viernes, 23 de septiembre de 2016

COMO FUNCIONA LA PROTECCIÓN DE LOS ÁNGELES EN LOS HOSPITALES [TESTIMONIOS SOBRENATURALES]


En los hospitales el velo entre los mundos es más tenue.
Los hospitales son focos de actividad espiritual.
Cuando la gente muere o está enferma, los ángeles están muy activos.
También hay una guerra espiritual en ellos.
Unas enfermeras tienen un blog sobre acontecimientos sobrenaturales en los pasillos de hospitales.
También hay casos en que se han registrado su presencia en fotografías.
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Hace un tiempo (2008), se produjo el video de seguridad que muestra una luz radiante que parecía angelical.
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Y estuvo vinculada a la recuperación milagrosa de una joven que sufría lo que se creía que era neumonía mortal.
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Abajo se muestra un video.
La ex enfermera Penny Sartori ha pasado más de veinte años trabajando en la UCI y ha realizado su tesis doctoral cuyas conclusiones están en el libro The Wisdom Of Near-Death Experiences.
Al margen de que se trate de personas creyentes, agnósticas o ateas, todas ellas tienen el sueño o la visión de cómo su familiar se va de este mundo guiado por alguien.
Ya se cónyuges ya fallecidos, seres anónimos o ángeles, y lo hace con una clara sensación de “paz y amor”.
LOS ÁNGELES ESTÁN ENTRE NOSOTROS
Como ABC News informó:
“Un par de meses antes de morir de un tumor cerebral inoperable, Ryan Reynolds de 10 años de edad, estaba en un picnic con la familia y amigos.
Y durante el paseo le dijo a su madre que podía ver a los ángeles. Esto no era inusual, ya que Ryan habló a menudo de los ángeles.
Pero cuando las fotos de la familia de la comida campestre fueron vistas, justo allí, entre las tías y los tíos y los amigos había imágenes en blanco transparente.
‘Habíamos pensado al principio que era algo que tenía que ver con el revelado’, dijo Shirley Reynolds, la madre de Ryan, a ABC en Cincinnati.
Sin embargo, la mamá de Ryan no fue la única en ver fotos con imágenes insólitas.
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De hecho, tres cámaras diferentes, utilizando tres tipos diferentes de películas, en fotos tomadas de tres lugares diferentes, tenían las mismas formas blancas transparentes.“
Nunca he visto esto antes en una foto’, dijo Angie Shafer, una fotógrafa de un diario local. ‘Pensamos que tal vez hubo manchas en ella’.
¿Debería sorprendernos?
Los ángeles están con nosotros toda nuestra vida y nos conducen hacia la otra vida.
Y algunos que han lo han vislumbrado dicen que sus ángeles les llevaron en tour al cielo (estas son historias de los anales crecientes de experiencias cercanas a la muerte).
Los espíritus alrededor de la mayoría de la gente no incluyen al “Grim Reaper” (una calavera con la hoz), sino a un mensajero blanco radiante o guardián.
LOS ÁNGELES PROTECTORES
Durante las visitas a los médicos, y especialmente durante la hospitalización, las oraciones de protección invocando a los ángeles – en primer lugar a Jesús, y su madre – son cruciales.
Hay una gran interacción espiritual.
Cuando un profesor ateo llamado Dr. Howard Storm de la Universidad de Kentucky del Norte (en la actualidad es creyente) tuvo una experiencia cercana a la muerte, dijo más tarde:
“Varias veces durante este período, cuando yo estaba despierto y creía que me iba a morir pronto, un Ángel entraba en la habitación.
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La sala se llenaba de luz radiante blanca y la figura hermosa del ángel luminoso se aparecía junto a mi cama.
Esto sólo ocurría cuando yo estaba despierto y era sorprendido por la aparición del ángel. 
El ángel me aseguraba que yo iba a vivir y que Dios velaba por mí.
De inmediato me sentía mejor física y emocionalmente.
El ángel nunca vino cuando alguien más estaba en la habitación, y el ángel siempre dejaba la habitación antes de que alguien llegara.
Una enfermera a menudo entraba en la sala inmediatamente después de que el ángel se había ido.
Yo estaba sentado en la cama, las lágrimas corrían por mi cara, y yo les decía que un ángel acababa de estar en la habitación. Siempre se echaban a reír y me decían que descansara.
Sabía que la única razón por la que estaba vivo era porque los ángeles estaban ayudando a curarme”.
ÁNGELES PACIFICADORES
Hay historias de enfermeras y otros trabajadores de la salud que informan sobre sucesos sobrenaturales en el hospital y la presencia de ángeles.
¡No todos son escépticos! De hecho, la mayoría de las enfermeras no lo son. Una de ellas, que prefiere el anonimato, dijo:
“Hay unos pocos sucesos que puedo informar. Una vez hace unos años, un paciente se estaba poniendo muy nervioso, y cuando esto sucede, hay preocupación por la seguridad. 
Le pedí a Dios que enviara a San Miguel y los ángeles y arcángeles para ayudar con la situación.
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Me di cuenta de un ángel muy grande en la unidad.
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Me sentí sorprendida y luego se lo di a entender, ‘¿Por qué te sorprende? Tu pediste ayuda, ¿no?’ 
El paciente se calmó sin aplicarse la fuerza que a veces es necesaria por razones de seguridad, la seguridad del paciente y de los demás”.
“Otra vez estaba pasando por la habitación de un anciano, me di cuenta de un ángel muy grande en su habitación, como la luz del sol.
Era muy bonito, una escena pacificante”
“En otra ocasión, un paciente muy agitado vino a nosotros para ser admitido en la unidad, le pedí a Dios que enviara ángeles para ayudar en la situación.
Y debido al trabajo muy cariñoso y tranquilizador de los otros dos del personal, quedó muy tranquilo y luego se fue a dormir. 
Sentí en ese momento una sensación maravillosa de paz en la unidad y creo que los ángeles estaban ayudando en la situación. 
También he visto un par de veces por el rabillo de mi ojo, alguien vestido pasar por el pasillo, que resulta que no estaba físicamente allí.
Una vez, cuando esto sucedió, sentí a alguien yendo hacia una habitación.
Pensé que era un paciente por un segundo, hasta que me di cuenta de que la habitación estaba vacía, había sido desalojada un par de horas antes a la salida de un paciente.
Fui a verificar y, de hecho, no había nadie allí y la habitación estaba cerrada con llave, así que nadie podría haber entrado allí.”
LOS SACRAMENTALES Y AGUA BENDITA
“Soy un técnico psiquiátrico y he trabajado en una unidad de hospitalización de salud mental por ocho años.
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Yo he comenzado a llevar a algunos sacramentales bendecidos en el bolsillo, así como una pequeña botella de agua bendita conmigo siempre que trabajo.
Me siento confortado y protegido por ellos, y en ocasiones pongo agua bendita en la frente o rocío unas gotas en el trabajo.
Siento también que ello trae una influencia positiva en mis interacciones con los pacientes.
Yo rezo antes de ir a trabajar, pidiendo la intercesión de Jesús, San Miguel, San Pío, San José, San Rafael, María, y mi ángel de la guarda. 
Pido orientación, protección y curación, y que se me ayuden a decir las cosas correctas a los pacientes y hacer lo que es más útil para ellos, y para mantenerlos a salvo. 
Estoy muy agradecido a Dios, a los santos y los ángeles por ayudarme a mí y a nuestros pacientes de esta manera”.
LOS ÁNGELES HUMANOS
“Como estudiante de enfermería tenemos poco tiempo para hacer una impresión duradera en nuestros pacientes.
Cada vez que entro en la habitación del paciente estoy un poco nerviosa porque no estoy segura de la forma en que el paciente me va a percibir.
Yo seleccioné un paciente que quería para aprender, investigar el proceso de la enfermedad y entregar el informe a la mañana siguiente.
Me sentí preparada y estaba lista para realizar mi evaluación, las intervenciones y enseñanzas”.
“Cuando entré en la habitación vi a mi paciente acostada en la cama, de espaldas a mí con su cobertor sobre la cabeza.
La llamé por su nombre para presentarme, pero no fue hasta que le dije que mi nombre era Milagros, una estudiante de enfermería y que estaba dispuesta a hacerme cargo de ella, que se quitó la manta y se sentó en la cama buscando atención.
Hubo una conexión inmediata, a diferencia de lo que había experimentado nunca antes.
Cuando le hube realizado la atención esa mañana hablamos acerca de la vida, el amor y la familia.
Cuando empezó a hablar de su salud noté un gran cambio, dejó caer su cabeza hacia abajo y su voz era baja, como si estuviera avergonzada.
Luego me reveló que una semana antes ella trató de quitarse la vida. 
¿Por qué? Le pregunté. Ella me respondió que estaba tan abrumada con la progresión de su enfermedad que se sentía como si no hubiera opción.
En la cama delante de mí, vi a una mujer dulce, con mucho que ofrecer al mundo, sintiéndose espiritualmente destrozada y derrotada físicamente.
Le expliqué que ella tenía mucho que agradecer a los nietos y un gran trabajo en el camino y que sus dos hijos mayores velan por ella, por su fortaleza.”
“Mientras hablábamos el capellán entró en la habitación y vino a su lado y le preguntó si quería orar.
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Me volví para salir de la habitación pensando que quería un poco de intimidad, cuando ella me pidió que me quedara y rezara con ella.
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Los tres unimos las manos, cuando el capellán rezaba, ella lloraba y lloraba.
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Cuando la oración hubo terminado y el capellán se fue, yo la sostuve en mis brazos y le aseguré que el Señor va a hacer un camino para ella.
Al final del día fue difícil salir, pero yo le prometí que volvería al día siguiente para cuidar de ella.
Al día siguiente dimos el informe de pre-conferencia, y después le comenté a mi profesora la Sra. Ana, que yo quería hacer algo especial por mi paciente.
Ella me dijo que un día antes al capellán le había dado una cruz, y como ella ya tenía una, que yo podría tener la otra.
Cuando ella me la entregó sabía que sería perfecto,. decía “Jesús me ama”. Corrí a su habitación”
“Cuando entré en la habitación esta vez ya estaba despierta y cuando me vio su cara se iluminó. Ella me dijo que ella estaba esperando que yo fuera.
Me sonrió y replicó: ‘Usted estuvo en mi mente toda la mañana’. Le di la atención y hablamos y nos reímos durante toda la mañana. Ya no se veía triste.
Tenía una energía vibrante alrededor de ella que era contagiosa a todo aquel que entrara en la habitación.
Ella me miró y me dijo: ‘Tú eres un ángel y que me das esperanza.
Tomé la Cruz de mi bolsillo y le dije que cada vez se sintiera triste, se aferrara a esta cruz y dijera una oración.
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Ella tomó la cruz en la mano y se la acercó al corazón, miró al techo, y dijo:
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‘Gracias Jesús, por haberme enviado un Milagro’.
 
Salí de la habitación, para darle oportunidad de descansar y yo le dije que estaría de vuelta para ver cómo estaba después.
La revisé de vez en cuando y noté que ella estaba descansando y en su mano cerca de su pecho estaba la cruz que le di”.
“Al final del día hubo una emotiva despedida, porque me sentía como si estuviera dejando a un amigo cercano. Al darme la vuelta para irme, dijo: ‘¡Te amo!’ y le respondí: ‘¡Te amo mucho!’.
Más tarde esa noche me di cuenta que no estaba perdiendo a un amigo cercano, me estaba ganando un ángel. Al igual que hice un gran impacto en su vida, ella ha hecho una impresión duradera en la mía. 
En la vida todo sucede por una razón, debido a la Divina intervención, yo la elegí como mi paciente o ella a mí.
Una cruz, un símbolo de esperanza para los necesitados, que Dios cuida de ellos, dada por mi profesora que ya tenía una, me la pasa a mí y ahora se la paso a mi paciente que va a aferrarse a ella cuando tenga que sacar fuerzas.
Desde esta experiencia solo sé que siempre voy a tratar de ser una enfermera compasiva, a pesar de que yo esté con mi paciente por un corto tiempo, será suficiente para hacer una diferencia.
Elegí la experiencia de aprendizaje, pero en realidad un ángel me eligió a mí“.
EN LA SALA DE OPERACIONES
El Dr. Lloyd Rudy, un cirujano del corazón de Spokane, Washington (quien ya murió), contó un acontecimiento relacionado del que fue testigo durante una resección de emergencia de la válvula del corazón.
Mientras los del equipo se quitaban la ropa y limpiaban, y otro médico cerraba el pecho del paciente con varios alambres (esperando una autopsia).
La máquina de la presión arterial, el pulso y la presión localizada a la izquierda continuó funcionando tirando el papel en la piso, nadie, al parecer, se había molestado en apagar el equipo de monitoreo.
Eso resultó ser providencial. Recogemos la historia.
“El cirujano asistente y yo fuimos y tomamos nuestras batas, máscaras y cosas y volvimos.
Estábamos en nuestras camisas de manga corta y discutiendo si había algo más que podríamos haber hecho para el éxito de paciente.
Y estuvimos de pie por lo menos veinte minutos desde que este hombre no registraba ningún latido del corazón, sin presión arterial.
Y de repente miramos hacia arriba, cuando el médico acababa de taparlo y le vimos algo de actividad eléctrica, y muy pronto la actividad eléctrica fue convertida en un latido del corazón“.
Al principio pensaron que era el corazón latiendo sin vida real. Pero luego hubo una lectura de la presión arterial.
“Yo empecé a gritar, ‘está volviendo, traigan a las enfermeras”
El hombre estaba vivo. Su ritmo cardíaco y la presión arterial vinieron de nuevo.
“Se recuperó y no tenía déficit neurológico“, dice el Dr. Rudy.
“Durante los próximos diez días, dos semanas, todos estuvimos hablando con él acerca de lo que vivió”
El hombre habló acerca de la luz brillante que tantos recuerdan.
“Pero lo que me asombró fue que él describió esa sala de operaciones, cuando estaba flotando alrededor.
Y diciendo que ‘yo lo vi y al Dr. Catanio de pie en la puerta con los brazos cruzados y no sabía dónde estaba el anestesiólogo, pero lo vi venir corriendo hacia adentro. Y vi todos estos post-it [utilizados para los mensajes de las enfermeras]’”.
En resumen, el paciente “muerto” relató lo que todos habían estado haciendo – incluso las discusiones lejos de la cama.
“No hay manera de que lo pudiera haber descrito.
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Él describió la escena, cosas que no hay manera de que pudiera saber que estaban allí.
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Me refiero a que no se despertó en la sala de operaciones y lo vio. Quiero decir, él estaba afuera. Entonces, ¿qué te dice eso?”
San Pablo habló de eso exactamente cuándo mencionó a un hombre en la misma situación que “salió de su cuerpo” y se fue al, segundo o tercer cielo.
EL CASO DE BARBARA WHITFIELD
Una atea, no era ciertamente propensa a tales cosas.
Sin embargo, ella todavía tiene memoria de su experiencia cercana a la muerte en el post-operatorio en 1975.
Lo cual la transformó de la mujer materialistamente orientada, esposa de un hombre muy rico, a todo lo contrario (un resultado común de experiencias de este tipo).
Barbara dejó su cuerpo y se encontró en el pasillo del hospital.
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Y también como muchos, pasó del pasillo a una especie de túnel.
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Al final del cual había un lugar donde se encontró con su abuela fallecida.
“Me tomó treinta y siete años pensar en todas estas cosas maravillosas que me han ocurrido“, dice Barbara.
Ella encontró su “auténtico yo real” después de  abandonar una vida de lujo que incluía un avión privado, para convertirse en una enfermera respiratoria y después, en psicoterapeuta.
“No podía ser como yo era antes”, dice.
“El universo es mucho más grande de lo que podemos comprender“, Barbara añade. 
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“No hay un tiempo lineal. Cuando estás en el ‘ahora,’ Dios está en todas partes. Realmente es un viaje fácil.
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Desafortunadamente, tenemos que convencer a nuestro ego a que nos permita tomar el camino.
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Es por eso que escribí un libro llamado “El poder de la humildad”.
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El viaje es un viaje sin distancia. Va por dentro y por llegar a nuestro verdadero yo
“.
UNA BUENA MEDITACIÓN
Durante ese “viaje”, Barbara aprendió sobre el abuso que había sufrido por su madre cuando era joven.
Y a su vez, experimentó de repente perdón instantáneo y comprensión, algo importante para la vida futura.
Mientras tanto, Albert Einstein dijo una vez que hay dos maneras de ver el mundo: como si todo es un milagro o nada es un milagro.
Nosotros optamos por la primera.
En cuanto a los hospitales, tenemos que mirar lo que sucede allí con los ojos que sea menos médicos y más espirituales.
Fuentes:
Foros de la Virgen María


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