchos son y de varia índole estos derechos civiles hasta el de tener parte directa en la vida política del país por medio de la representación popular en las Cámaras legislativas. Gravísimas razones Nos disuaden, Venerables Hermanos, de seguir la norma decretada por Nuestro Antecesor s. m., León XIII, en su largo pontificado, en virtud de la cual queda, generalmente, prohibida a los católicos en Italia la participación en el poder legislativo; además de que otras razones de no menor peso, tomadas del supremo bien de la sociedad, que a todo trance hay que salvar, pueden requerir que en casos particulares se dispense la ley, especialmente cuando vosotros, Venerables Hermanos, echéis de ver muy a las claras de urgencia necesidad de ello para bien de las almas y de los supremos intereses de vuestras Iglesias y pidáis la oportuna dispensa.
  • 18. Preparación para la participación plena en la vida política italiana.
Pero la posibilidad de esta benigna concesión Nuestra ha de poner a los católicos en la obligación de prepararse cuerda y seriamente, para la vida política, cuando a ella fueren llamados. (…) Al mismo tiempo se tendrán que inculcar y seguir en la práctica los demás principios que regulan la conciencia del verdadero católico. (…) que ha de portarse como tal acercándose a los empleos públicos y desempeñándolos con el firme y constante propósito de promover, según su posibilidad, el bien social y económico de la patria.
  • 24. El sacerdote debe atender todos los intereses sin mezclarse en las actividades de partido.

  1. LA CUESTIÓN OBRERA EN ALEMANIA.
La situación religiosa de Alemania, dividida como estaba en diferentes confesiones trajo consigo también una diferente orientación de la política sindical de los obreros católicos. En Berlín se estaban formando las Uniones Católicas o Círculos Católicos con la así llamada Dirección de Berlín” que las apoyaba y guiaba. Eran confesionales y dirigidas por la autoridad eclesiástica. En la región del Ruhr se formaban Sindicatos cristianos, interconfesionales, compuestos de católicos y protestantes. Bajo la “Dirección de Colonia”. Estos sindicatos fundaron también sus círculos católicos. Mientras los confesionales de Berlín por su escaso número y penetración no daban mucha seguridad de alcanzar ventajas económicas y profesionales, los de Colonia, por el contacto con los protestantes, exponían fácilmente a serios riesgos la religión y cultura católica de los obreros. De allí nació una discusión a veces muy agria que amenazaba dividir totalmente las fuerzas sindicales católicas.

Por eso, los obispos alemanes establecieron en su Conferencia de Fulda del año 1910 cinco condiciones para la sindicación del obrero católico las que resumidas dicen:
1. El Sindicato no debe ser para los católicos ocasión de impugnar el juicio de la autoridades eclesiásticas tocante a la religión y moral.
2. El Sindicato debe limitarse a tratar las cuestiones sindicales.
3. Los socios de los Sindicatos cristianos deben procurar serlo a la vez de los Círculos Católicos.
4. Procurarán respetar siempre la autoridad de la Iglesia en el campo moral y religiosos.
5. Sólo a las autoridades eclesiásticas incumbe juzgar si la acción de un Sindicato responde o no a los principios católicos.

Siguiendo este problema con atención desde Roma, el Santo Padre escribe “SingulariQuadamCaritate“ (24-IX-1912) Sobre los Círculos de Obreros dando a conocer en su punto 2 la Obligación de conservar incólumes los principios cristianos afirmando que: “…En consecuencia, establecemos en primer lugar que es deber de todos los católicos, estrictamente obligatorio y que ha de observarse santa e inviolablemente, así en la vida pública como en la vida privada, el guardar con firmeza y profesar con valentía los principios de la verdad cristiana enseñados por el magisterio de la Iglesia Católica, y en especial los propuestos sapientísimamente por Nuestro predecesor en la Encíclica “RerumNovarum”, que fueron aceptados con plenísimo asentimiento por los Obispos de Prusia en las deliberaciones del Congreso Fuldense en 1900 (…) La cuestión social y las controversias con ellas relacionadas acerca de la forma y tiempo del trabajo, del precio del salario, y de las huelgas voluntarias, no son problemas meramente económicos, y, por ende, de tal género que puedan resolverse dejando a un lado la autoridad de la Iglesia, “(…) es, antes que nada, una cuestión moral y religiosa” y concluye esclareciendo las ventajas y alabanzas de las asociaciones católicas en su punto 3.
  1. CONCLUSIÓN.
A modo de conclusión podríamos afirmar actualizando este magisterio esclarecedor, que todo cambio de orden temporal es siempre una restauración dónde tras el agotamiento del status quo vigente o “viejo” se piensa y orienta un nuevo ordenamiento sociopolítico que dé como resultado una nueva identidad en el origen de su poder, en las instituciones concretas y en el sistema de poder del cual se nutre. El estado es el resultante de un proceso histórico determinado, aglutinado en instituciones. Es una unidad de fin y orden existencial. Es el ordenamiento jurídico de la Nación. El Estado Moderno es la evolución histórica de la Reforma Protestante y la Revolución Inglesa que nace con la Revolución Francesa y exportada por los Ingleses.

Pero está restauración debe tomar de la tradición lo esencial incorporando lo nuevo necesario al proceso que continué y rechazando lo nuevo innecesario.“…Pero esto no es todavía lo peor. Lo peor es la versación de la idea de la Iglesia al servicio del mundo. Hoy se traducirá así: la Iglesia no tiene ya que convertir al mundo, sino antes convertirse a él. No tiene nada que enseñarle sino ponerse a su escucha. Pero ¿y el evangelio de la salvación?, se dirá. ¿No es la Iglesia entera responsable de él para al mundo?¿No es lo esencial de su misión presentar este Evangelio al mundo? ¡Quién piensa eso! ¡Todo lo hemos cambiado nosotros! Como dice un volumen típicamente posconciliar: “la salvación sin el Evangelio” ha venido a ser nuestro evangelio”.[3]

Las señales de los tiempos deben ser juzgadas según la Revelación Divina. “…Para la Iglesia, el único “hombre nuevo” deseable, el único cambio radical que puede ocurrir en el hombre es aquel causado por la gracia santificante, que lo eleva al nivel sobrenatural, volviéndolo “semejante a Dios”. Los factores históricos-culturales más poderosos no pueden cambiar la naturaleza humana; pueden elevarla o degradarla, pero no alterarla en su substancia”[4]
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[1] Con la unificación italiana en 1861, el nuovoStato se anexiona los Estados Pontificios logrando la consiguiente extinción del poder temporal de la Santa Sede Apostólica, situación que termina con la firma de los Pactos Lateranenses en 1929 entre Benito Mussolini y Pío XI.
[2] Término empleado en Italia a principios del S. XX para identificar a los católicos que buscaban la conciliación entre el mundo moderno y la doctrina católica
[3] Louis Bouyer, La descomposición del catolicismo, Ed. Iota, Buenos Aires, 2016, p. 42
[4] Mons. Aldo Pagotto-Mons. Robert Vasa-Mons. Athanasius Schneider, Opción preferencial por la Familia, EdizioneSupplicaFiliale, Roma, 2015

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