lunes, 6 de abril de 2009

EL ÁGUILA DEL ALA CORTADA


Cierto día un hombre capturó a un águila, le cortó sus alas y la soltó en el corral junto con todas sus gallinas.

Apenada, el águila, quien fuera poderosa, bajaba la cabeza y pasaba sin comer: se sentía como una reina encarcelada.

Pasó otro hombre que la vio, le gustó y decidió comprarla. Le arrancó las plumas cortadas y se las hizo crecer de nuevo.

En repuesta el águila de sus alas, alzó vuelo, apresó a una liebre para llevársela en agradecimiento a su liberador.

La vio una zorra y maliciosamente la mal aconsejaba diciéndole:
No le lleves la liebre al que te liberó, sino al que te capturó; pues el que te liberó ya es bueno sin más estímulo. Procura más bien ablandar al otro, no vaya a atraparte de nuevo y te arranque completamente las alas

Siempre corresponde generosamente con tus bienhechores, y por prudencia mantente alejado de los malvados que insinúan hacer lo incorrecto.

Mateo 5:44 - Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen.

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