Sugerencias para vivir esta celebración.
Por: Teresa Vallés | Fuente: Catholic.net
EXPLICACIÓN
DE LA FIESTA
LA
ASUNCIÓN ES UN MENSAJE DE ESPERANZA QUE NOS HACE PENSAR EN LA DICHA DE ALCANZAR
EL CIELO, LA GLORIA DE DIOS Y EN LA ALEGRÍA DE TENER UNA MADRE QUE HA ALCANZADO
LA META A LA QUE NOSOTROS CAMINAMOS.
Este día, recordamos que María es una obra
maravillosa de Dios. Concebida sin pecado original, el cuerpo de María estuvo
siempre libre de pecado. Era totalmente pura. Su alma nunca se corrompió. Su
cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e
inmaculado.
También, tenemos presente a Cristo por todas las
gracias que derramó sobre su Madre María y cómo ella supo responder a éstas.
Ella alcanzó la Gloria de Dios por la vivencia de las virtudes. Se coronó con
estas virtudes.
La maternidad divina de María fue el mayor
milagro y la fuente de su grandeza, pero Dios no coronó a María por su sola la
maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su humildad, su pureza, su
paciencia, su mansedumbre, su perfecto homenaje de adoración, amor, alabanza y
agradecimiento.
MARÍA
CUMPLIÓ PERFECTAMENTE CON LA VOLUNTAD DE DIOS EN SU VIDA Y ESO ES LO QUE LA
LLEVÓ A LLEGAR A LA GLORIA DE DIOS.
En la Tierra todos queremos llegar a Dios y en
esto trabajamos todos los días. Esta es nuestra esperanza. María ya ha
alcanzado esto. Lo que ella ha alcanzado nos anima a nosotros. Lo que ella
posee nos sirve de esperanza. María tuvo
una enorme confianza en Dios y su corazón lo tenía lleno de Dios.
Ella es nuestra Madre del
Cielo y está dispuesta a ayudarnos en todo lo que le pidamos.
UN
POCO DE HISTORIA
El Papa Pío XII definió como dogma de fe la Asunción de María al Cielo en
cuerpo y alma el 1 de noviembre de 1950.
La fiesta de la Asunción es “la fiesta de María”, la más solemne de las
fiestas que la Iglesia celebra en su honor. Este día festejamos todos los
misterios de su vida.
Es la celebración de su grandeza, de todos sus
privilegios y virtudes, que también se celebran por separado en otras fechas.
Este día tenemos presente a Cristo por todas las
gracias que derramó sobre su Madre, María. ¡Qué
bien supo Ella corresponder a éstas! Por eso, por su vivencia de las virtudes,
Ella alcanzó la gloria de Dios: se coronó por estas virtudes.
María es una obra maravillosa de Dios: mujer
sencilla y humilde, concebida sin pecado original y, por tanto, creatura
purísima. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el
pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado de Dios.
En la Tierra todos queremos llegar a Dios y por
este fin trabajamos todos los días, ya que ésa es nuestra esperanza. María ya
lo ha alcanzado. Lo que ella ya posee nos anima a nosotros a alcanzarlo
también.
María tuvo una enorme confianza en Dios, su
corazón lo tenía lleno de Dios. Vivió con una inmensa paz porque vivía en Dios,
porque cumplió a la perfección con la voluntad de Dios durante toda su vida. Y
esto es lo que la llevó a gozar en la gloria de Dios. Desde su Asunción al
Cielo, Ella es nuestra Madre del Cielo.
SUGERENCIAS PARA VIVIR LA
FIESTA:
- Tener una imagen de la Virgen María en el
momento de la Asunción y poner junto de ésta un florero para repartir una
flor con un letrero de una virtud propia de la Virgen para que cada uno
medite en esta virtud y deposite la flor.
- Coronar a la virgen María poniéndole una
corona y explicando al mismo tiempo porque
llegó al Cielo en cuerpo y alma.
- Llevar y ofrecer flores a la Virgen.
- Rezar el Rosario en familia con mucha
devoción.
- Cantar la canción a la Virgen María “¿Quién
será esa mujer?”
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