"Y el que no toma su propia cruz
y me sigue, no puede ser mi discípulo."
"Así pues, cualquiera de
vosotros que no renuncie a todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo."
El evangelio de hoy es muy duro. Y
mal entendido nos puede sonar a fundamentalismo. ¿Acaso no podemos vivir la
vida? Eso precisamente es cargar nuestra propia cruz. Cargar con nuestra vida
de forma responsable. Viviéndola a tope con total entrega. Renunciar a todo es
liberarnos de todo lo que nos oprime, nos paraliza, nos impide seguir a Jesús.
Y seguir a Jesús no es cumplir unas leyes consideradas intocables. Esto sí
sería fundamentalismo. Seguir a Jesús es llevar la salvación a este mundo. Es
luchar por el Reino. Seguir a Jesús es amar a todos. Dar de comer al
hambriento, vestir al desnudo, liberar al oprimido, luchar por la justicia.
Para ello debemos liberarnos del egoísmo que nos ata y no nos deja avanzar.
Liberarnos de nosotros mismos para poder VIVIR.
Enviat per Joan Josep Tamburini
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