martes, 24 de noviembre de 2015

EL ADVIENTO NOS PREDICA LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO


El Adviento nos sitúa frente a los tiempos finales.

El adviento pone énfasis en la segunda venida de Cristo, o sea la Parusía, y así se habla de un tiempo de espera y de alegría.

Sin embargo, a veces se confunde
– la segunda venida Cristo
– con el juicio final.
Por lo tanto deberíamos distinguir entre
– la gran tribulación y el castigo,
– la segunda venida de Cristo y su reinado,
– y el fin del mundo y juicio final.

QUE SIGNIFICA EL ADVIENTO

Es la “espera”, pero de alguien que ya ha comenzado la presencia entre nosotros, no de un extraño.

Eso quiere decir parusía, “presencia”, “llegada”, es decir, presencia comenzada.

Y antecedentes de esto es que en la antigüedad se usaba para designar la presencia de un rey o señor, o también del Dios al que se rinde culto y que entrega a sus fieles su parusía.

Es así como el Adviento entonces recuerda dos cosas:

– que la presencia de Dios en el mundo ya ha comenzado, y que él está presente a pesar que no resulta tan evidente a los ojos que no tienen fe;
– y que la presencia de Dios está en proceso de crecimiento y maduración, está llegando

Los creyentes debemos de hacerlo presente en el mundo, porque es su voluntad.

QUE ES LA PARUSÍA

Con la Parusía concluye la Gran Tribulación y se puede decir que comienza el reino de Cristo en la Tierra.

Debería verse la Gran Tribulación como la suprema batalla entre el bien y el mal, y en ese sentido, es la purificación que debe anteceder a la Parusía.

Y por lo tanto supone el final de los tiempos actuales previo a que la naturaleza humana y la creación sean renovadas.

Es lo que la Biblia nos enseña de la separación del trigo de la cizaña, y de alguna forma se restaura el designio original del Creador, y debe verse como la más grande manifestación de Dios en la historia.

Según san Mateo sabemos que después de la Gran Tribulación y de la Parusía, la historia humana no se termina en esta Tierra, sino que continuará pero, de modo que Dios cambiará los tiempos actuales de pecado y desgracia, por tiempos de justicia y felicidad. (Ver Mateo 24:15)

CUALES SON LOS SIGNOS DE LA PARUSÍA

El Nuevo Testamento ofrece varias señales que indicarán la proximidad de la Parusía, o segunda venida de Cristo a la tierra.

Los textos bíblicos en que se habla de la Parusía pertenecen al tipo literario llamado apocalíptico, que tienen la intención de captar la atención para que el lector se dé cuenta de la importancia de lo que se va a decir.

Por eso se habla de catástrofes cósmicas, de persecuciones, destrucción, martirio y no necesariamente tiene la intención de plantear un orden cronológico ni de describir detalladamente lo que vendrá.

Veamos los signos por los que sabemos que estamos de cada a pa parusía.

ENFRIAMIENTO DE LA FE

Este signo está en el evangelio de Lucas 18: 1-8, donde una viuda insistió con tal fuerza que el juez, que no temía a Dios, le concedió justicia para que dejara de molestarlo.

La parábola termina con las palabras de Jesús, “Os digo que os hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿encontrará fe sobre la tierra?”.

El evangelista no dice cuándo va a suceder la venida de Cristo sino que resalta las dificultades para creer, porque la viuda es símbolo de los cristianos que tienen impaciencia y pérdida de fe porque no ven justicia en este mundo.

LA APARICIÓN DEL ANTICRISTO

El Anticristo en el Nuevo Testamento simboliza las fuerzas que históricamente se han opuesto al Evangelio y que existen desde el comienzo mismo de la Iglesia, tales como

– el judaísmo que operó la crucifixión del Señor,
– el imperio romano que persigue a los cristianos,
– los herejes que atacan a la Iglesia,
– los paganos que desestiman la fe cristiana

Y en la medida que todas estas cosas han estado desde el principio del cristianismo, es indicador de que ya ha empezado la Parusía, por eso hemos dicho que es un proceso de gradual aparición.

CONVERSIÓN DE LOS PUEBLOS PAGANOS Y DE ISRAEL

En el episodio de la Torre de Babel del Génesis 11, los hombres se llenaron de confusión hablando lenguas distintas como castigo a su soberbia

Sin embargo, la confusión en el futuro será perdonada por la redención realizada por Jesucristo.

San Pablo escribió en Galatas 3,28: “Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que sois uno en Cristo Jesús”,

Cuando termine la distinción entre los paganos e israelitas, entre esclavos y libres, entre hombres y mujeres, terminará la confusión nacida del pecado, y la nueva era de la salvación ocurrirá porque todos estaremos unidos en Cristo.

Esto también ya ha comenzado, porque desde el inicio de la Iglesia los paganos y judíos se han ido convirtiendo.

DISTINCIÓN ENTRE PARUSÍA Y FINAL DE LOS TIEMPOS

En este punto vemos varios términos que se entremezclan: parusía, fin del mundo, día del Señor, juicio de las naciones apostatas, juicio universal.

El gran juicio se describe en el capítulo 19 del Apocalipsis,
se relaciona con el arrebatamiento o parusía del Señor, del que habla San Pablo en sus dos cartas a los Tesalonicenses;
coincide con el retorno glorioso, narrado en el discurso escatológico de san Mateo 24.

Pero son dos actos distintos y espaciados en el tiempo de la historia de la salvación.

El Apocalipsis habla del juicio universal en el capítulo 20 y dice expresamente que entre el uno y el otro de estos dos juicios, transcurre nada menos que el espacio de un milenio como mínimo.

La Parusía es una intervención de Dios en la Tierra para poner orden en un lugar donde triunfan. Ya sucedió en tiempos del diluvio y también pasó cuando Dios separó su verdadero Israel, la Iglesia Católica, del Israel pervertido.

Los biblistas dicen que Jesús mezcla la profecía sobre la destrucción de Jerusalén con los castigos que se abatirán sobre la tierra cuando la Parusía, o sea la gran tribulación.

Previo a la Parusía todos los hombres de buena voluntad se convertirán, y luego también los judíos como nación, según San Pablo.

Por esos debe verse como una clara señal del fin de los tiempos que se hayan reunido de nuevo en la tierra prometida, el Estado de Israel.

Y es ahí donde se menciona el arrebatamiento porque los fieles subirán hacia el encuentro de Cristo que viene, llevados por ángeles.

Quien quede en la Tierra al aparecer Jesucristo morirá fulminado por los ángeles y así la tierra será un lugar desolado no quedará ningún vivo como en los tiempos de Noé, o en Sodoma y Gomorra.

Esto lo dice claramente San Lucas: “Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama, el uno será arrebatado y el otro dejado; dos mujeres estarán moliendo juntas, la una será arrebatada y la otra dejada; dos estarán en el campo, el uno será arrebatado y el otro dejado” (Lucas 17: 34-36)

El que no quede nadie vivo sobre la Tierra no quiere decir que ya no habrá más habitantes aquí. Los nuevos habitantes serán los sobrevivientes que fueron elevados sobre las nubes por los ángeles, y serán devueltos más tarde a la Tierra, después del reordenamiento general que Jesús obrará.

Por otro lado hay que distinguir. El juicio universal, absoluto y resolutorio, que se describe en el Apocalipsis 20, y San Mateo 25, es una intervención de Dios entre los muertos en una tierra muerta, en vísperas de que desaparezca.

La primera medida de esa intervención es la resurrección de los muertos, desde Adán y Eva hasta el último nacido sobre la Tierra, o sea la resurrección de la carne.

Por el contrario, la carne de los muertos en la Parusía es devorada por los buitres en una Tierra desolada en la que luego habrá nueva vida.

La diferencia queda confirmada por los sobrevivientes en la Parusía, quienes no son fulminados por los ángeles sino elevados sobre las nubes, al contrario en el Juicio Universal en que no habrá sobrevivientes en carne y hueso de ningún tipo, estarán los hombres resucitados con su cuerpo glorioso y los condenados.

Así es como conceptos como Parusía, el día del Señor, el día de la ira del Señor sobre las naciones apóstatas, el fin de los tiempos es diferente y transcurre distanciado en el tiempo del Juicio Universal que supone el fin del mundo, que se menciona en el Credo: “ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos”.

¿ENTONCES QUE ES LA PARUSÍA?

Es el punto culminante de toda la historia humana que se relata en el Apocalipsis y que se describe de diversas maneras en la apariciones dela Medalla Milagrosa, Fátima y ahora Medjugorge.

Aquí vemos la lucha directa entre dos protagonistas: Cristo y el Anticristo, con el triunfo de Cristo y el restablecimiento del orden en la Tierra y en la humanidad.

Se trata de la Redención aplicada a la vida social, política y biológica en toda la faz de la tierra.

Hoy hay una confusión sobre la segunda venida de Cristo en su condición de Rey en la Tierra. Y se lo confunde con la vida en el Cielo. Pero no es así, existe la promesa de un reinado físico de Cristo en la Tierra, mucho antes del Juicio Final.

Jesucristo volverá para reinar en la Tierra renovada durante un milenio luego de haber derrotado al maligno, quien nos había sometido durante los la Gran Tribulación.

Después del largo reinado de Cristo, vendrá el Juicio Universal y el fin del mundo.

Alfredo Sáenz – El Fin de los Tiempos

Padre Castellani – La Parusía y el Fin de los Tiempos

FUENTES:


Foros de la Virgen María

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