miércoles, 18 de mayo de 2011

¡OJO!, QUE VIENE LA EUTASIASA



Se acaba de anunciar la Ley sobre cuidados paliativos.

Me extrañó que se pusiese énfasis sobre que no se admitirían objeciones de conciencia. ¡Hombre! Objeción de conciencia es legal; ¿por qué no se ha de admitir?

Creo que todos los médicos están de acuerdo en que hay que procurar que el enfermo no sufra; también los familiares, sobre todo el enfermo, a no ser que prefiera aguantar el dolor y ofrecérselo al Señor como participación de la cruz de Jesús por la salvación del mundo. Por eso me pregunto ¿qué se quiere decir con aquello de que hay que obtener el permiso del enfermo o de sus familiares para ello? ¿Para qué hay que pedir permiso?

Viendo que algunas veces se miente en lo que se pretende hacer y viendo que han sido capaces nuestros gobernantes de conceder el derecho a abortar, ¿no estarán intentando dar el paso a la eutanasia y se estarán tomando todas las precauciones para legalizarla sin que muchos se queden con aquello de paliar el dolor y de la muerte digna y no sean conscientes de lo que puede haber detrás?

Es algo que se huele, a pesar de que alguno pueda decir que soy mal pensado. ¿Qué significa eso de la muerte digna? La muerte no es nunca digna; lo que es digno es la vida. La muerte nunca puede ser digna; lo que son dignos son los gestos de vida que pueden llegar hasta el martirio o a ofrecer la vida por una causa noble que suponga amor y sacrificio por el bien de la sociedad. Pero nunca debe uno suicidarse ni pedir que le maten. El hombre no es como un animal que podemos matar cuando vemos que sufre.

La Federación Española de Asociaciones Provida dice que es una ley de eutanasia, sea cual sea el nombre inventado para presentarla Y que el anteproyecto de ley disfraza una ley de muerte provocada”.

La ministra Pajín dijo que trata de «pasar de un modelo asistencial a un sistema de derechos y garantías». Y se preguntaba si hay algo más caritativo que mitigar el dolor de un ser humano. Cierto. Lo que pasa es que no sabemos por dónde van los tiros. Y yo personalmente no me fío, pero no me fío nada.

¿Han pensado los legisladores, caso de que se pretenda autorizar la eutanasia, si en vez de matar con una inyección con los permisos correspondientes, se matase dándoles un tiro en la cabeza? ¿Serían capaces los familiares de estar presentes? Antes se mataba con la horca, con la guillotina, con el fusilamiento y ahora, a los condenados se les mata en algunos sitios con una inyección letal. Y el mandamiento de Dios sigue diciendo NO MATARÁS.

José Gea

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