jueves, 25 de agosto de 2022

ASÍ FUE EL ENTIERRO DE SANTA ROSA DE LIMA Y SU “ENCUENTRO” CON SANTA CATALINA Y SANTO DOMINGO

Santa Rosa de Lima, la primera santa del continente americano, partió a la Casa del Padre con una gran fama de santidad, que hizo que el pueblo entero se abalanzara a venerar a la que se “encontró” con Santa Catalina de Siena y Santo Domingo de Guzmán.

Los últimos 5 años de su vida, Santa Rosa de Lima permaneció en la casa de sus padrinos, la familia De la Maza, por problemas con su salud, y vivía en una habitación que escogió en la zona de la servidumbre y los esclavos.

Hasta el día de hoy, las religiosas dominicas que viven en esa casa, y ahora Monasterio de Santa Rosa de Lima, conservan el piso original de aquel lugar.

Después de una intensa agonía, Rosa de Santa María muere el 24 de agosto de 1617 acompañada de personas muy cercanas. Se dice que padeció de tuberculosis, pero su salud estaba tan resquebrajada por servir a los pobres y enfermos, y por sus mortificaciones, que incluso había tenido una parálisis de medio cuerpo. 

Para inmortalizar su rostro, el pintor de la familia De la Maza, Angelino Medoro, retrató un cuadro póstumo que ha quedado hasta nuestros días.

El cuerpo fue llevado hasta la actual Basílica de Nuestra Señora del Rosario de los dominicos, ubicada a unos 15 minutos caminando desde la casa De la Maza.

Para ello se organizó una solemne procesión, en la que participaron el Virrey, los altos funcionarios de la época y el pueblo entero se abalanzó a venerarla.

Se dice que en el trayecto se le tuvo que cambiar la vestimenta tres veces y hasta le arrancaron un meñique de la mano, porque la gente se desesperó por tener una reliquia de la que sería la primera santa de América.

Santa Rosa fue sepultada en el interior del convento de Santo Domingo y parte de sus restos siguen reposando en una cripta por un pedido de ella, quien expresó: “Hago donación de mi cuerpo a mis hermanos dominicos”.

Su cráneo se conserva en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, en una urna visible junto al cráneo de su amigo, el “portero”, San Martín de Porres.

Según cuenta Rubén Enzian, guionista y productor de la serie Santa Rosa de Lima de EWTN,  quien tuvo acceso a los archivos del proceso de canonización de la santa, las crónicas hablan de una señora llamada Luisa Melgarejo, considerada en esa época como una “alumbrada” o muy devota, que atestiguó haber tenido una visión luego de que Rosa murió.

“Ve a Santa Rosa, que la esperan con rosas los ángeles, entrando al cielo y se ve al padre Santo Domingo, se ve a Santa Catalina de Siena recibéndola. Lo que le llaman el tránsito que tuvo Luisa de Melgarejo y que en ese momento se tomó nota de lo que ella estaba diciendo como una especie de éxtasis”, describe Enzian.

Cabe resaltar que Luisa de Melgarejo vivía justo al frente de la Iglesia San Pedro, confiada a la Compañía de Jesús (Jesuitas) en el centro de Lima, y solía ver a la santa que se iba al templo a confesar. Además, Luisa fue quien presentó a la familia De la Maza a su amiga devota Rosa. El Señor Gonzalo De la Maza era el contador del virrey y fue quien anotó la visión de Luisa.

POR ABEL CAMASCA | ACI Prensa

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