Adeptos
que ingieren serpientes, ratas, hierba y petróleo; pastores que saltan sobre el
estómago de sus fieles o les obligan a desnudarse. Es un circo
consagrado a Dios y al negocio de pujantes evangelistas al que el Gobierno
sudafricano pretende poner coto, según explica en un despacho de la agencia Efe
Marcel Gascón, desde Johannesburgo.
La Comisión para
los Derechos Culturales, Religiosos y Lingüísticos (CRL) ha puesto en marcha una investigación
para perseguir la “comercialización de
la religión” y “el abuso”
de la gente con fe, de la que estos pastores consiguen jugosos dividendos
económicos. Las alarmas se encendieron en Sudáfrica el pasado de
julio, cuando la prensa publicó fotos del pastor Penuel Mnguni de Pretoria (en
la foto) haciendo comer serpientes vivas a sus feligreses para
demostrar que podía convertirlas en chocolate.
Mnguni, del “Ministerio del Fin de los Tiempos", fue
denunciado entonces por la Sociedad Protectora de Animales, el Consejo de
Iglesias Sudafricanas (SACC) expresó su preocupación por este tipo de prácticas
y su local fue incendiado por desconocidos indignados por su conducta. Pese a
llegar a ser detenido, los cargos contra Mnguni fueron retirados por falta de
pruebas.
La proliferación en los últimos años de este tipo de ritos ha llevado a
la CRL a tomar cartas en el asunto, y el “pastor de
las serpientes” y varios de sus homólogos de otras sectas ya han sido
llamados a declarar. Líderes religiosos como Lesego Daniel, del Rabboni
Ministries Centre y conocido por hacer beber petróleo a sus
seguidores para sanar sus dolencias físicas, desfilaron este mes por la sede de la comisión en
Johannesburgo, donde recibieron el apoyo entusiasta de miles de seguidores.
Lo hicieron enfundados en sus
elegantes trajes, rodeados de fornidos guardaespaldas vestidos de negro y a bordo de los lujosos automóviles de alta gama que conducen gracias a las donaciones de las
decenas de miles de fieles que tienen en toda África Meridional y a la venta de
productos religiosos y el marketing propio. Por allí pasó también el obispo
Steven Zondo, de Rivers of Living Waters Ministries, que proclamó que la
comisión estaba formada por “adoradores del diablo” y que era el “Anticristo”.
La CRL ha llamado también,
entre otros, al popular obispo Mosa Sono, de la Grace Bible Church, a quien se
le exigen detalles sobre sus finanzas, y al profeta Paseka “Mbhoro” Motsoeneng, de la Iglesia de los Hechos
Increíbles, a quien se acusa de pedir favores sexuales a
algunas de sus seguidoras para exorcizarlas.
Aún no se ha presentado el “pastor de las serpientes", que deberá dar
explicaciones por hacer comer ratas, pelo y trozos de ropa a su grey, y que
lleva varios días desaparecido. “Debe responder
ante nosotros. Debe decirnos si es correcto desde un punto de vista religioso
hacer comer serpientes, ratas y pelo humano a la gente”, ha afirmado la presidenta de la CRL, Thoko
Mkhwanazi-Xaluva.
Además de su ostentoso estilo
de vida, todos estos pastores tienen en común su supuesta capacidad para
hacer milagros, la fogosidad de sus multitudinarios
sermones –a menudo celebrados en
lugares abiertos bajo inmensas carpas– y el contenido apocalíptico de sus discursos. Su clientela se nutre de las
masas negras pobres y poco educadas de Sudáfrica y los países vecinos, que se
entregan a su carisma en busca de esperanza, atraídos por las
promesas de salvación y prosperidad y
lo vibrante de unos cultos llenos de música, baile y espectáculo que son cada
domingo su única opción de ocio.
Secretaría RIES
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