domingo, 1 de mayo de 2011

HUMO BLANCO EN EL MUNDO CATÓLICO



¡Ya es santo! No se necesita estar en un altar para ser santo.

Hay millones de santos en el mundo que no están en los altares. Antes tenían que pasar muchos años para que la Iglesia Católica reconociera a alguien como santo, actualmente, debido a la globalización, nuestro, tuyo y mío, solo se necesitaron 6 años para que la burocracia eclesial, dejara los tantos protocolos para reconocer que Juan Pablo II era un santo digno de venerar.

Lo vi personalmente en su segunda venida al Perú, caminé más de 10 cuadras para gozar de su presencia, la presencia del representante de Dios en la Tierra. Un escalofrío corrió por todo mi cuerpo al recibir su bendición... me pareció que fue, esa bendición directa para mí.

También recuerdo cuando anunciaron su muerte. Estábamos regresando en un taxi de una sanación, cuando escuchamos que había fallecido, nuestros ojos se llenaron de lagrimas, nos abrazamos en silencio y, como ustedes comprenderán, no hablamos nada... era imposible decir con palabras algo.

A Juan Pablo II lo tengo en mi humilde sitio, desde antes que sea considerado santo o beato, que para mí es lo mismo, en un lugar especial. Se siente la santidad... nadie te lo tiene que confirmar, nadie tiene que demostrártelo... se siente en el corazón.

Me imagino la fiesta que debe haber en el cielo en este momento... los ángeles que lo cuidaron en su atentado el 13 de mayo, la virgen María, Dios mismo, estarán llenos de gozo... el único que no cree hasta ahora que es santo, es Juan Pablo II, debe estar diciendo, escondido por algún lado del cielo: Yo sólo quise cumplir mi misión” “¿Por qué tanto alboroto?”. EL MÁS HUMILDE DE LOS PAPAS.

Su Padrenuestro cantado será inició de todas reuniones de los viernes.

¡Juan Pablo II, te queremos y admiramos tu obra!

José Miguel Pajares Clausen

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