jueves, 25 de enero de 2018

POR NO LIARLA


Ese viene a ser al final el gran criterio de vida litúrgica y pastoral en nuestra Iglesia. Hay muchas cosas que los curas sabemos que se deberían cuidar más. Pero, por no liarla… tragas o incluso fomentas para ser el cura campechano, cosa que hoy se lleva mucho. Me van a permitir que coloque algunos ejemplos sin orden ni concierto.
FUNERALES. Se va haciendo costumbre que al final de la misa exequial, si no en medio, un familiar del finado salga a leer unas palabras o carta al difunto llenas de emotividad, llantos y suspiros. Ni tiene sentido ni está previsto en la liturgia. Pero por no liarla…
RITO DE LA PAZ. Lo previsto en la liturgia es que, en caso de llevarse a cabo -es un rito opcional-, sea algo brevísimo y que apenas se de la paz a derecha e izquierda. Pues bien, en muchos sitios se convierte en un jolgorio interminable consistente en que todos tienen que dar la paz a todos, empezando por el celebrante que no pierde ocasión de ser más campechano que nadie. Una barbaridad. Pero por no liarla…
SILENCIO EN LOS TEMPLOS. Hay que ver cómo se pierde. En muchos sitios las iglesias son salones de actos en los que uno está de charleta con los vecinos hasta que comienza la función. Aunque esté el sagrario. Habría que recordar la necesidad del silencio en los templos, pero por no liarla…
ESAS INTERMINABLES OFRENDAS. Sobre todo en momentos de primeras comuniones, misas con niños, algún funeral, bodas… Cosas y cosas que, encima, luego se llevan a casa (¿no eran ofrendas?). Habría que limitar las ofrendas al pan y al vino y, si acaso, alguna cosa muy especial para la iglesia o los pobres. Pero por no liarla…
CANTOS ABSURDOS. No solo que en el sanctus alguna palabra se baile, sino salmos responsoriales cambiados por cualquier cosa, supuestos textos litúrgicos cuyo parecido con la realidad es mera coincidencia, cantos sacados de cualquier sitio y que valen para lo que sea. Habría que poner un poco de orden, pero por no liarla…
BAUTISMO. Pide el derecho canónico para los padrinos un mínimo de catorce años y que hayan recibido el sacramento de la confirmación. Te presentan como padrinos a Fulanito y Menganita, conviviendo en pareja sin matrimonio canónico y, evidentemente, sin confirmar. No pueden ser padrinos. Pero por no liarla…
BODA. Fulanito y Menganita llevan conviviendo años y cuando les preguntas si creen que el matrimonio es un sacramento, te responden diciendo ¿sacra… qué? Eso sí, exigen boda con misa y solemne, porque viene a cantar un coro carísimo y hay que amortizarlo. Lo normal sería celebrar el rito del matrimonio sin eucaristía, pero por no liarla…
Esta es nuestra realidad, y se debe a varios factores. El primero y principal, la falta de criterios firmes y de autoridad en nuestra iglesia. Intentas poner un poquito de orden –un poquito solo- y te encuentras con que al cura de al lado, al de enfrente, al de la parroquia de santa Veneranda, no les importa tragar con todo, y podría poner ejemplos más gordos: ¿y por qué no hace una confesión con absolución general como en la parroquia de santa A o en la de Nuestra Señora de B? ¿Y por qué usted no admite dos madrinas de bautismo, si en la parroquia de tal no ponen pegas? En otras parroquias te complican menos la vida, que no sé por qué para bautizar a un niño hay que venir a las charlas.
No pasa nada. Nunca pasa nada. Así que uno puede acabar harto de ser el malo de la película y opte por no liarla. En cuatro días todo patas arriba. Eso sí, para comprensivo y campechano, servidor. 
Jorge

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