jueves, 29 de septiembre de 2016

QUIENES SON LOS OTROS ARCÁNGELES QUE NO SE NOMBRAN EN LA BIBLIA


Los Arcángeles son 7 según las Sagradas Escrituras, pero la Iglesia Católica menciona el nombre de sólo 3, que están en la Biblia.
Pero la Biblia es clara que son 7, mira estos pasajes:
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“Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que tiene entrada a la gloria del Señor” (Tb 12:15)
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“Reciban gracia y paz de Aquel que Es, que era y que viene de parte de los Siete Espíritus que están delante de Su Trono” (Ap 1:4).
En el año 1040, San Celias hizo un estudio exhaustivo de los escritos aprobados de los Padres de la Iglesia hasta siglo IV.
A través de sus estudios se han llegado a conocer siete de los nombres de los Arcángeles, el significado de sus nombres y sus funciones.
Los nombres de los siete arcángeles son los ya conocidos Miguel, Gabriel, Rafael. Y además otros 4: Uriel, Jehudiel, Sealtiel y Barachiel.
El Papa Pío V en su Bula para el Clero español, permitió y fomentó el culto de los siete arcángeles:  “No se puede exaltar suficiente a estos siete rectores del mundo, figurado por los siete planetas, ya que es consolador en nuestro siglo presenciar, por la gracia de Dios, el culto de estas siete luces ardientes, y de estos siete estrellas que brillan con todo su brillo en la república cristiana” (Les Sept Esprit et l’Histoire de leur Culte;. 2 de las memorias de de Mirville dirigida a la academia vol. . II. p. 358.)
En el siglo XVI, se le ordenó a Miguel Ángel adornar la iglesia de Santa María de los Ángeles, dedicada a María y los Siete Arcángeles con un fresco de siete arcángeles en el altar.
Durante el pontificado del papa Gregorio XIII se tenía la intención de construir siete capillas separadas allí, uno para cada uno de los siete arcángeles.
La liturgia de los siete arcángeles todavía estaba en práctica hasta los años del 1800, no ha sido abolida, pero no se usa en la práctica.
LOS ARCÁNGELES EN LA BIBLIA
Según la opinión general la Biblia indicaría que hay siete arcángeles.
Aunque se menciona el nombre de sólo tres: Miguel (Apocalipsis 12:7-9), Gabriel (Evangelio según Lucas 1:11-20; 26-38) y Rafael (Tobit 12:6, 15).
Los nombres de los otros cuatro arcángeles no aparecen en la Biblia, sino que se encuentran en textos apócrifos (como el Libro de Enoc (que es canónico para la Iglesia Copta), el cuarto libro de Esdras y en la literatura rabínica.
Para el protestantismo son aceptados únicamente los dos primeros, ya que a Rafael se le nombra en uno de los libros deuterocanónicos.
Los grupos restauracionistas (Testigos de Jehová y los Adventistas) consideran que, aunque las Escrituras hablan de varios príncipes, la palabra arcángel aparece en el Nuevo Testamento solo en singular y no en plural, por lo que habría solo uno.
Por tanto identifican al Arcángel Miguel con Jesús antes de la Encarnación.
Además aseguran que Miguel es el nombre del Hijo de Dios, tanto antes de partir del cielo para llegar a ser Jesucristo, como después de su regreso al cielo.
En la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (Mormones), se hace una referencia a “arcángel” como ángel mayor.
Algunos de los Arcángeles más conocidos son Gabriel (creen que es Noé) y Miguel (creen que es Adán).
Para entender mejor esto hay que considerar que para ellos, Noe y Adán son los nombres terrenales y los otros son los celestiales.
Otros Arcángeles son Sariel, Ra’u’el, Uriel, Refael, este último “Ángel del señor que participó en la restauración de todas las cosas”.
EN EL CRISTIANISMO
La Iglesia católica reconoce sólo a los tres arcángeles que tienen nombre y que se encuentran en la Biblia: Miguel, Gabriel y Rafael, cuya festividad es el 29 de septiembre.
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Pero no desconoce que hayan 7 arcángeles.
Cada uno tiene atributos distintos, según su papel en los relatos bíblicos, tanto del Antiguo, como del Nuevo Testamento.
Miguel, jefe de los “ejércitos de Yahvéh”, para luchar acompañado contra los ángeles caídos.
Se le representa con armadura o con la balanza del Juicio Final.
Gabriel, mensajero celestial, por anunciar a la Virgen María el nacimiento de Cristo.
Se le representa con un mensaje escrito y/o una flor blanca.
Rafael, protector de los viajeros, de la salud y del noviazgo, por su misión desempeñada durante el viaje de Tobías, narrado en el libro bíblico homónimo.
Se le representa con un bastón de viajero y un pescado.
De la misma manera que la Iglesia Católica, la Iglesia Ortodoxa, sólo reconoce como arcángeles a los tres, cuyos nombres aparecen en la Biblia.
Solo que a diferencia de los católicos, su representación en la iconografía es distinta, pues a los tres se les representa con túnica y un globo transparente con una cruz.
En el caso de la Iglesia Copta, además de reconocer a San Miguel, San Rafael y San Gabriel, reconoce también a un cuarto arcángel; San Uriel (“Llama de Dios” o “luz de Dios”).
Este ángel aparece mencionado en el Libro de Enoc, el cual es considerado un libro canónico para esta Iglesia. El resto de las iglesias lo consideran un libro apócrifo.
Para gran parte de los protestantes, un arcángel es un ángel principal de un grupo de ángeles.
Opera como mediador entre Dios y los seres humanos, a menudo como intérprete del mensaje de Dios.
Muchas veces los arcángeles aparecen en grupos de números específicos.
LOS OTROS ARCÁNGELES
Los siguientes no aparecen en la Biblia sino en otras escrituras antiguas de los judíos.

SAN URIEL: SU NOMBRE SIGNIFICA “FUEGO DE DIOS”
Se le representa con una espada en el jardín del Edén.
Se lo considera al Arcángel puesto por el Padre Eterno a las puertas del Paraíso con su Espada de Fuego, aquel que expulso a Adán y Eva.
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Combate el espíritu de la ira, del odio y de la impaciencia, poniendo en el corazón las virtudes de la dulzura, benignidad, paciencia y mansedumbre.
San Uriel nos rodea con su corona ardiente de amor, de paciencia y de bondad.
El cuida todos los lugares de las apariciones Marianas, enriqueciéndolos de gracias.
Jesús afirmó en unas de sus revelaciones: “Cuando los ejércitos rojos avancen, ellos atravesarán tan solo al precio de la muerte y con la pérdida de sus vidas, el cinturón de fuego colocado delante de los lugares de las apariciones de mi Madre”.
Ya en el cuarto siglo, San Uriel es recordado en el martirologio.
También se lo representa con sus manos abriéndose las vestiduras del pecho, para dejar salir el Fuego Sagrado de Amor (como hacía San Francisco Xavier).
Pedimos a San Uriel, nos libre de caer en la pasión del odio, la ira y la impaciencia.
Y también nos proteja de personas malvadas, iracundas, nerviosas.
Y derrame en nuestro corazón y en el alma de los que nos rodean, el Amor, dulce, suave y sereno.
Oración: “San Uriel rodéanos con el Cinturón de Fuego, ven en nuestra ayuda con tu Ejército Celestial.
Y enséñanos a vivir y hacer como ha hecho Jesús, aquí en la tierra. Amén”.

SAN BARACHIEL: SU NOMBRE SIGNIFICA “BENDICIÓN DE DIOS”
Se lo asocia tradicionalmente al día sábado y al mes de febrero.
Se lo designa como protector de los matrimonios.
El Ritual de las Bendiciones (el Libro de la Bendiciones) se encuentra en la mano derecha de Barachiel.
Como señal de Bendición del Señor, de los Santos Sacramentos y de la administración del Preciosísimo Tesoro confiado a los sacerdotes.
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Pedimos a San Barachiel, nos proteja de caer en la pereza, la indiferencia a las Cosas Santas, en la mortal tibieza.
Y libere a las almas por las que rezamos, o nos rodean, del pecado capital de la pereza y la mortal caída en la tibieza e indiferencia.
Oración: “Santo Arcángel Barachiel, convéncenos con tus ángeles. Ayúdanos a crecer en las buenas obras y en el amor a Dios y a María. Amén”.

SAN JEHUDIEL: SU NOMBRE SIGNIFICA “ALABANZA DE DIOS”
Al arcángel Jehudiel se le representa en el arte católico con un corazón en llamas en la mano, que simboliza el Sagrado Corazón de Jesús.
Al arcángel Jehudiel se le conoce como el patrón de los trabajadores.
Es especialmente asociado como asesor y defensor de los que trabajan en posiciones de responsabilidad, como los reyes, los jueces, los presidentes y todo tipo de líder.
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Combate el espíritu de la envidia y de celos. Y también se le considera el Patrón de la Extremaunción.
Pedimos a San Jehudiel, nos impida caer en envidias y celos, que exterminan toda serena paz del alma.
Y nos proteja de individuos obsesivos por los celos y con la pertinaz maldad de la envidia.
Derramando en nuestras almas y en las de las personas que nos rodean, la fidelidad a la Ley de Dios y de la Iglesia, y la Obediencia a las Divinas Disposiciones.
Oración: “Santo Arcángel Jehudiel, fuerte ángel y gran opositor de los espíritus malignos, ven en nuestra ayuda con todo tu ejército angelical. Asístenos en la lucha contra los tremendos ataques del Infierno, que amenazan destruir a la Iglesia.
Quita de nuestros corazones toda envidia y haz que el Decreto Divino llegue a ser para nosotros alabanza eterna y viviente en Dios. Amén”.

SAN SAELTIEL: SU NOMBRE SIGNIFICA “PLEGARIA A DIOS”
Se lo representa con las manos juntas en oración profunda o con el incienso de adoración, representando así su unión gozosa con Dios.
Al arcángel Sealtiel se le considera el patrón del Sacramento del Orden.
Por eso muchas veces es representado con un incensario en las manos, un símbolo de las oraciones y promesas del sacrificio de la misa mediante las acciones del sacerdote ordenado.
Combate el espíritu de la intemperancia, la gula y del exceso en la bebida.
Sealtiel como distribuidor de gracias también a veces lleva en sus manos una cesta de flores (también frutos), o bien, va derramando flores y frutos.
Por ser el arcángel de la oración, el arcángel Sealtiel te ayuda a conectarte con Dios a través de la plegaria.
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Te ayuda también a concentrarte mejor cuando oras, y a echar a un lado las distracciones.
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Es el arcángel que te ayuda a expresar tus sentimientos más profundos y tus oraciones más sentidas a Dios.
También te ayuda a escuchar las respuestas de Dios a tus plegarias.
El arcángel Sealtiel te ayuda a comprender tus sueños, sanar adicciones y proteger a los niños.
Es además el arcángel que ayuda en los exorcismos.
Oración: “Santo Arcángel Sealtiel, ayúdanos con tus ángeles, enséñanos a rezar, como el Señor ha rezado y nos ha enseñado a rezar! Amén”.
En la grandeza de las tareas confiadas a los siete arcángeles, nosotros podemos reconocer el poder que Dios les ha dado y la importancia de invocar su ayuda.
Recemos a menudo siete Padrenuestros, Ave y Gloria en honor de los Santos Arcángeles con la invocación:
“Vosotros Santos Ángeles, venid con Vuestros Ejércitos, mostrad a nosotros y a todos los hombres vuestra ayuda y vuestra fuerza, para que nuestro corazón se encienda en el Amor de Dios y de María, vuestra Reina, Amén”.
Fuentes:

Foros de la Virgen María

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