lunes, 4 de julio de 2011

GLORIA DE LA SANTA MISA



Entre los muchos documentos relacionados con temas espirituales, que almaceno…, pues he de confesar, que tengo una cierta dosis de espíritu de urraca, aguzado este por las facilidades que ahora me otorga el ordenador, he encontrado un documento que me fue remitido por una amable lectora de Hispanoamérica y es un conjunto de pensamientos, aseveraciones y frases, algunas de santos y todo ello acerca de la Santa Misa. Más o menos, no se nos dice nada nuevo, pero lo que se dice, es bueno recordarlo, a fin de que pongamos más atención y seamos más conscientes de lo que pasa en el altar.

Creo que más de un lector habrá leído a Hahn Scott, antiguo pastor protestante, hoy en día ferviente católico, que a este respecto y sobre la misa escribe: En la última línea del evangelio de San Mateo, Jesús promete: yo estaré con vosotros siempre... el Apocalipsis capta ese poderosos sentido de la inminente parusía de Jesús; su venida tiene lugar ahora mismo. El Apocalipsis nos muestra que Él está aquí en plenitud, donde quiera que los cristianos celebren la Eucaristía. La liturgia es una parusía anticipada. La irrupción del ya, en el todavía no, escribió el cardenal Ratzinger. Cuando vuelva Jesús al final de los tiempos, no tendrá ni un ápice más de gloria que la que tiene ahora mismo sobre los altares, y en los sagrarios de nuestras iglesias. Dios ya habita entre los hombres ahora mismo, porque la misa es el cielo en la tierra”.

Y con relación a este cielo anticipado que tenemos por medio de la Santa Misa, debemos de tener siempre muy en cuenta, que:
-No hay en el mundo lengua con que poder expresar la grandeza y el valor de la Santa Misa. Cristo se ofrece al Padre Eterno todos los días en la Santa Misa por la salvación de los hombres, por la salvación de todo el mundo. No piensas ir ¿vas a dejarlo sólo?
-La Santa Misa es el acto más grande, más sublime y más Santo, que se celebra todos los días en la tierra. Nada hay más sublime en el mundo que Jesucristo, y nada más sublime en Jesucristo que su Santo Sacrificio en la Cruz, actualizado en cada Misa, puesto que la Santa Misa es la renovación del Sacrificio de la Cruz.
-El Calvario fue el primer Altar, el Altar verdadero, después todo el Altar se convierte en Calvario.
-Con la Misa se tributa a Dios más honor, que el que pueden tributarle todos los Ángeles y Santos del Cielo. Puesto que el de éstos, es un honor de criaturas, más en la Misa se le ofrece su mismo Hijo Jesucristo, que le tributa un Honor Infinito. (San Alfonso Mª Ligorio).
-Con la asistencia a la Santa Misa, rindes el mayor homenaje a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor Jesucristo.
-Durante la Misa te arrodillas en medio de una multitud de Ángeles que asisten invisiblemente al Santo Sacrificio con Suma Reverencia. Bueno, lo de arrodillarse no está desgraciadamente tan claro para muchos que en la consagración permanecen de pie, marinado lo que dice San Pablo: "Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos, y toda lengua confiese que Cristo Jesús es SEÑOR para gloria de Dios Padre. (Flp 2,10-11).
-Recuerda que durante la Santa Misa estás tan presente a los pies de la Cruz, como lo estuvo la Santísima Virgen María.
-A la hora de tu muerte, tu mayor consuelo serán las Misas que con devoción hayas oído durante tu vida.
Cada Misa que oíste, te acompañará al Tribunal Divino, y ahí abogará por ti para que alcances el Perdón.
-Durante la celebración de la Misa, se suspenden las penas de las almas por quienes ruega y obra el sacerdote, y especialmente de aquellas por quienes se ofrece la Misa. (San Gregorio el Grande)
-La Misa es el don más grande que se puede ofrecer al Señor por las Almas, para sacarlas del Purgatorio, librarlas de sus penas y llevarlas a gozar de la Gloria. (San Bernardo de Sena)
-Por cada Misa celebrada u oída con devoción, muchas Almas salen del Purgatorio, y a las que allí quedan se les disminuyen las penas que padecen. (San Gregorio el Grande)
-Acuérdate también de que con ella acortas tu Purgatorio. Puedes ganar Indulgencia Plenaria todos los lunes del año ofreciendo la Santa Misa y Comunión en sufragio de las Benditas Almas del Purgatorio.
-Se suplica que apliques todas las Indulgencias en sufragio de las Almas del Purgatorio, pues Dios Nuestro Señor y ellas te recompensarán esta caridad.
-Si oyes Misa con devoción todos los días, Dios te librará de una muerte trágica y tu Ángel de la Guarda tendrá presente los pasos que distes para ir a Misa, y Dios te los premiará en tu muerte.
-Una Misa bien oída mientras vivas te aprovechará mucho más que todas las que se ofrezcan por ti después de tu muerte.
-Con cada Misa que oigas te ganas un mayor grado de Gloria en el Cielo.
-La Bendición Sacerdotal que recibes en la Santa Misa es confirmada por el mismo Dios en el Cielo.
-Por ella pierde también el demonio dominio sobre ti.
-Todas las buenas obras del mundo reunidas, no equivalen al Santo Sacrificio de la Misa, porque son obras de los hombres, mientras que la Misa es obra de Dios. (El Santo Cura de Ars)
-El que oye Misa, hace oración, da limosna o reza por las Almas del Purgatorio, trabaja en su propio provecho. (San Agustín)
-Cuando oyes Misa en honor de algún Santo en particular, dando gracias a Dios por los favores concedidos a ese Santo, no puedes menos que granjearte su protección y especial amor, por el honor, gozo y felicidad que de tu buena obra se le sigue.
-Santa Teresa suplicaba un día al Señor, le indicara cómo podría pagarle todas las mercedes que le había dispensado y el Señor, le contestó: oyendo una Misa.
-A ti, que tanto te gusta hacer el bien, ¿vas a dejar pasar diariamente la ocasión de unirte a la obra más grande que se realiza en la Tierra por el mismo Cristo? Busca la media hora diaria para unirte a Jesús en la Santa Misa, para adorar al Padre y darle el honor que se merece, para darle gracias por tantos favores recibidos, para aplacar su ira irritada por tantos pecados y darle plena satisfacción por ellos e implorar Gracia y Misericordia para todos los hombres del mundo, en fin, para agrandar el Cielo y hacer más Gloriosa la Pasión de Cristo.

Mi deseo sería que estas líneas le sirvan de meditación, al que las lea. Yo comprendo, que hace falta un cierto grado de fe, para aceptar las realidades que arriba se enuncian, pero merece la pena pararse a considerar despacio, lo que la misa es. La misa no es una representación simbólica, de unos hechos que ocurrieron hace ya 2.000 años, es una realidad que al que penetra en ella, poco a poco cada día le va haciendo ser más consciente y se da más cuenta de que la esencia de la misa, con la Transubstanciación, el Señor nos hace el regalo, de aparecer con toda su humanidad y toda su divinidad, para que participemos de Él en la comunión.

Mi más cordial saludo lector y el deseo de que Dios te bendiga.

Juan del Carmelo

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