La Corte Suprema del Perú ratificó el jueves la sentencia de un tribunal inferior para aplicar la eutanasia a Ana Estrada Ugarte, una mujer peruana de 45 años que padece una enfermedad incurable.
En declaraciones a EWTN Noticias, el
abogado Alberto Gonzáles, presidente del Centro de Estudios Jurídicos Santo
Tomás Moro, explicó que con esta sentencia se viola el
derecho constitucional a la vida y por lo tanto puede ser impugnada.
“Esta resolución puede ser impugnada desde el punto
de vista constitucional por una acción de amparo, siempre y cuando se verifique
que ha habido alguna violación a un derecho constitucional. Y
nuestra opinión jurídica es que
este es el caso”, aseguró el experto.
Gonzáles recordó que la sentencia del caso “no
trata de una modificación de la ley nacional, sino de la respuesta del Poder Judicial respecto a un
caso concreto presentado por una persona”.
En febrero de 2022, el 11 Juzgado Constitucional de Lima ordenó “al Ministerio de Salud y a EsSalud [sistema de seguro
social de salud del Perú] respetar la decisión de Ana Estrada Ugarte de poner
fin a su vida a través del procedimiento técnico de la eutanasia”.
A inicios de marzo de este año, el Ministerio de Salud, el Ministerio de
Justicia y Derechos Humanos y EsSalud anunciaron que no apelarían la sentencia.
La sentencia definitiva del caso la dio la Corte Suprema el último jueves 14 de
julio.
El presidente del Centro de Estudios Jurídicos Santo Tomás Moro aseguró
que la sentencia de la Corte “es una resolución que
abandona
la posición clásica del derecho peruano que protege la vida, no solo
en la Constitución, sino a lo largo de toda la legislación sanitaria que
establece que el fin de la vida es por la muerte natural”.
“En este caso, estamos totalmente convencidos de
que es una sentencia ideológica preparada adrede, con la única intención
de generar controversia para debilitar la tradición jurídica nacional bajo el
criterio de supuestos nuevos derechos. Estamos en contra de este tipo de
sentencias”, expresó.
Según Gonzáles, lo que hizo la Corte Suprema con su fallo es “establecer criterios nuevos para determinar que la
‘muerte digna’ debe relacionarse con no sufrir, sin embargo, se abandona la
posición clásica del derecho, de que el sufrimiento es parte de la naturaleza
humana”.
El abogado explicó que la sentencia sí conforma un precedente y que “cualquier juez de primera instancia, en lo sucesivo,
podrá aplicar este fallo basándose en los nuevos criterios normativos”.
“Lo que genera esta sentencia es una ambivalencia
en el sentido que vamos a tener jueces que aplicará el ordenamiento jurídico
nacional que siempre hemos tenido, y por otro lado vamos a tener jueces que
aplicarán las nuevas disposiciones que vienen direccionadas por parte de la
interpretación que hace la Corte Interamericana de Derechos Humanos respecto a
los nuevos derechos”.
Gonzáles recordó que el Tribunal Constitucional, el órgano supremo de
interpretación y control de la constitucionalidad, “podría
detener el fallo siempre y cuando se plantee una demanda de acción de amparo”.
En febrero de este año, la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) subrayó
que la eutanasia “siempre será un camino
equivocado”.
La CEP recordó además que “la Constitución
del Perú establece con claridad que el fin supremo de la sociedad y del Estado
es la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad; esto es cuidar,
respetar y promover la vida desde la concepción hasta su término natural; por
tanto, ninguna autoridad puede legítimamente imponerla o permitirla”.
“Es contradictorio y no se debe tolerar que un
órgano del Estado Peruano pretenda cambiar una norma constitucional
y promueva acciones contra este sagrado principio”, indicaron los obispos.
También precisaron que “en estas
circunstancias es valioso recordar el testimonio de tantas personas que han
atravesado el misterio del dolor y de la enfermedad desde la vivencia de su fe,
encontrando en ella el sentido a su sufrimiento, transformando la fría cama del
hospital o de su casa en un auténtico altar, desde donde se proclama el valor
de la vida, junto a sus familiares y los que luchan para brindarle los cuidados
que merecen”.
“Comprendemos el sufrimiento que Ana Estrada
Ugarte viene atravesando
a causa de su enfermedad, nos solidarizamos con ella, le ofrecemos nuestra
oración y cercanía para que en medio del dolor y la angustia que le ha tocado
vivir, abra su corazón a la fe, a la misericordia y al amor de Dios”, añadieron.
Ana Estrada es una peruana que padece polimiositis
–una enfermedad incurable que la ha dejado en silla de ruedas– y que
desde hace unos años reclama al Estado peruano, con el respaldo legal de la
Defensoría del Pueblo, el supuesto derecho a la eutanasia.
POR DIEGO LÓPEZ
MARINA | ACI Prensa
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