miércoles, 30 de octubre de 2013

A LOS SACERDOTES

LOS SACERDOTES NO SE OLVIDEN DE LOS FIELES NI LOS FIELES DE SUS SACERDOTES Y AMBOS ACORDAOS DE MIS OBISPOS

Hijos Míos, los fieles cristianos ignoráis el bien tan grande que hace un sacerdote que en comunión Conmigo se mantiene fiel en su ministerio y en mi santa doctrina. Yo, Jesús, os hablo.

No importa hijos Míos, si el sacerdote sabe expresarse bien o mal, no importa si dice homilías brillantes o tediosas, no importa. Si es un sacerdote que vive entregado a Mí en cada momento por medio de su ministerio, ese sacerdote está salvando almas, innumerables almas sin él saberlo. Yo, Jesús, os hablo.

Pero vosotros fieles cristianos, todo lo que recéis por los sacerdotes siempre será poco. Un vaso de agua que os privéis de beber, un gusto al que renunciéis, una bebida que no consumáis, todo ofrecido por los sacerdotes Yo lo bendigo y Me agrada sobremanera. Porque hijos, Yo no os pido grandes penitencias ni grandes cosas, Me conformo con lo que ofrezcáis aunque sean pequeñas cosas ofrecidas con inmenso amor hacia Mis sacerdotes y obispos, que Yo que Soy magnánimo ya uniré Mis méritos o los de Mi Santa Madre en vuestros ofrecimientos. Yo, Jesús, os hablo.

Hijos, no olvidéis los unos de los otros, los sacerdotes no se olviden de los fieles, ni los fieles de sus sacerdotes, y ambos acordaos de Mis obispos que deben ser justos y dignos del cargo que ostentan. Yo, Jesús, os hablo.

La oración tiene como sabéis un inmenso poder y como vosotros ignoráis el bien que alcanzáis a través de ella, no os mancilla la vanagloria, por eso, rezar con un corazón limpio es un medio eficacísimo para el bien de Mi Iglesia y, alcanza también a aquellos que no forman parte de la misma, porque Yo hijos, amo a todos y a todos trato de que les alcance la gracia para reconvertirse o para que vivan rectamente la ley natural. Yo, Jesús, os hablo.

Llevad el Evangelio por medio de la oración a los paganos, a los que aun no lo conocen que ya Mi gracia los alcanzará en su momento, porque Yo hijos, no deshecho nada de lo que Me ofrezcáis. Yo, Jesús, os hablo. y os instruyo. Paz a todo aquel que leyendo este mensaje lo pone en práctica.

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