Rezos y oraciones.
Tambores, plumas, ceremonias. Chamanes y babalaos. No eran para él. Los observó
por televisión desde Madrid. Buscó imágenes de aquello en Yotube. Y los conjuros ajenos, esos que clamaban a santos, espíritus
y ancestros por el milagro de la sanación para el Comandante surtieron
un efecto en el periodista David Placer: de ahí nació Los brujos de Chávez.
Lo cuenta Óscar Medina en el medio digital KonZapata.com
“Una
ceremonia santera, celebrada en La Habana, fue transmitida en vivo y directo”, dice el autor
en la introducción de este libro singular. La sorpresa: ya nada se oculta. La faceta mágico-religiosa del chavismo
mostró todas sus caras al mismo tiempo en 2012, el año en que se moría Chávez.
Rezaban los curas. Rezaba el pueblo. Los indígenas hacían rituales. El humo de
los tabacos se elevaba hasta el cielo. Las velas alumbraban. El cáncer del
mandatario ocupaba la atención. Iba y venía de La Habana. Misterios. Secretos.
La información manipulada cruzaba fronteras. La vida del líder estaba en manos
de los cubanos. ¿Habrá rezado Fidel? Porque ya no había mucho más que hacer:
mirar al cielo. O al infierno, según el caso.
LA “RELIGIÓN” DE HUGO CHÁVEZ
Mucho se ha escrito y mucho
más se escribirá sobre Hugo Chávez. Pero hasta ahora era escaso el tratamiento
periodístico que se había dado a sus creencias y sobre el papel que han jugado
en la conformación tanto de un nexo con su gente como en la de una pseudo religión que ya despunta: el
Chávez nuestro de cada día. Y en esas aguas profundas, plagadas de
rumores, mentiras, medias verdades y acciones ocultas se hundió David Placer
para regresar –quién sabe si curado de espanto- y contarnos con precisión,
ritmo y un lenguaje pulcro sobre el
viaje del “Comandante eterno” a través de
los caminos de la espiritualidad, las religiones y la superchería.
El de Chávez fue un viaje que
nos importa a todos porque más allá de la anécdota y el chisme, ese trayecto
también tuvo –tiene– consecuencias para Venezuela: la de ser –para decirlo
claramente– un país manejado por la
sinrazón.
No hay para el creyente ninguna contradicción entre asumirse hijo del
Dios de los católicos y hacerse un despojo y un baño en un río para “mejorar” la
suerte o conseguir el amor. Tampoco lo había para Chávez: “Nunca ocultó su marcada
personalidad supersticiosa, su afición por la lectura de cartas ni su debilidad
por el espiritismo”, cuenta Placer.
Tampoco ocultó su fe en
Cristo, en el pretendido “socialismo” de
Jesús, en la Virgen, en el poder de los lugares santos. Y en torno a él se
configuró otro sincretismo: católicos, evangélicos, santeros, brujos, musulmanes y
marxistas le erigieron un altar en vida. Y uno más elevado ahora en la
muerte.
BRUJERÍA, ESPIRITISMO, SANTERÍA
Los
brujos de Chávez arranca con el episodio en el que supo que moriría temprano. Y a partir
de allí nos revela a un personaje capaz
de echar mano de cualquier recurso para lograr su objetivo: alcanzar el poder.
A su primera bruja, fiel
amiga, la utilizaría desde sus días de militar conspirador y hasta que ya sus
facultades menguaran. A los evangélicos para ganar votos. A la jerarquía de la
Iglesia católica para sus actos de contrición y también para la diatriba.
Al espiritismo y a las leyendas del pueblo para mostrarse como uno
más del populacho. A sus relaciones con el mundo –si damos crédito a versiones–
para invocar fuerzas ancestrales
en otros continentes. Y a Bolívar, a Maisanta, a Zamora, para construir las
bases del culto a su propia persona: el nuevo
libertador.
Pero esto no es todo. En su
investigación, David Placer expone el riesgo de semejante disposición a creer:
el sumo sacerdote de la izquierda, Fidel Castro, vio que este hijo adinerado y
bien dispuesto creía y vio que eso era bueno. Para sus intereses, para los de
Cuba.
“La
debilidad de Hugo Chávez hacia los temas religiosos fue aprovechada por el
gobierno cubano para sembrar de
santeros y babalawos las oficinas públicas, los ministerios y los estamentos
militares. Este libro contiene revelaciones sorprendentes sobre la
verdadera función de esta red”.
ESPIRITISMO EN EL PALACIO PRESIDENCIAL
Eso escribió el periodista que
habló con amigos, amantes, seguidores, militares, enemigos, activistas y
líderes políticos, creyentes, descreídos, historiadores, santeros, espiritistas
y que también siguió las huellas de los pasos de Chávez por media Venezuela
hasta encontrar las pistas de su último hechizo: ese
que, según dicen, tiene al espíritu de Chávez penando entre los vivos.
Para la confección del libro,
el periodista entrevistó al círculo íntimo de Chávez, visitó brujos y santeros
de todo el país y hasta tuvo acceso a los salones del Palacio de Miraflores
donde, según le contaron sus propios responsables, se practica el espiritismo.
Con más de 60 entrevistas, Los brujos de Chávez
también sorprende al narrar cómo la
inteligencia cubana articuló la llegada de santeros que tenían una doble
función: la de guías espirituales y la de espías que informaban al
gobierno de La Habana sobre todos los movimientos y en empresas clave del
Estado como Pdvsa. Se trata de un delirio seudo-religioso al servicio del
poder.
SE RODEÓ DE BRUJOS PARA ACUMULAR MÁS PODER
Egresado de la Universidad
Central de Venezuela, Placer reside desde hace 13 años en España y actualmente
trabaja en el diario Economiadigital.es, editado en Madrid y Barcelona,
y es colaborador de KonZapata.com. Los brujos de Chávez es su primera obra
que está disponible en Amazon.com.
–
LA CONEXIÓN DE CHÁVEZ Y SU ENTORNO CON LA BRUJERÍA Y LA SANTERÍA SIEMPRE HA
SIDO MOTIVO DE RUMORES. DESPUÉS DE LA INVESTIGACIÓN ¿QUÉ HAY DE CIERTO Y QUÉ
HAY DE MITO EN ESTA RELACIÓN?
– Siempre estuve convencido de
que era posible que hubiese mucho mito y poca realidad en esta relación de
dependencia, pero en la medida en que iba haciendo más entrevistas y avanzando
en la investigación, me doy cuenta de que había cosas que realmente pueden
llegar a parecer inverosímiles pero que son ciertas. El Gobierno permitió que la santería, la brujería y el espiritismo
llegaran a todas las estructuras del Estado. En las Fuerzas Armadas, la
nueva relación de babalawos y seguidores llegó a trastocar la estructura
jerárquica militar. Incluso en el
Palacio de Miraflores hay varios salones dedicados a las prácticas de
espiritismo. Y lo que más me sorprendió es que sus propios encargados lo
reconocen, sin ningún tipo de tapujos.
–
¿CÓMO COMENZÓ CHÁVEZ EN EL MUNDO DE LAS CIENCIAS OCULTAS?
– Cuando preparaba el Golpe de
Estado, su bruja personal en
aquella época, Cristina Marksman fue determinante. Ella le leía constantemente las cartas y no había cita o reunión
importante en la que previamente Chávez no le solicitara su ayuda para
vislumbrar lo que pasaría. La bruja Cristina acertó en varias ocasiones, le
alertó de delaciones, le hizo trabajos para que saliera de apuros en los
interrogatorios en los que se le acusaba de conspirador. Y a ojos de muchos y
del propio Hugo Chávez, Cristina tenía un don especial. Ese fue el comienzo.
–
ES DECIR, FUERON SUS ANSIAS DE ALCANZAR EL PODER LO QUE LO HIZO INCURSIONAR EN
ESTE MUNDO.
– Absolutamente. Él no parecía
demasiado interesado en asuntos que no tuvieran que ver con la conspiración, estaba completamente abocado en lograr que la
insurrección obtuviera éxito. La ansiedad que le producía el
cumplimiento de ese propósito lo llevaba a leerse las cartas y a hacer rituales en los ríos. Y una vez que
alcanzó el poder, sólo le interesaba retenerlo. Y por eso se rodeó de brujos, porque creyó que así
acumularía más poder.
LAS CONEXIONES POLÍTICAS DE LA SANTERÍA
–
¿EL AUGE DE LA SANTERÍA CUBANA EN VENEZUELA TAMBIÉN ES UN FENÓMENO POLÍTICO?
– Es lo que aseguran los
santeros. También fue lo que me contó el ex ministro de Defensa, Raúl Baduel,
las dos veces que lo entrevisté en la cárcel de Ramo Verde. Él está convencido
de que fue una jugada estratégica de Fidel Castro para seducir a Chávez. Se dio
cuenta de que su debilidad eran la brujería y las ciencias ocultas y le mandó a
un ejército de babalawos que poco a
poco fueron tomando posiciones en puestos clave en los ministerios y en las
empresas públicas.
–
¿NEGARÁ EL CHAVISMO TODA ESTA TEORÍA?
– Las evidencias son muy
fuertes. Hay decenas de testimonios que relatan los mismos hechos y que, poco a
poco, he ido confirmando. De hecho, una carta manuscrita por el propio Hugo
Chávez en 1985 y que está incluida en el libro, da fe de esa creencia. Algunos
dirigentes chavistas podrán negarlo en público pero lo admiten en privado. Lo
desveló el propio Mario Silva en aquel audio que salió a la luz pública y en el
que le comentaba al jefe de la inteligencia cubana su preocupación porque
Nicolás Maduro, Cilia Flores y el gobernador de Aragua, Tarek El Aisami,
estaban presenciando apariciones de Chávez. Es como si quisieran estar convencidos de que todos están predestinados
para la misión de llevar las riendas del país.
–
¿HA SIDO CHÁVEZ EL PRESIDENTE MÁS BRUJO DE VENEZUELA?
– Venezuela siempre ha tenido presidentes brujos o brujeros. Desde
Joaquín Crespo, que tenía su brujo particular, Telmo Romero, pasando por Rómulo
Betancourt y sus hechizos en Birongo hasta Carlos Andrés Pérez o Luis Herrera
Campins, quien llevaba siempre su pepa de zamuro encima. No sólo es un tema de esoterismo, también es
cultural. ¿Quién no ha escuchado hablar de
las ánimas de la sabana, donde esa inmensidad de tierra puede hacer que hasta
el canto de un pájaro se convierta en un fenómeno casi místico? La brujería también ha tenido una clara
intencionalidad política: de hecho AD contrató a un vidente en la
campaña de 1983 para que pronosticara su triunfo y así condicionar el voto de
los crédulos. En el fondo, es un mecanismo de conexión que ha buscado la
política para encontrar sintonía con los ciudadanos y los votantes.
–
¿QUÉ FUE LO QUE MÁS LE SORPRENDIÓ DE LA INVESTIGACIÓN?
– Muchas cosas. Fue un
descubrimiento para mí comprobar el verdadero alcance que había logrado la
santería y la palería en la sociedad venezolana. Y no sólo es que roban el
cuerpo del ex presidente Joaquín Crespo del cementerio del Sur, sino que
también hay decenas de profanaciones
para ritos paleros. También me sorprendió la naturalidad con la que
chavistas y allegados al presidente reconocen públicamente estas inclinaciones.
Es un mundo que ha tocado todas las
capas del poder en Venezuela, desde las bases hasta la cúpula.
Secretaría RIES
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