viernes, 17 de junio de 2016

LAS 7 MANERAS EN QUE DIOS QUIERE BENDECIRTE


No importa lo que pienses en la actualidad acerca de Dios, ni que tan amigo eres de Él. Él realmente tiene un fuerte deseo de bendecirte. Es por eso que cuando alguien te dice ´que Dios te bendiga´ está deseando lo mejor para ti.

La bendición invoca el apoyo activo de Dios para el bienestar de la persona, implica salud, provisión y felicidad, poder y capacidad de perseverancia, en la persona que la recibe.
Pero el gran caudal de bendiciones, los milagros increíbles a cada paso, llegan cuando te conviertes en lo que Dios quiso desde el inicio que fueras.

El Génesis narra que Dios, al completar cada día de la creación, la bendijo (Cf. Gen 1-2). Cuando Noé salió del Arca, recibió la bendición de Dios (Cf. Gen 9,1). En el tiempo de los patriarcas, la cabeza de cada tribu y familia bendecía. Dios ordenaba a los sacerdotes a bendecir al pueblo (Num 6, 23-26). Jesucristo y los Apóstoles bendecían, por lo que la práctica pasó a la Iglesia como el mayor de los sacramentales.

En cada bendición de Dios narrada en la Biblia, siempre hay una unción especial, un impacto de poder sobrenatural.

Así las bendiciones de Dios: Hicieron posibles las cosas imposibles. Dieron poder, directrices y habilidad “sobrenatural” para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios. Dieron autoridad espiritual a la humanidad, etc.

AQUÍ ESTÁN 7 MANERAS EN QUE DIOS BENDICE A SUS HIJOS TODOS LOS DÍAS

1) Dios quiere que ayudarte a ver las cosas desde la perspectiva del cielo

Como seres humanos, tendemos a ver las cosas desde la perspectiva de la tierra en lugar de la perspectiva del cielo. Después de todo, este es el lugar donde vivimos ahora. Es todo lo que sabemos. Pero Dios no está limitado por nada, porque nada es imposible para Él.

Así que cuando sientes que la presión en tu vida te está aplastando y falla la esperanza, mira hacia arriba. Recuerda que Él dejó el cielo para rescatarnos. Y pídele al Señor respirar el aire fresco de la visión espiritual y una visión saludable para tu ser. Esto puede hacer toda la diferencia en el mundo.

2) Dios quiere darte gozo en servir a los demás

Nadie quiere servir a los demás si su corazón está lleno de deseos egoístas. Y por naturaleza, tendemos a esa dirección en nuestro corazón.

Pero Dios cambia ese enfoque cuando viene a nuestra vida. Él no sólo hace que sea una delicia para nosotros adorarlo y servirlo a Él, sino que también se convierte en una alegría servir a los demás.

Es el opuesto a la forma en que muchas personas viven, pero es mucho más satisfactorio.

3) Dios quiere darte la paz en cualquier situación

Aunque Dios no promete a sus hijos una vida fácil en la tierra, Él promete ser nuestra fuente de paz en cualquier situación.

En otras palabras, Jesús nunca dijo que los cristianos deben llevar la cruz de la ansiedad, el miedo o la preocupación.

Esas cosas no son parte del plan de Dios para tu familia, incluso cuando Él permite que sus hijos pasen por el sufrimiento y la persecución.

4) Dios quiere darte ánimo en estos momentos

Dios nunca desalienta a sus hijos, nunca. Y Dios nunca quiere que sus hijos sean agobiados bajo el peso del desánimo.

Dios quiere levantarte el ánimo en estos momentos. Él puede llenarte de esperanza y Él puede alejar los sentimientos terribles de fatalidad y desaliento.

El hecho de saber lo mucho que Dios quiere eso para tí, puede ser un gran paso en la dirección de un verdadero estímulo.

5) Dios quiere llenarte del reconocimiento de su amor por tí

Si tu no sabes en lo profundo de tu corazón lo mucho que Dios te ama, la vida puede ser bastante deprimente. Pero cuando abrazas la verdad de que Dios envió a su único Hijo para salvarte de tus pecados, las cosas adquieren una nueva perspectiva.

Entender que Dios está contigo y no contra tí es un gran logro. Y a medida que tu corazón se llene de la apreciación de la bondad de Dios para tí, el resultado es un flujo constante de paz y alegría dentro de tu alma.

6) Dios quiere enseñarte cómo llevar todo pensamiento y obediencia a Cristo

Hasta que no aprendamos cómo manejar nuestros pensamientos, seremos arrastrados por cada pequeña cosa que nos distrae o nos tienta. Sólo cuando aprendemos a controlar nuestros pensamientos es que comenzamos a experimentar la paz que Dios nos quiere dar a cada momento.

Y aunque todavía habrá contratiempos en el área del “manejo de los pensamientos”, la vida es mucho más agradable cuando nuestros pensamientos están en línea con la bondad de Dios y la voluntad de Dios para nuestras vidas.

7) Dios quiere llevarte a su casa del cielo un día

Dios te quiere en el cielo tanto, que envió a su único Hijo a morir en la cruz para que pudieras ser salvado.

Tu vida en la tierra tiene muchos retos, pero el cielo será perfecto. Permite que esta gloriosa verdad llene tu alma: Dios quiere pasar la eternidad contigo. Los que confían en Jesús para la salvación son los que conocen la bendición final de Dios.

Así que ¿te gustaría tener a Dios bendiciendo tu vida hoy y para siempre?

Si es así, puedes ir al Padre a través del Hijo ahora mismo y comenzar a recibir estas 7 bendiciones de inmediato. Ve por ellas. Se alegrará cuando lo hagas.

PERO EL GRAN CAUDAL DE BENDICIONES LLEGA CUNDO TE CONVIERTES EN LO QUE DIOS QUISO PARA TI

Cuando vas a tu misión. Cuando vas a lo que realmente eres, cuando llegas a ser realmente lo mejor que puedes ser, muchos milagros después ocurren.

Disciplina. Entrega. Cuando estás desprovisto de ego, cuando estás puro, como María era pura, cuando te encuentras con la humildad; entonces, la vida misma se convierte en un milagro: todas las buenas cosas.

Pero primero tenemos que disolver la pretensión, la excusa, el fingimiento.

¿Cómo podemos ser “lo que Dios nos creó para ser” si estamos viviendo (u ocultándonos) detrás de una fachada?

Echa un vistazo en el espejo espiritual y asegúrate de que estás delante (no detrás de él).

Cuando vuelvas a lo real tuyo, auténticamente te sentirás más cómodo, como con un zapato viejo.

Cuando te quitas la máscara, cuando estás actuando en la forma en que debes actuar, sin nada que ocultar y trabajar en lo que te fue asignado hacer; las bendiciones están allí para pedirlas.

¡En abundancia!

Muchas veces ni siquiera tenemos que pedir por ellas.

Mira todo el Antiguo Testamento: cuando estaban en un mandado para Dios, se duplicaban sus gracias (véase David; véase Moisés; mira cómo la Santísima Madre estaba “llena de gracia”). Ellos estaban tomando medidas en la dirección correcta.

Recibir la gracia es recibir lo que necesitamos para la gozosa realización de nuestro propósito. Dios honra la fe con bendiciones. Lo que es bueno se vuelve mejor.

Las falsas bendiciones colapsan. Cuando deseamos a otros la mejor – incluyendo a aquellos que nos causan problemas – queremos para nosotros mismos lo mejor también.

Muchos escriben o hablan de la religión sin practicar el espíritu de la misma. Tu puedes reconocer esto por el sentido de lo secular, por la mundanidad, por la aridez concomitante. Por el más orgulloso.

Cuando estás haciendo lo que Dios quiere y actúas como Dios quiere que actúes – y amas – puedes sentir su caricia. Es como una “llama de algodón”. Estamos protegidos en él.

Por lo general, cuando hay un obstáculo, es creado o está conectado de alguna manera a la intrusión del “yo”, que busca su propia gracia y atrae al enemigo.

Tu misión es siempre desinteresada, natural, la Voluntad de Dios; busca su voluntad (no la del mundo), se tan bueno como puedes, ejerce la sinceridad a cada paso, y se te guiará a tu verdadero propósito en la vida, sin siquiera darte cuenta.

Si hay un “bloqueo”, puede ser el enemigo, sí, pero también puede ser porque has decidido mal sobre cuál debe ser tu misión. Sólo los humildes pueden entregarse totalmente. Cuando estamos llenos de nosotros mismos somos nuestros peores enemigos.

Si Dios te “pone a dormir”, si hay aridez, es como un cirujano que anestesia a un paciente con el fin de trabajar libremente.

No te desanimes cuando Dios queda en silencio.

Somos bendecidos cuando estamos sirviendo a los demás. Somos bendecidos cuando deseamos en los otros lo mejor, y de nuevo, entre los que nos causan problemas.

Somos bendecidos cuando resolvemos hacer lo contrario de lo que hemos hecho mal.

Caminar en la entrega y la fe como lo hizo María, completa tu tarea.

Se moldeable – flexible – en la Presencia de Dios, ya sea que lo sientas a él o no.

¿CÓMO ESCUCHAR LA VOZ DE DIOS QUE QUIERE BENDECIRTE?

Muchos cristianos se sienten frustrados por el tema de escuchar la voz de Dios, creen que no están aptos para sentir la voz de Dios para guiarlos hacia las bendiciones.

Después de caminar un tiempo con el Señor comprenderás, que Él es la voz suave y apacible que habla dentro de tu espíritu y quiere hablar contigo y guiarte hacia las bendiciones, incluso lo quiere más que tú.

Pero se necesita un poco de práctica. Por ‘práctica’ quiero decir entrar en el hábito de preguntar y escuchar, ser consciente de su presencia en ti. Estés donde estés presta oído al Espíritu Santo. Pregunta: “Señor, ¿qué voy a hacer en esta situación?”

Comienza a practicarlo con pequeñas cosas, como encontrar algo que has extraviado o preguntar qué camino tomar mientras estás buscando una dirección en la calle, y pronto vas a ser bueno en distinguir su voz y establecerás un canal firme para que te lleguen las bendiciones más fluidamente.

¿Cómo se puedes aprender a reconocer la voz de Dios cuando estás tomando decisiones? Mira a tu interior, al Espíritu Santo de Dios dentro de ti. El Espíritu Santo es ‘la guía en el interior’.

Nuestro objetivo al tomar decisiones deben ser reconocer y seguir la voz del Espíritu Santo. Juan 10:27 dice: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen”. ¡Nunca olvides esto! Él te conoce, y oye tu voz, y porque lo hace, puedes seguir su dirección.

Luego hay que escuchar. Con esto quiero decir parar y pasar tiempo en la presencia de Dios leyendo su Palabra y en oración, de modo que seas libre de hablar a su corazón y dócil a su conducción. Muchas veces estamos tan envueltos en nuestras ocupadas vidas que no damos a Dios un lugar para hablar con nosotros.

El Espíritu Santo es un caballero. Él no va a forzarte o incluso interrumpir tu vida cotidiana a menos que le des permiso.

¿Y cómo se saber que es Dios el que me habla? No es un tema menor, porque yo he conocido a muchos cristianos que afirman que Dios les dijo hacer algo, pero el resultado final de su decisión resulta realmente malo.

¿Cómo entonces saber cuándo es la voz de Dios que nos está guiando? La manera de estar seguro de que estás escuchando la voz del Espíritu Santo, la voz de Dios, es pasar tiempo aprendiendo a reconocerla.

¿Cómo llegaste a reconocer la voz de tu padre o madre, tu pareja o tus hijos? Pasaste tiempo con ellos. Si nunca hubieras estado con ellos, no reconocerías sus voces. Es lo mismo con el reconocimiento de la voz de Dios. Debes familiarizarte con su voz pasando tiempo con él.

La voz de Dios no es audible, pero es el ‘testigo interior’ o tu ser interior, que te dará la inspiración del Espíritu de Dios en tu propio espíritu, (Ef. 3:16).

Si escuchas cuidadosamente en oración, tú comienzas a experimentar una paz que aleja la inquietud o el miedo, aun en situaciones que dan para tener miedo, como por ejemplo las que han sufrido los mártires. Esa paz es como una sensación aterciopelada en tu espíritu y mientras que el malestar es como una sensación de áspera.

Debes dejarte llevar por el testimonio interior, en las cosas grandes y en las pequeñas, preguntando “¿Espíritu Santo, para donde debo ir? ¿Qué debo hacer aquí?”

Y luego escucharas la respuesta, quizás no inmediatamente, y no por una voz audible, sino mediante una ‘pequeña voz’ en tu interior, en tu espíritu (1 Rey. 19: 12-13), como su soplo, que te lleva al lugar o posición correcto.

Foros de la Virgen María

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