domingo, 31 de julio de 2022

UN SEGUNDO SANTUARIO PARA LA PRELATURA, A LAS AFUERAS DE MADRID (2ª PARTE)

Sigo con el tema de ayer. Un proyecto ambicioso como este solo podría construirse en tres lugares: Roma, Jerusalén o Madrid. Si se levanta en Roma, las visitas serán mucho menos de una cuarta parte que en Madrid. ¿Por qué hay tantas visitas en El Pilar? Porque está al lado de una ciudad de medio millón de habitantes. Jerusalén tampoco favorecería más que visitas breves en un día lleno de actividades.

La entera construcción podría tener una capilla muy bonita que sería la de los prelados, y una segunda que permitiera descansar allí a todos los miembros de la prelatura que lo deseen. La segunda capilla podría concebirse para centenares de urnas.

Las dos capillas podrían estar al lado de la iglesia: un rectángulo con dos cuadrados.

¿Qué forma tendría el templo entero? Como la Obra siempre ha fomentado el espíritu de familia, y ha afirmado que es una gran familia. Podría tener el aspecto de una casa de ladrillo: en el estilo de Torreciudad. Puede ser una réplica de esa estética o podría ser en estilo mozárabe, estoy pensando en las torres mudéjares de Teruel.

Si el templo es como una casa, podría haber tres capillas más que representaran la habitación de Jesús, la de María y la de san José. Dedicando cada capilla a uno de esos santos, aunque en las paredes se colocaran las imágenes de todos los protectores de la Obra. La “habitación de Jesús” sería la capilla del Santísimo Sacramento. El “comedor” sería la iglesia.

En la segunda capilla funeraria, en uno de sus muros, yo colocaría un “árbol” al estilo de los árboles de la orden franciscana o dominica. En ese árbol, del fundador partiría un tronco (el de los prelados) del que saldrían ramas con numerarios, supernumerarios, etc. Allí habría obispos (de la Santa Cruz), también dos cardenales, sacerdotes y sobre todo laicos de todo tipo y condición, unos famosos (por su prestigio) y otros no. Está claro que solo serían una representación.

Las capillas de María y san José se cerrarían cuando se diera una meditación en ellas.

El templo puede ser más pequeño o más grande. Si se decide hacer masivo se puede hacer, en su aspecto externo, como una réplica exacta de El Pilar, o puede tener un aspecto como Torreciudad, o en estilo mudéjar. Yo siempre prefiero hacer algo nuevo, una reinterpretación de un viejo templo, mejor que una copia. Aunque los arquitectos hacen tales desastres que mi consejo es copien y se limiten a copiar sin mover un ladrillo de lo que ven en la iglesia original.

Si es como una réplica de El Pilar (o una reinterpretación de esta construcción) podría haber capillas debajo de las grandes cúpulas habría edificios con viviendas o con oficinas para la administración del edifico o con dormitorios para los retiros. Así la planta inferior no sería diáfana, sino que sería más compleja, más laberíntica, al tener en medio esos edificios. En ese caso, debajo de esas grandes cúpulas, podría haber capillas que permitieran pequeñas romerías, algo a lo que siempre ha sido muy aficionado el Opus Dei. En una mañana se podrían recorrer todas las capillas del techo del santuario y las cuatro de las torres.

Se me ha ocurrido que se podría llamar a este complejo “Torremariana”, para que haga juego con el nombre de Torreciudad.

P. FORTEA

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