viernes, 2 de octubre de 2009

TEORÍA O PRÁCTICA


Hace una semana presencié un hecho llamativo.

No se trató de alguna hazaña espacial, como traer de regreso a la Tierra al trasbordador Discovery, ni tampoco fue un acto político de proselitismo en los suburbios de mi ciudad. Parece mentira, pero estas cosas ya no nos sorprenden…

Mientras viajaba en uno de los trenes del Subterráneo de Buenos Aires, un verdadero desfile de vendedores ambulantes hacía gala de un amplio surtido de productos. Porta-documentos de plástico, linternas descartables, pilas alcalinas, chocolates y naipes españoles se ofrecían sólo por hoy y a precios increíbles. Pero en medio de todo aquello, ingresó un niño menudo y de apariencia triste; alguien que en mi país es denominado como chico de la calle (título que, por supuesto, jamás busco obtener…).

Ofrecía calendarios de bolsillo con una ilustración infantil al dorso. Pero mientras hacía su recorrido por el vagón, un hombre ingresó y a viva voz comenzó a vender un trompo luminoso. El pequeño detuvo su tarea y se quedó quieto, observando con ojos de asombro aquel juguete.

Cuando el vendedor concluyó su demostración, una señora de condición humilde lo llamó, le pagó por el producto y se lo entregó al niño como un obsequio (¡me ganó de mano!). La sonrisa del pibe iluminó la tarde de muchos, y el gesto de aquella mujer logró arrancar más de una lágrima de emoción entre los que estábamos allí.

¡Es tan fácil perderse en teorías! ¡Es tan común discutir sobre lo que debería hacerse para mejorar nuestra sociedady no hacer nada al respecto!

La cobardía suele refugiarse detrás de grandes discursos y tratados sociales, mientras que la valentía convive con aquellos que se animan a ensuciarse con la vida, arremangándose para realizar pequeñas acciones que terminan hablando más que sus palabras.

Las teorías no sirven para nada si no se llevan a la práctica. Es increíble, pero día a día se pierden inimaginables posibilidades de brillar y generar cambios. ¡Detengamos esta situación!

Sería triste perderse en las palabras y derrochar el tiempo en juegos dialécticos estériles. ¡Ahora es el momento para la acción! ¡Es el tiempo de llevar a la práctica los pequeños grandes planes! Como lo hizo aquella mujer en el tren al demostrar un poco de amor hacia ese niño pequeño. Como podemos hacerlo usted y yo a partir de hoy.
Cristian Franco

Esta navidad podrías pasar de la teoría a la practica y hacer sonreír a alguien.

Dios siempre estará a tu lado y nada te hará caer. No te niegues a hacer un favor, siempre que puedas hacerlo. Nunca digas: ‘Te ayudaré mañana, cuando puedas ayudar hoy (Proverbios 3:26-28).

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