miércoles, 10 de mayo de 2017

HACÍA AÑOS QUE NO LEÍA UNA CARTA TAN IMPRESIONANTE


En mi ensayo La decadencia de las columnas jónicas, recomendaba la creación de un Consejo de censores dedicado a la investigación de cuestiones de gran trascendencia nacional, pero sin implicaciones penales. Es decir, la creación de un grupo estable de individuos imparciales que investigaran motu proprio la verdad en cuestiones, sobre todo políticas, que son importantes que sean conocidas por la opinión pública. La mayor parte de las cuestiones debatidas más importantes para la opinión publica quedan, en todos los países, en el limbo del campo en medio de unos que dicen que sí y otros que no, pero sin nadie que pueda investigar el asunto y llegar a la verdad.

Uno de esos ejemplos ha sido la actuación y cese del Director General del FBI. La carta que pongo ayer es la que le envió Trump a su empleado. Este tipo de cartas es la que uno espera que nunca va a recibir en toda su vida.

Sobre el caso de este director tenemos cantidades industriales de información. No se necesitan más datos. Sino un grupo de expertos que analicen todo del modo más objetivo posible y determinen quién es el villano en este caso. Yo no lo tengo claro, porque es en los detalles donde está la respuesta. Es más, el caso es tan complejo que sólo preguntando al entorno del cesado se podría llegar a la verdad si los que preguntan son expertos.

Ahora ha ocurrido un cese de máxima trascendencia, y el Pueblo no sabe si es correcto o no, ni lo sabrá. Yo, desde luego, no lo sé. Y he seguido este caso capítulo a capítulo desde hace meses.

Un grupo independiente de censores que decidiera abrir una investigación por su cuenta sería utilísimo. Porque, lo repito, la mayor parte de las veces, casi todas, lo que está en cuestión es la Justicia, la Verdad, no si se cometió un delito.

Sería fabuloso un grupo de hombres honrados que pudieran decirle a un funcionario que se ha marchado con deshonores con toda justicia, o que le dijeran a un presidente que está actuando como un Bananerian President, y que pudieran decirlo delante de todos. Y que les escuchara el Pueblo con un respeto y prestigio ganado durante años. Trump lleva haciendo varios ceses fulminantes de altos funcionarios. Entre otros, ni más ni menos, que a la Fiscal General en enero.

Desde luego la carta es impresionante. Sólo hubiera faltado que se la enviara con una cucaracha aplastada dentro del sobre. Me imagino al Director del FBI llorando en su salita de estar y a su mujer preguntándole que qué pasaba. Y después pidiéndole que se lavara las manos no sea que le hubiera puesto antrax en la carta o, al menos, alguna sustancia diarreica.

Los ricos también lloran. Los Directores Generales del FBI también tienen su corazoncito.


P. FORTEA

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