Los guerreros aprovechan las oportunidades para salir de si mismos.
Por: Maleni
Grider | Fuente: www.somosrc.mx
En el oleaje constante de la vida, se suscitan diversas situaciones en
las que debemos responder con valor, inteligencia, honestidad y madurez. Sin
embargo, en el mundo existen diferentes tipos de personas,
con diferentes tipos de actitud y diferentes formas de enfrentar los retos, los
problemas, las crisis o las tragedias.
Todos tenemos una historia triste que contar de nuestra vida. A todos
nos suceden cosas que pueden provocarnos tanto dolor, que es muy difícil
asimilarlas, procesarlas, vivirlas y superarlas. Pero todos tenemos la
responsabilidad de hacerlo en orden de poder seguir adelante y continuar
creciendo en estatura moral.
En general, hay dos grupos de personas: las
víctimas y los guerreros. ¿En cuál de éstos podemos
clasificarnos a nosotros mismos? Las víctimas son aquellas que sufren un
daño, buscan al culpable, lo identifican, y se colocan en una posición
doliente, sometiendo su voluntad a sus emociones. Las víctimas prolongan su
sufrimiento y encuentran placer en responsabilizar a otros por éste. Buscan
constantemente la oportunidad de redundar en el mismo punto, viven cómodamente
atados a las experiencias del pasado, e intentan trasladar estas al presente.
Las víctimas anulan su resiliencia, cancelan sus
facultades, atrasan su desarrollo personal y truncan su proceso de maduración.
Necesitan que alguien sienta lástima por ellos. De ese modo se sienten
valiosos, e imaginan que en esa posición estarán seguros. Las víctimas no
renuncian a sufrir, entregan el control de su destino a otros, se someten a
toda circunstancia, se rinden permanentemente y ahogan su voluntad. Las
víctimas buscan quien las abuse, y encuentran placer en lamentarse.
Los guerreros, en cambio, sufren un daño,
identifican al culpable, dejan aflorar sus emociones, luego procesan lo
ocurrido, sopesan las circunstancias, aprovechan la oportunidad para salir de
sí mismos, utilizan
su inteligencia, se auto-protegen, toman las tijeras, cortan el cordón que los
une a la persona o situación que les causó el daño, y como personas
independientes, mediante una voluntad firme y el fortalecimiento de su fe,
deciden luchar, perdonar, aprender, liberarse, luego caminan sin mirar atrás,
dejan de lamentarse y se esfuerzan por sonreír.
Los guerreros sacan algo bueno de lo malo, toman aliento de su penuria,
se sacuden la rabia y la vergüenza, se llenan los pulmones de aire, las manos
de fuerza, la mente de ideas, y utilizan toda la creatividad posible para
encontrar la forma de sobrevivir, correr muy rápido, dejar todo atrás e ir por
su libertad.
Las víctimas aman ser víctimas de todos y de todo; los guerreros no
soportan ser víctimas de nada ni de nadie. Las víctimas se aferran al dolor;
los guerreros renuncian al dolor. Las víctimas crean culpables y entregan su
destino a éstos; los guerreros se responsabilizan por su propio destino. Las
víctimas se convierten en su propio dolor. Los guerreros usan su dolor para
crear algo hermoso.
¿Tú qué quieres ser: víctima o guerrero?
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