lunes, 18 de mayo de 2009

PETICIÓN POR ELLAS


Con lo rayos del sol de un nuevo día, veo unos rostros tranquilos, seguros de su descanso y en sus mejillas podía ver el color de vida que tienen sus corazones.

Al verlas en sus camas a mis tres hijas, me dije:
-“¿Cual de ella se parecerá mas a mi o a él?”
Entonces me entro ese deseo de que el tiempo pase volando y poder verlas jovencitas. Pero, después dije:
-“¿Cuáles, serán los anhelos en sus pequeños corazones?”

Y todas mis inquietudes las entregue a Dios, pidiendo que mis hijas sean:
§ Las que un día, te busquen para agradecerte por todo lo ocurrido.
§ Las que puedan llevar cargas y entregártelas a ti.
§ Las que solo busquen tu dirección y hacer tu divina voluntad.
§ Las que cuando caigan puedan levantarse sin quejarse.
§ Las que con su mirada, reflejen tu amor y bondad.
§ Las que te sirvan con su trabajo, en agradecimiento.
§ Las que puedan seguir tus pasos, bajo tus consejos.
§ Las que con su ayuda incondicional se ganen la confianza de los demás.
§ Las que con sus obras ganen el respeto de los que les rodean.
§ Las que con su sonrisa lleven alegría y demuestren gratitud.
§ Las que con sus labios hablen de bondad y misericordia.
§ Las que con sus hechos dejen huellas ejemplares.
§ Las que edifiquen sus casas con sabiduría.
§ Las que anhelen que en sus hijos, se cumpla lo mismo que yo pido.
Clara Maldonado

El mejor regalo que le podamos dar a nuestras hijas e hijos, es una oración sincera pidiendo a Dios que el propósito divino se cumpla en sus vidas.

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