Hoy se inicia la novena a Santa Rosa de Lima, primera santa de América, cuya fiesta se celebra el 30 de agosto en el Perú y en otros países donde le tienen una gran devoción, aunque su fiesta universal se celebra el día 23.
Santa Rosa de Lima es Patrona de América y las Filipinas, y tiene una
multitud de patronazgos de los que solo nombraremos algunos.
Es patrona de institutos educativos, policiales y armados de Venezuela,
de la Policía Nacional de la República del Perú, de la Policía Nacional del
Paraguay y las Fuerzas Armadas de Argentinas.
Debido a la enfermedad que le produjo la muerte, es la santa patrona de
los tuberculosos.
Próximos a la fiesta de la primera Santa del continente americano, aquí
una novena que puede ser rezada en familia, comunidad, grupo o de manera
personal.
PRIMER
DÍA DE LA NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor
mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén
Oración preparatoria
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para
abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran
ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que
amaste con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía
en el cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos
obtengas del Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su
mayor gloria y bien de nuestras almas. Así sea.
Pídase las gracias que se deseen
Día Primero: Pidamos a Santa Rosa crecer en la
confianza en la Providencia del Padre
Amantísimo Señor Dios, Trino y Uno, que como en la antigua ley, os
complacíais en que os llamasen Dios de aquellos grandes Santos Patriarcas, hoy
no menos os agradáis, en que os llamemos, Dios de la Rosa de Santa María: nos
alegramos y gozamos con el mismo gozo, con que ella se complacía en
vuestras divinas perfecciones, en especial, de que seáis un Ser tan
infinitamente perfecto, que de nadie depende, y todo depende de vuestro Ser, y
os pedimos por vuestra soberana independencia, y por el asimiento, que tuvo
siempre a Vos vuestra finísima Santa Rosa, nos concedáis un apartamiento total
de cuanto es contra vuestra voluntad, a que vivamos y muramos asidos a Vos; y
lo que en esta novena os pedimos a mayor honra y gloria vuestra.
Padre Nuestro que estás
en el cielo…
En todo momento, Rosa confiaba en que Dios la sostenía a ella y su
familia y que atendería sus ruegos. Repetidas ocasiones Dios le hizo ver su
cuidado amoroso, en lo espiritual y lo material.- Un día el Señor le presentó
un gran número de rosas esparcidas por el suelo y le dijo: "Rosa, hazme
una guirnalda de flores con estas rosas…"- Ella obedeció y luego de ello
Cristo cogió una de ellas y le dijo: “Esta rosa eres tú, y de esta me encargo
Yo para cuidar de ella con singular cuidado”.
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Oración final para cada
día
Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis
prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de
mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y
por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he
cometido. Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos
de Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi
eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis
culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo
futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el
mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
SEGUNDO
DÍA DE LA NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor
mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta,
para el perdón de mis pecados. Amén
Oración preparatoria
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para
abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran
ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que
amaste con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía
en el cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos
obtengas del Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su
mayor gloria y bien de nuestras almas. Así sea.
Pídase las gracias que se deseen
Día Segundo: Pidamos a Rosa, que aumente en
nuestra vida el deseo de la gloria de Dios
¡Oh incomprensible Sabiduría! ¡Oh Dios Trino y Uno! tan infinitamente
sabio, que os comprendéis a Vos, y con inefable claridad todo lo creado lo
sabéis, y lo sobrecomprendéis: alegrámonos, y gozámonos con el mismo gozo, con
que la ilustradísima Rosa de Santa María, se gozaba de vuestra Sabiduría, y por
ella, y por lo que supo de vos nuestra Santa, os pedimos nos comuniquéis la
ciencia de los Santos, vuestra Divina Luz, y lo que en esta novena os
suplicamos, si es para honra y gloria vuestra.
Santificado sea tu
Nombre…
Rosa prefería morir antes que ver el santo Nombre de Dios ultrajado.
Cuando llegaron noticias de la invasión de un pirata holandés a la ciudad de
Lima (lo cual traería consigo grandes disturbios, robos y sacrilegios en los
Templos) Rosa no dudó en correr hacia la Basílica de santo Domingo, su lugar de
oración y aguardar la oportunidad de defender y ofrecer su vida en martirio
antes que profanasen a Jesús Sacramentado. La gente quedó admirada al ver como
esta humilde doncella se transformaba en valiente guerrera y arengaba a todos a
ofrecer su vida en defensa del Santísimo Sacramento. Estas fueron sus palabras
en la Basílica, al esperar el ataque de los enemigos de la fe. “Aquí pondré mi
cuerpo para que lo hagan pedazos y se detengan en hacer las injurias que temo
¡ay de mí!, han de hacer después a mi dulce Jesús”. Sin embargo no dejó de
rogar para que Dios librase de este peligro a su amada ciudad, como ocurrió
efectivamente. Por eso sus imágenes también la presentan con un ancla en la
mano.
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Oración final para cada
día
Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis
prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de
mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y
por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he
cometido. Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos
de Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi
eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis
culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo
futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el
mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
TERCER
DÍA DE LA NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor
mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén
Oración preparatoria
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para
abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran
ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que
amaste con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía
en el cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos
obtengas del Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su
mayor gloria y bien de nuestras almas. Así sea.
Pídase las gracias que se deseen
Día Tercero: Pidamos a Rosa que nos haga
incesantes en la súplica por extensión del Reino de Dios en el mundo, por todos
los evangelizadores y por nosotros, para que no tengamos miedo de anunciar a
Cristo entre los que nos rodean
¡Oh bondad inefable! ¡Oh hermosura indecible! ¡Oh Dios Trino y Uno, que
sois el centro de toda belleza y perfección! Alegrámonos y gozámonos en Vos con
aquel mismo afecto con que la amorosísima Rosa de Santa María, en Vos
únicamente descansaba su corazón, como en su centro, y os pedimos por vuestra
infinita bondad, y por lo que os comunicasteis a la hermosísima Santa Rosa, que
toda vuestra voluntad nos la robe perfección tan divina, y lo que os suplicamos
en esta novena, si es honra y gloria vuestra.
Venga a nosotros tu
Reino…
Rosa anhelaba profundamente salir como misionera a anunciar a su Esposo
en las tierras de misión. Pero en su época esto aún no se daba. Rogaba por
ello, hacía constante penitencia y suplicaba al Señor por el éxito de los
predicadores en el mundo entero. “Oh, quien fuese varón - decía- para poder ir
a las regiones más peligrosas a anunciar el Evangelio”.
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Oración final para cada
día
Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis
prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de
mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y
por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he
cometido. Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos
de Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi
eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis
culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo
futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el
mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
CUARTO
DÍA DE LA NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor
mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén
Oración preparatoria
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para
abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran
ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que
amaste con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía
en el cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos
obtengas del Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su
mayor gloria y bien de nuestras almas. Así sea.
Pídase las gracias que se deseen
Día Cuarto: Pidamos a Rosa la humildad para
reconocer que nuestra felicidad consiste en poner nuestras miras en hacer la
voluntad divina.
¡Oh Santidad Purísima! ¡Oh fuente de toda Santidad! ¡Oh Dios Trino y
Uno, que por esencia tenéis el oponeros a la culpa! Alegrámonos y gozámonos con
el mismo gozo que la perfectísima Rosa, de vuestra infinita perfección, y os
pedimos por tan inmensa Santidad, y por las que le comunicasteis a esta
purísima Santa, nos concedáis que os sirvamos de suerte que consigamos la
perfección que ella deseaba y pedía para sus prójimos; y lo que en esta novena
os suplicamos, si ha de ser para honra y gloria vuestra.
Hágase tu voluntad en
la tierra como en el cielo…
No fue fácil para nuestra Santa hacer la voluntad de Dios. Ella sentía
que Dios la llamaba toda para sí pero su familia buscaba casarla. De hecho,
muchos mozos de la aristocracia limeña deseaban tenerla por esposa, pero ella
se mantuvo firme en su deseo de ser toda para Dios. Esto le supuso vencer una y
mil dificultades, persecuciones y malos tratos dentro de su familia,
incomprensiones incluso de los sacerdotes con los que se dirigía, incluso gente
extraña que la tildaba de ilusa. Sólo con el paso de los años y la gente se dio
cuenta de la singular elección que el altísimo había hecho para con esta
doncella y con ello la fama de su santidad se extendió rápidamente en Lima y
luego en todo el mundo.
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Oración final para cada
día
Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis
prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de
mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y
por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he
cometido. Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos
de Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi
eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis
culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo
futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el
mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
QUINTO
DÍA DE LA NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor
mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén
Oración preparatoria
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para
abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran
ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que
amaste con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía
en el cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos
obtengas del Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su
mayor gloria y bien de nuestras almas. Así sea.
Pídase las gracias que se deseen
Día Quinto: Pidamos a Rosa que aumente
nuestra hambre de Dios por la lectura asidua del Evangelio y la recepción
continua del Santísimo Sacramento
¡Oh caridad incomprensible! ¡Oh Dios Trino y Uno, todo amor, que con
infinita propensión os inclináis a favorecer a vuestras criaturas y hacerlas
bien! Deseamos alegrarnos y gozarnos con aquel mismo gozo e incendio de amor,
con que vuestra muy amada Rosa de Santa María se complacía en vuestra inefable
caridad; y os pedimos por esta divina perfección, y por el agradecimiento y
amor con que maravillosamente os correspondió esta amorosísima Santa, nos
comuniquéis los efectos de vuestra especial asistencia y caridad; y lo que en
esta novena os suplicamos, si fuere para mayor honra y gloria vuestra.
Danos hoy nuestro pan
de cada día…
Ya hemos observado el gran amor de nuestra Santa por el Santísimo
Sacramento y cómo Jesús correspondía a esta delicadeza socorriéndola en lo
material y espiritual en todo momento. Le fue permitida la Comunión frecuente,
la cual para ella era consuelo y sustento. En una ocasión en que se encontraba
con una gran debilidad física debida a su prolongado ayuno Dios le procuró
alivio a su necesidad. Su madre, al encontrarla muy cansada le dijo:- Hija ¿qué
tienes?- Nada madre, contestó Rosa- Voy a prepararte una taza de chocolate pues
estás muy débil.- No se preocupe madre, Dios ya dispuso el alivio y no deseo
que haga ese gasto, contestó la santa- Por Dios hija mía, no has tenido tiempo
de pedir ayuda a nadie ¿cómo quieres que te ayude Dios? Al instante suena la
puerta de su casa, era un criado de la don Gonzalo de La Maza, cuya familia era
amiga de la de Rosa… Maravillada, la madre le pregunta:- ¿Cómo supiste de esto?
Respondió Rosa: yo le pedí a mi ángel guardián que mueva a la familia de la
Maza para que envíen el remedio y le alivien el gasto que deseaba hacer...
Demás está decir que quedó enteramente restablecida…
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Oración final para cada
día
Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis
prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de
mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y
por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he
cometido. Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos
de Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi
eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis
culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo
futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el
mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
SEXTO
DÍA DE LA NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor
mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén
Oración preparatoria
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para
abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran
ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que
amaste con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía
en el cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos
obtengas del Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su
mayor gloria y bien de nuestras almas. Así sea.
Pídase las gracias que se deseen
Día Sexto: Pidamos a Rosa crecer en la vida
de piedad y en ser asiduos al sacramento de la Confesión y la Santa Misa
¡Oh Omnipotente Majestad! ¡Oh Dios Trino y Uno, que cuanto queráis
podéis, y es infinito vuestro poder! Deseamos alegrarnos y gozarnos en tan
soberana omnipotencia, con aquel mismo gozo con que se complacía la Santa Rosa
de Santa María y os pedimos por esta perfección y por el poder que concedisteis
a esta fortísima doncella, elevéis y confortéis nuestra grandísima flaqueza y
debilidad, para que podamos corresponder a lo que vuestra omnipotencia obra en
nuestras almas; y lo que os suplicamos en esta novena, si fuere para Honra y
Gloria vuestra.
Perdona nuestras
ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…
Rosa no guardó rencor por ninguno de los que, en su momento, no
comprendieron el camino que Dios le señalaba. Llevada siempre por la humildad
incluso en el momento de su muerte pidió perdón a todos por las molestias que
hubiese causado… La gracia abundante que recibía en el sacramento de la
penitencia y la Eucaristía era lo que le fortalecía y llevó al heroísmo en la
práctica de las virtudes.
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Oración final para cada
día
Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis
prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de
mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y
por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he
cometido. Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos
de Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi
eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis
culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo
futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el
mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
SÉPTIMO
DÍA DE LA NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor
mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén
Oración preparatoria
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para
abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran
ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que
amaste con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía
en el cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos
obtengas del Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su
mayor gloria y bien de nuestras almas. Así sea.
Pídase las gracias que se deseen
Día Séptimo: Pidamos a Rosa permanecer firmes
en Dios particularmente en los momentos difíciles
¡Oh Liberalidad Divina! ¡Oh inclinación indecible a dar y favorecer! ¡Oh
Dios Trino y Uno, que dando infinito más que lo deseáis dar! Deseamos
alegrarnos y gozarnos en tan divina franqueza con aquel mismo gozo con que os
complacía vuestra reconocidísima Santa Rosa, y os pedimos por esta infinita
perfección, y por lo mucho que disteis a esta dichosísima santa, nos libréis
del vicio de la ingratitud, y nos concedáis que no cesemos de daros gracias por
los infinitos beneficios de vuestra liberalidad, y lo que os suplicamos en esta
novena, si es para honra y gloria vuestra.
No nos dejes caer en la
tentación…
Rosa no estuvo exceptuada de tentaciones y pruebas, de las cuales salía
victoriosa por su abandono en Dios. Experimentó sequedades en la oración,
fatigas en su combate espiritual, entre otras cosas. Una vez se le presentó un
mozo que se mostraba muy galante con Rosa. Inmediatamente ella huyó del lugar y
puesta en oración expuso al Señor sus quejas, a lo que el Señor respondió:
“¿Crees que hubieses vencido de no haber estado yo contigo?...” Con esta
respuesta quedó la santa consolada y fortalecida.
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Oración final para cada
día
Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis
prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de
mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y
por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he
cometido. Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos
de Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi
eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis
culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo
futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el
mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
OCTAVO
DÍA DE LA NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor
mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén
Oración preparatoria
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para
abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran
ternura y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que
amaste con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes
para que, siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía
en el cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos
obtengas del Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su
mayor gloria y bien de nuestras almas. Así sea.
Pídase las gracias que se deseen
Día Octavo: Pidamos a Rosa su especial
protección en las tentaciones y que nos ilumine para que sepamos rechazar todo
aquello que nos aparte de Dios
¡Oh Divina Inmensidad! ¡Oh Dios Trino y Uno, que por vuestro ser estáis
en todo, sin necesidad de lugar porque estáis en Vos, que sois sobre todo
lugar! Deseamos alegrarnos y gozarnos en tan incomprensible inmensidad, con
aquel mismo gozo con que la humildísima Santa Rosa se complacía; y os pedimos
por esta inmensa perfección, y por la presencia vuestra, que en todas las
criaturas concedisteis a tan íntima Esposa vuestra, nos concedáis tenernos
siempre presentes y vivir dentro de vos, y lo que en esta novena os suplicamos,
si fuere para mayor honra y gloria vuestra.
Y líbranos del mal…
Rosa mereció la corona de la santidad porque luchó legítimamente en cada
instante de su vida contra el mal. Pidió siempre la gracia de Dios que se
dispensa en nuestra Iglesia, fue fiel en la oración y muy mortificada, pensando
siempre en los demás antes que en si misma. Si hoy acudimos a su intercesión es
porque sabemos que nos ayudará a nosotros en nuestro personal combate por
llegar al Cielo.
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Oración final para cada
día
Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis
prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de
mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y
por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he cometido.
Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos de
Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi
eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis
culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo
futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el
mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
NOVENO
DÍA DE LA NOVENA A SANTA ROSA DE LIMA
Acto de contrición
Señor mío, Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre, Redentor
mío, por ser vos quien sois, bondad infinita y porque os amo sobre todas las
cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido, también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Animado con tu divina gracia, propongo
firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta, para el perdón de mis pecados. Amén
Oración preparatoria
Gloriosa Santa Rosa de Lima, tú que supiste lo que es amar a Jesús con
un corazón tan fino y generoso. Que despreciaste las vanidades del mundo para
abrazarte a su cruz desde tu más tierna infancia. Que profesaste una gran ternura
y dedicación a los más desvalidos sirviéndolos como al mismo Jesús. Que amaste
con filial devoción a la Virgen María. Enséñanos tus grandes virtudes para que,
siguiendo tu ejemplo, podamos gozar de tu protección y de tu compañía en el
cielo. Te rogamos también aceptes el obsequio de esta novena y nos obtengas del
Señor las gracias que pedimos por tu intercesión, si son para su mayor gloria y
bien de nuestras almas. Así sea.
Pídase las gracias que se deseen
Día Noveno: Pidamos a Rosa que Dios nos conceda
la gracia de abrazar la cruz de las dificultades de cada día con alegría
¡Oh y quién podrá, gran Dios y Señor, Trino y Uno, hacerse capaz de
vuestra bienaventuranza y gloria, de la que tenéis en Vos por esencia,
gozándoos y amándoos, y de la gloria accidental que os dan todas vuestras
criaturas! Deseamos alegrarnos y gozarnos en vuestra grande gloria, con el
mismo gozo con que se complacía la felicísima Santa Rosa, y os pedimos por esta
su perfección y por la gloria a que la elevasteis, y la que recibís de tan
amada criatura vuestra, nos concedáis, que confesando y conociendo vuestra
gloria infinita, no caigamos en la eterna pena, sino que seamos bienaventurados
y participemos de la infinita bienaventuranza vuestra; y lo que os suplicamos
es esta Novena a mayor honra y gloria vuestra.
Amén
Rosa llevó una vida feliz, abrasada a su esposo crucificado. En el
último instante de su vida pudo decir "Todo está
consumado". Siempre dijo "Amén, así
sea" a los planes de Dios.… Y diciendo “Jesús,
Jesús sea conmigo", entregó su alma a Dios y entró en la gloria de
la bienaventuranza eterna desde donde intercede por nosotros.
(Padrenuestro, avemaría y Gloria)
Oración final para cada
día
Os doy gracias, o Señor, de la asistencia especial que me habéis
prestado en esta novena. Continuad siempre en vuestras misericordias sobre de
mí, a satisfacción de mis pecados, en sufragio de las almas del purgatorio y
por la conversión de los pecadores. Perdonadme todas las faltas que he
cometido. Y juntando el poco bien que he hecho con los inconmensurables méritos
de Jesucristo, concededme por Él todas aquellas gracias que son necesarias a mi
eterna salud, especialmente una plenaria remisión de la pena debida a mis
culpas, que nuevamente lloro y detesto, resuelto como estoy de conducir en lo
futuro una vida toda en conformidad a vuestros Santos Mandamientos. Por el
mismo Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
Redacción ACI
Prensa
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