Mujeres iluminando el mundo, ¿qué te dice? ¿En qué piensas? ¿Qué es ser “mujer” en nuestros días?, y ¿qué es iluminar?
ILUMINAR: alumbrar, dar luz.
Sinónimo: ilustrar, esclarecer, aclarar, inspirar.
Mujeres
iluminando el mundo, ¿qué te dice? ¿en qué piensas? ¿Qué es ser “mujer” en
nuestros días, y ¿qué es iluminar ? Te invito, a que con calma reflexionemos a
través de la historia:
-César en
el siglo I antes de C. pensaba que un millón y medio de galos muertos no era un
precio demasiado alto para reinar en Roma.
-En 1917
Lenin, pensaba que seis millones de muertos no era un precio demasiado alto
para la revolución.
-En 1945
Adolfo Hitler, pensaba que seis millones de judíos muertos no eran un precio
demasiado alto para mantener “pura” la raza.
-Entre
1939 y 1945 los nacionalistas pensaban que cincuenta millones de muertos en una
guerra mundial no era un precio demasiado alto para la supremacía de Alemania.
-En 1991
cien mil mujeres y niños árabes muertos no parecen ser un precio demasiado alto
para las ideas norteamericanas de un “nuevo orden” en el Golfo.
En el
Sudán cientos de niños hambrientos, caminan casi sin poder sostenerse en sus
piernas para poder ser admitidos en uno de los centros de alimentos. El que sea
admitido o no, determinará su supervivencia o muerte. La guerra civil lleva 15
años y nunca, como a las puertas del nuevo siglo habrá mayor cantidad de
hambrientos en el mundo.
Estas son
sólo algunas de las guerras por las cuáles la humanidad ha tenido que pasar en
nuestro siglo y en los anteriores en nombre de la paz. Para hablar de
revolución interna y de revolución en el corazón de una mujer es preciso
colocarla antes frente a su realidad, no únicamente su entorno, su país, sino
su realidad a nivel de la humanidad. Para poder iluminar el mundo, iluminarlo
de verdad es preciso llegar a las raíces de nuestra misma humanidad y analizar
como el mismo hombre a través de los siglos ha ido causando su propia
destrucción. En el caso de la mujer en específico, la vida moderna y el
desarrollo material han provocado cambios importantes. La mujer es quien ha
sido más liberadas pero al mismo tiempo reprimida y mal encauzada. Para volver
a nuestra identidad y ser efectivas en nuestro papel como tales necesitamos
conocer nuestra naturaleza y nuestra especial vocación.
Sólo así podremos dar al mundo nuevas generaciones cuya característica innata será el amor.
“El desarrollo personal es un compromiso mucho más alto que el
sacrificio personal. Lo que más ha retrasado y milita aún contra el desarrollo
femenino es el auto-sacrificio.” –
Elizabeth Stanton.
¿Es el auto-sacrificio
una cuestión de modernidad?
“…el
click: el reconocimiento, ese paréntesis de verdad que completa el rompecabezas
de la realidad en la mente y en el corazón de una mujer; el momento que hace
desatar una carga eléctrica a lo largo de tu cuerpo, despierta a nuestra alma e
indica que la revolución ha comenzado.” – Sheila Morataya – Fleishman.
¿Estoy consciente de mi
compromiso para con la sociedad?
“Desde el
momento que el alma de una mujer tiene la gracia de conocer a Dios debe
buscar.” – Teresa de Calcuta.
¿Cómo estoy buscando a
Dios en mi vida diaria?
“Ahora
todo se fusiona, cae en su lugar, desde el deseo hasta la acción, la palabra al
silencio, mi trabajo, mi tiempo, mi rostro reunidos en un solo intenso gesto de
crecer como una planta.” – May Sarton.
¿Cuánto medito cada día
para hacer del mundo un lugar espléndido y soberano?
“Estamos
en el mundo para servir a la humanidad.” – Edith Stein.
¿Cómo estoy haciendo
para hacer esto realidad en la vida de los míos?
La autora
norteamericana, Joan Borysenko en su libro “A woman”s Book of life” hace una
investigación profunda dentro de la psicología, biología y espiritualidad de la
mujer. Se le hizo la siguiente pregunta a más de diez mil mujeres: Si pudieras
retroceder el tiempo de tu vida y usar mejor tu juventud, ¿qué pedirías? La
respuesta fue una: sabiduría para poder tomar las decisiones que siempre
afectarán a otros. La sabiduría, es algo que debemos pedir constantemente a
Dios en nuestras oraciones o meditaciones personales. La mujer de hoy, muchas
veces está sumergida en ella misma y se olvida de su deber social más grande:
servir a la humanidad. A todas nos une esa especial espiritualidad que
sobrepasa las barreras religiosas y que se convierte en una potencia
iluminadora que va más allá de las fronteras que nos separan.
La gran
labor de nuestra vida consiste en algo mucho más importante que ganar dinero;
encontrar una pareja; tener una carrera; criar niños; estar guapa; alcanzar la
salud psicológica o desafiar el envejecimiento, la enfermedad y la muerte. La
gran tarea que nos aguarda es el reconocimiento de lo sagrado de nuestra misión
cotidiana, día a día, vivir conscientemente y con una expresión de profunda
gratitud por las maravillas de Dios y su Creación.
Sheila Morataya-Fleishman
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