EN LA FIESTA DE LA VIRGEN DEL CARMEN HABLEMOS DE SU DEVOCIÓN EN ESPAÑA E
HISPANOAMÉRICA
La historia de la devoción a
la Virgen del Carmen nace en el Antiguo Testamento, con la señal de Dios al
profeta Elías para la conversión del pueblo elegido. Se extiende por los siglos
y se asocia al escapulario y al cuidado de la Madre de Dios por las gentes del
mar y las almas del Purgatorio
(InfoCatólica) Hoy 16 de julio la Iglesia
celebra a la Virgen María en su advocación de la Virgen del Carmen. Las
distintas advocaciones que la Madre de Dios y madre nuestra recibe son producto
del lugar y del mensaje de Jesús que Ella recuerda.
Así en distintos momentos de
la historia la Virgen María se ha mostrado vestida de diferentes maneras, es
por esta razón que se le conoce con distintos nombres o advocaciones como por
ejemplo La Virgen del Carmen, que toma su nombre en alusión al Monte Carmelo.
ELÍAS, EL MONTE
CARMELO Y LA ORDEN DE LOS CARMELITAS
Sobre los orígenes de esta
advocación, en el Primer Libro de los Reyes, se habla del profeta Elías, de la
gran sequía que sufría el país y de los sacrificios ofrecidos en el Monte
Carmelo. Elías prometió a Dios que el rey Ajab y el pueblo abandonarían al dios
Baal para que El terminara con la sequía que asolaba a la región. Después de varias veces que Elías subió al monte, apareció una gran señal:
«Cuando volvió la séptima vez, subía desde el mar una nubecita no más grande
que la palma de la mano» (1 Rey
18,44)
A partir de entonces el Monte
Carmelo, al oeste del lago Galileo y cuyo nombre significa jardín, se convirtió
en un lugar sagrado, hasta donde llegaron a vivir ermitaños que se entregaron a
la oración y penitencia y fueron llamados carmelitas. Invocaban a María
con el nombre de «Santísima Virgen del Monte
Carmelo».
En
el siglo XIII, el Patriarca Latino de Jerusalén, delegado papal en Tierra Santa, pidió
a los ermitaños del Monte Carmelo que ordenaran su estilo de vida, lo cual se
concretó gracias a los Papas Honorio III e Inocencio IV. De esta manera, nació la orden religiosa de los Padres Carmelitas, que se extendió por el mundo tanto en su
rama masculina como femenina.
Posteriormente en el S. XVI
Santa Teresa de Jesús, doctora de la Iglesia es la reformadora del Carmelo
descalzo, ateniéndose a la fuerza de su regla original, de oración y
clausura. Era el siglo de Oro de España y la época de la evangelización de
América.
A lo largo de los siglos se ha
dado a la Virgen del Carmen el patronazgo sobre los marineros, la Marina y las
poblaciones costeras, así como innumerables ciudades y países.
LA VIRGEN DEL CARMEN
Y LA PROMESA ASOCIADA A SU ESCAPULARIO
Respecto del origen del
mensaje de la Virgen del Carmen, éste está en Inglaterra. El domingo 16 de
julio de 1251, San Simón Stock, Superior General de los Padres Carmelitas del
convento de Cambridge, estaba rezando por el destino de su orden, cuando se le
apareció la Virgen María.
Estaba Ella vestida de hábito
carmelita, llevaba al Niño Jesús en sus brazos y en su mano el Escapulario, que
le entrega diciendo: «Recibe hijo mío este
Escapulario de tu orden, que será de hoy en adelante señal de mi
confraternidad, privilegio para ti y para todos los que lo vistan. Quien
muriese con él, no padecerá el fuego eterno. Es una señal de salvación, amparo
en los peligros del cuerpo y del alma, alianza de paz y pacto sempiterno». (Novena
de Nuestra Señora del Carmen, Santiago, Carmelitas descalzos, 1942,
pag. 30).
LA DEVOCIÓN A LA
VIRGEN DEL CARMEN EN HISPANOAMÉRICA
La devoción mariana es una de
las expresiones devocionales más extensa y persistentemente acogida por los
pueblos americanos, que constituyó no solamente un factor importante sino
decisivo para la evangelización del Nuevo Mundo, así lo reconocen los obispos
latinoamericanos en la Conferencia de Santo Domingo: «Su
figura maternal fue decisiva para que los hombres y mujeres de América Latina
se reconocieran en su dignidad de hijos de Dios. María es el sello distintivo de la cultura de
nuestro continente. Madre y educadora del naciente pueblo latinoamericano»
(SD,15).
De gran raigambre en España, la festividad de Santa María del Monte Carmelo, fue extendida mediante
Bula del Papa Benedicto XIII en 1725 a Hispanoamérica, entonces
colonia española, un año después ampliada también a toda la Iglesia por el
mismo pontífice.
La universal devoción del
Carmen, ha arraigado profundamente en el catolicismo latinoamericano; y se ha
extendido hasta el último rincón que habla la lengua castellana. La devoción
destaca especialmente en Argentina, Bolivia, Chile,
Colombia, Costa Rica, Nicaragua, Guatemala, México, Panamá, Perú, Puerto Rico y
Venezuela.
EL ESCAPULARIO DE LA
VIRGEN DEL CARMEN Y EL LLAMADO PRIVILEGIO SABATINO
Pero, no es siempre
comprendido ni el uso del escapulario ni el Privilegio sabatino asociado con el
escapulario.
Según la tradición, la Virgen María se apareció a S. Simón Stock el 16 de julio de 1251 y le
dijo: «Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas:
quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno». Hay
quienes piensan por eso que es un amuleto o algo mágico.
Más aún cuando se habla del Privilegio Sabatino, la promesa que
tradicionalmente se piensa que la Virgen María hizo al Papa Juan XXII en una
aparición en 1322. Según esa tradición, ella prometió librar del purgatorio el
primer sábado después de la muerte a los que llevaran el escapulario por medio
de una intercesión especial suya: «como Madre de
Misericordia, con mis ruegos, oraciones, méritos y protección especial, les
ayudaré para que, libres cuanto antes de sus penas, sean trasladadas sus almas
a la bienaventuranza». [Actualmente, se piensa que la visión
del Papa Juan XXII no tiene base histórica y por lo tanto, la Santa Sede
advirtió a la Orden Carmelita en el año 1613 que no predicara esa doctrina.]
EL ESCAPULARIO DE LA
VIRGEN DEL CARMEN, FUERTE LLAMADA A LA CONVERSIÓN
Parece que sólo hay que llevar
esos pedazos de tela marrón para llegar al Cielo, pero eso no es lo que enseñan
la Iglesia y los santos al recomendar el uso del escapulario. El escapulario del Carmen es un sacramental para ayudar a los fieles a
crecer en virtud y devoción, como indican las condiciones para ganar
el Privilegio Sabatino (llevar puesto el escapulario, guardar la castidad
correspondiente al propio estado de vida, rezar el Rosario diariamente).
Como dice S. Gregorio Magno: «[Dios a todos] los pecadores les promete misericordia
para que se animen a levantarse.» (Hom. 34 sobre los Evang. ). Explica
además S. Claudio de Colombiere: «Tu preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis
pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu
escapulario».
La Congregación para el Culto
Divino y la Disciplina de los Sacramentos explica el uso del escapulario. Dice
su «Directorio sobre piedad popular y la liturgia:
Principios y orientaciones» (2002):
¿QUÉ ES EL
ESCAPULARIO DEL CARMEN?
«El escapulario
del Carmen es una forma reducida del hábito religioso de la Orden de Hermanos
de la bienaventurada Virgen del Monte Carmelo: se ha convertido en una devoción
muy extendida e incluso más allá de la vinculación a la vida y espiritualidad
de la familia carmelitana, el escapulario conserva una especie de sintonía con
la misma.
«El
escapulario es un signo exterior de la relación especial, filial y confiada,
que se establece entre la Virgen, Reina y Madre del Carmelo, y los devotos que se confían
a ella con total entrega y recurren con toda confianza a su intercesión
maternal; recuerda la primacía de la vida espiritual y la necesidad de la
oración.» (205)
¿CÓMO SE IMPONE EL
ESCAPULARIO DEL CARMEN?
«El escapulario
se impone con un rito particular de la Iglesia, en el que se declara que ‘recuerda
el propósito bautismal de revestirse de Cristo, con la ayuda de la Virgen
Madre, solícita de nuestra conformación con el Verbo hecho hombre,
para alabanza de la Trinidad, para que llevando el vestido nupcial, lleguemos a
la patria del cielo’.
«La imposición
del escapulario del Carmen, como la de otros escapularios, ‘se debe reconducir
a la seriedad de sus orígenes: no debe ser un acto más o menos improvisado,
sino el momento final de una cuidadosa preparación, en la que el fiel se hace
consciente de la naturaleza y de los objetivos de la asociación a la que se
adhiere y de los compromisos de vida que asume’.» (205)
«La imposición
se hace preferentemente en comunidad. Es necesario que en la celebración quede
bien expresado el sentido espiritual de las gracias unidas al Escapulario de la
Virgen del Carmen y los compromisos asumidos con este signo de devoción a la
Santísima Virgen. El primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e
impuesto por él mientras dice la oración: Recibe este escapulario bendito y
pide a la Virgen Ssma. que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de
pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna»
«Por este sí de
María el mundo obtuvo la salvación, la humanidad fue rescatada. Así pues,
procuremos también nosotros hacer la voluntad de Dios y decir siempre sí al
Señor… Que María haga florecer en tu alma las virtudes siempre nuevas y vele por
ti». S. Pío de Pietrelcina
Con
información tomada de los blogs de Germán Mazuelo-Leyton, q.e.p.d., de D.
Guillermo Juan Morado y de Mª Lourdes Quinn en InfoCatólica.
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