RUSSELL CROWE INTERPRETA A UN SUPUESTO PADRE AMORTH QUE TIENE POCO QUE VER CON EL REAL
En la película, el veterano padre
Amorth recluta a un cura novato español con un curso acelerado de exorcismos.
El 5 de abril se estrenó en España El exorcista del Papa, película de terror y aventuras supuestamente
inspirada en la figura real del exorcista Gabriele Amorth, sacerdote que fue exorcista oficial de la diócesis de Roma desde 1986 hasta su muerte en 2016.
Amorth pertenecía a la Sociedad de San Pablo (los
paulinos, populares por sus librerías) que realizan un apostolado con medios de
comunicación, y él era periodista, con muchos artículos
en Famiglia Cristiana.
Escribió muchos libros de estilo ágil con
sus testimonios de exorcismos, las experiencias de su maestro el padre Cándido y
opiniones sobre muchos temas.
En realidad, esta película de James Avory (Overlord,
Samaritan), bien protagonizada por Russell Crowe (Gladiator), tiene muy poco del Amorth real, y se limita a hacer
una película de terror y aventuras en un castillo maldito con cierto aroma a serie B, algo que le da algún encanto. Podría hablar de un
exorcista de fantasía en un mundo de fantasía y funcionar igual. De hecho, en
buena parte lo es.
No
es una película de exorcismos "con base real" como las de Scott Derrickson (El exorcismo de Emily Rose,
2005; Líbranos del Mal,
2014). Es, simplemente, una gran fantasía
de terror que usa la figura de un exorcista que ha vivido de verdad.
A su favor, diremos que no es impía, no tiene
elementos woke y sus curas son simpáticos. Quede claro que es para mayores de 18 años.
¿CUÁNTO HAY DEL VERDADERO PADRE AMORTH?
Lo único que queda del Amorth real en esta película fantástica es:
- su nombre;
- que se declaraba periodista y sacerdote y escribió muchos libros ("son
buenos libros", dice la película al final);
- que fue partisano dos años en la Segunda Guerra Mundial;
- que regañaba a los clérigos que
no creían en el demonio;
- que, como exorcista de Roma, su jefe era el Papa, y atendió muchos casos;
- que prefería hacer los
exorcismos en latín;
- que quería a la Virgen María;
- que basaba el exorcismo en conseguir
el nombre del diablo en cuestión;
- que era independiente y un poco socarrón (hacía burlas irónicas).
Todo lo demás es ficción y aventura y efectos
especiales.
Desde un punto de vista espiritual, lo mejor que se
puede decir de la película, insistimos, es que no es impía ni
blasfema. Aunque
aparecen algunos curiales tontos, para reforzar la personalidad del padre
Amorth, no hay nada que ataque a la Iglesia. Además, recoge bien la
importancia de la Confesión (aunque vemos una confesión acelerada sin mayor
necesidad) y tiene una mirada simpática hacia los sacerdotes.
Pero aunque en los exorcismos se mencione a Jesús y
algunos personajes filosofen sobre Dios y la libertad, y aunque la Virgen esté
presente en
algunos objetos y escenas, en realidad ninguno de ellos es
parte de la película: son sólo atrezzo,
decorado. Nunca
se hace una llamada a la conversión, a la vida cristiana, a la vida con Jesús.
MAESTRO Y DISCÍPULO
En la vida real Amorth hablaba a menudo de su
maestro el padre Cándido. Y en la película clásica de Friedkin -que cumple 50
años ahora- también encontramos la relación entre el exorcista veterano
y el ayudante novato (Merrin y Karras).
Esta misma relación la vemos aquí.
Un cura veterano y un cura novato
colaboran en ayudar a una familia en 'El Exorcista del Papa'; sin efectos
especiales, ¡es algo que pasa en muchas parroquias!
El joven
cura español Matías Esquivel (ficticio,
lo interpreta bien el costarricense Daniel Zovatto) es un poco acartonado, pero
sincero y generoso. Se pondrá al servicio del cura veterano para ayudar
a una familia que acaba de conocer. Reconocerá sus pecados del pasado y se
reafirmará en su vocación. Tratará de adaptarse a las circunstancias y a su
maestro.
Crowe está encantador como un exorcista un poco rebelde que
choca con lechuguinos de la Curia -se lo puede permitir por su cargo-, que lleva una
petaca de alcohol ("para la garganta", dice), que monta en Vespa por Roma ¡y conduce hasta las
montañas de Segovia en ella! Lo
han comparado con un simpático Bud Spencer contra el demonio. Resuelve algunas
situaciones con mera fuerza bruta, otras con latín y agua bendita.
Este Amorth se trata bien y con cariño con el Papa (Franco
Nero), que no es Juan Pablo II sino un Papa barbudo de fantasía (no hay Papas barbudos desde que murió Inocencio
XII en 1700). Pero algunos gestos que hacen y sus formas de comportarse parecen
más propios de una corte medieval o academia jedi o fantástica que de la Roma
de los años 80. También son increíbles, por completo, propios de un pastiche de fantasía, las
bibliotecas llenas de clérigos de capuchas negras y el centro eclesial "super-avanzado" con
ordenadores que se revela hacia el final.
EMPIEZA COPIANDO EL EXORCISTA,
PERO MAL
La película tiene dos partes. La primera intenta copiar la
estructura de El Exorcista, con su homenaje de noche, coche, maletín y
sombrero, su familia sin padre, sus ruidos entre paredes, los signos
demoníacos, el temor de una madre, el fracaso de los médicos...
Todo esto, en la película de 1973, era aterrador
porque "te podía pasar a ti". Sucedía en la gran ciudad, en un ambiente moderno, con amigos en casa,
con muchos médicos, con gente en el metro. Todo era urbano y cercano.
Pero en El
Exorcista del Papa todo esto es increíble, de cuento, porque sucede lejos de la "vida
real", en un absurdo castillo neogótico en las montañas de Segovia, que lo
mismo podrían ser los Cárpatos y el castillo de Drácula (aunque
se esfuerzan en mostrarnos un coche de los 80 con matrícula SG).
Enseguida se suceden los clásicos más fantásticos
del cine de terror sobrenatural: chicas con poca ropa que salen a pasillos oscuros,
gritos muy soeces, un par de desnudos tentadores, sangre, cosas que vuelan, cuerpos imposiblemente
deformes y aullidos...
Salas ocultas, tronos con esqueletos...
a partir de la mitad, la película pasa a ser de terror genérico, más que de
exorcismos.
Más adelante parece un juego de La Llamada
de Cthulhu o una
película de vampiros de la Hammer: descubrir salas secretas, textos ocultos,
esqueletos, tronos... Hay una
revelación sobre la Inquisición española (por una vez, quitando algo de culpa a
España y a la Iglesia). Y luego muchas explosiones exageradas, efectos especiales, más gritos y latín.
SE DISFRUTA SI SE VE
COMO FANTASMAS CHINOS
Lo curioso es que el espectador podrá disfrutar si
se deja llevar y se mentaliza de que está viendo simplemente una película de
sustos, fantasía y terror, contra demonios muy malos. Podrían ser
demonios de cine wuxia de
Hong Kong, como
en Una historia china de fantasmas. Simplemente, aquí, los buenos
son unos curas bastante majos.
En este sentido, esta película es
mejor que las dos absurdas temporadas de la teleserie El Exorcista de
la Fox, de 2016 y 2017, que agobiaban con su propaganda woke, personajes gays,
conspiraciones para dominar el mundo (aquí hay otra, pero no se la toman tan en
serio) y cultistas infiltrados. Podría competir con 30 Monedas de
Alex de la Iglesia, pero la serie española, aunque bastante absurda en sus
monstruos y ritmo, al menos mostraba un pueblo español creíble.
En fin, es una película para fans
del género, no el de cine de exorcismos, sino el de terror sobrenatural
fantástico genérico.
Pero si leen los libros de Amorth,
como recomienda la película, pueden descubrir cosas nuevas... quizá aterradoras
de verdad, quizá esperanzadoras.
Por Pablo J. Ginés
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