Ser popular es hoy en día el criterio para ser
supuestamente buen obispo
En una entrevista a The
Catholic World Report, Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de
la Fe habla sobre las tensiones provocadas por la propuesta de que los
protestantes puedan recibir la comunión, los continuos conflictos sobre las
enseñanzas de la Iglesia sobre el sacramento del orden, la homosexualidad y
otros temas.
(CWR/InfoCatólica) El cardenal Müller ha
respondido a las preguntas de Catholic World Report sobre la situación en Alemania,
las tensiones provocadas por la propuesta de que algunos protestantes pudieran
recibir la sagrada comunión, los continuos conflictos sobre la enseñanza de la
Iglesia sobre por qué las mujeres no pueden ser ordenadas sacerdotes, y la
homosexualidad.
DESDE 2014 HA HABIDO
DENTRO DE LA IGLESIA UNA CORRIENTE CONTINUA DE CONFLICTOS Y TENSIONES QUE
INVOLUCRA A MUCHOS OBISPOS ALEMANES. ¿CUÁL ES LA RAZÓN DE ESTE FENÓMENO?. ¿CUÁL
ES LA CAUSA DE ESTOS CONFLICTOS SOBRE LA ECLESIOLOGÍA, LA SAGRADA COMUNIÓN Y
OTROS ASUNTOS RELACIONADOS?
Un grupo de obispos alemanes
con su presidente (es decir, el de la Conferencia Episcopal Alemana) a la
cabeza, se ven a sí mismos como los pioneros de la Iglesia Católica en la
marcha hacia la modernidad. Ellos consideran que la secularización y la
descristianización de Europa es un desarrollo irreversible. Por esta razón la
Nueva Evangelización, el programa de Juan Pablo II y Benedicto XVI es, desde su
punto de vista, una batalla contra el curso objetivo de la historia, que se parece
a la lucha de Don Quijote contra los molinos de viento. Están buscando el sitio
donde la Iglesia pueda sobrevivir en paz. Por lo tanto, todas las doctrinas de
fe que se opongan a la «corriente dominante» del consenso social deben ser
reformadas.
Una consecuencia derivada de
esto es la demanda de la Sagrada Comunión incluso para aquella gente que no
profesan la fe católica y también para aquellos católicos que no están en
estado de gracia santificante. También se incluyen en la agenda: una bendición para
las parejas homosexuales, la intercomunión con los protestantes, la
relativización de la indisolubilidad del matrimonio sacramental, la
introducción de los viri probati y, con ello, la abolición del celibato sacerdotal
y la aprobación de relaciones sexuales antes y fuera del matrimonio. Estos son
sus fines, y para alcanzarlos están dispuestos a aceptar incluso la división
entre los obispos de la Conferencia Episcopal.
Los fieles que se toman la
doctrina católica en serio son tachados de conservadores, se les está empujando
fuera de la Iglesia, y son expuestos a una campaña de difamación de los medios
de comunicación liberales y anticatólicos
Para muchos obispos, la verdad
de la revelación y de la profesión de la fe católica es sólo una variable más
en la política de poder intraeclesial. Algunos de ellos citan acuerdos
individuales con el Papa Francisco y piensan que sus declaraciones, en
entrevista con periodistas y figuras públicas que están lejos de ser católicos,
ofrecen una justificación para «suavizar» las
verdades de la fe definidas e infalibles (es decir, dogmas). Dicho todo esto,
estamos tratando con un proceso flagrante de protestantizacion.
El ecumenismo, en contraste,
tiene como fin la unidad de todos los cristianos, que ya se realiza sacramentalmente
en la Iglesia católica. La mundanidad del episcopado y de los clérigos en el
siglo XVI fue la causa de la división de la Cristiandad, que es diametralmente
opuesta a la voluntad de Cristo, el fundador de la única, santa, católica y
apostólica Iglesia. La enfermedad de ese tiempo es ahora supuestamente la
medicina con la cual se quiere vencer la división. La ignorancia de la fe
católica en ese tiempo era catastrófica, especialmente entre los obispos y los
Papas, que se dedicaban más a la política y al poder que a ser testigos de la
verdad de Cristo.
Hoy, para mucha gente, ser
aceptado por los medios de comunicación es más importante que la verdad, por la
que debemos sufrir. Pedro y Pablo sufrieron el martirio por Cristo en Roma, el
centro de poder en aquellos días. Ellos no fueron considerados héroes por los
gobernantes de este mundo sino más bien fueron escarnecidos como Cristo en la
cruz. No debemos olvidar la dimensión martirológica del ministerio petrino y
del oficio episcopal.
¿POR QUÉ, ESPECÍFICAMENTE, ALGUNOS OBISPOS ALEMANES
DESEAN PERMITIR QUE SE LES DÉ LA SAGRADA COMUNIÓN A CIERTOS PROTESTANTES DE
FORMA REGULAR?
Ningún obispo tiene la
autoridad de administrar la Sagrada Comunión a cristianos que no están en
completa comunión con la Iglesia católica. Solo en una situación de peligro de
muerte puede un protestante requerir la absolución sacramental y la Comunión
como viático, si él comparte la fe católica completamente y por lo tanto entra
en plena comunión con la Iglesia católica, incluso si él no ha declarado su
conversión oficialmente.
Desgraciadamente hoy en día
incluso algunos obispos desconocen la fe católica en la unidad de la comunión
eclesial y sacramental, y justifican su infidelidad a la fe católica con una
supuesta preocupación pastoral o con explicaciones teológicas que, sin embargo,
contradicen los principios de la fe católica. Toda doctrina y praxis debe
fundarse en la Sagrada Escritura y la Tradición Apostólica, y no debe
contradecir los anteriores pronunciamientos dogmáticos del Magisterio de la
iglesia. Este es el caso que se refiere a permitir que cristianos no católicos
reciban la Comunión durante la Santa Misa, aparte de la situación de emergencia
descrita anteriormente.
¿CÓMO VE, PRIMERO,
LA SALUD DE LA FE CATÓLICA EN ALEMANIA Y, EN SEGUNDO LUGAR, EN EUROPA EN
GENERAL?. ¿PIENSA QUE EUROPA PUEDE RECOBRAR EL SENTIDO DE SU PREVIA IDENTIDAD
CRISTIANA?
Hay mucha gente que vive su
fe, ama a Cristo y a su Iglesia y que tiene puestas sus esperanzas en Dios, en
la vida y en la muerte. Pero también entre ellos hay algunos que se sienten
abandonados y traicionados por sus pastores. Ser popular en la opinión pública
es hoy en día el criterio para ser supuestamente buen obispo o sacerdote.
Estamos experimentando una conversión al mundo, en vez de a Dios,
contrariamente a la afirmación del apóstol Pablo: «Pues,
¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los
hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo.»
(Gálatas, 1, 10).
Necesitamos sacerdotes y
obispos que estén llenos con el celo por la casa de Dios, que se dediquen a
ellos mismos enteramente a la salvación de los seres humanos en el peregrinaje
de la fe hasta nuestra casa eterna. No hay futuro en absoluto para el «cristianismo light». Necesitamos cristianos con
espíritu misionero.
LA CONGREGACIÓN PARA
LA DOCTRINA DE LA FE RECIENTEMENTE REITERÓ LA ENSEÑANZA MILENARIA DE LA IGLESIA
DE QUE LAS MUJERES NO PUEDEN SER ORDENADAS SACERDOTES. ¿POR QUÉ PIENSA QUE ESTA
ENSEÑANZA, QUE HA SIDO REITERADA VARIAS VECES EN LOS AÑOS RECIENTES, CONTINÚA
SIENDO DISPUTADA POR MUCHOS EN LA IGLESIA?
Desafortunadamente ahora la
Congregación para la Doctrina de la Fe no es particularmente estimada y su
importancia para la primacía Petrina no se reconoce. La Secretaría de Estado y
el servicio diplomático de la Santa Sede son muy importantes para la relación
de la Iglesia con otros países, pero la Congregación de la Doctrina de la Fe es
más importante para la relación de la Iglesia con su Cabeza de quien toda gracia
procede.
La fe es necesaria para la
salvación; la diplomacia papal puede conseguir muchos cosas buenas en el mundo.
Pero la proclamación de la fe y la doctrina no deben subordinarse a los
requerimientos y las condiciones de los juegos de poder terrenales. La fe
sobrenatural no depende de los poderes terrenos. En la fe está bastante claro
que el sacramento del Orden sacerdotal en sus tres grados de Obispo, sacerdote
y diácono solo puede ser recibido válidamente por hombres católicos bautizados,
porque solamente ellos pueden simbólica y sacramentalmente representar a Cristo
como el novio de la Iglesia. Si el ministerio sacerdotal es entendido como una
posición de poder, entonces esta doctrina de reservar el Orden sagrado para
católicos del sexo masculino es una forma de discriminación contra las mujeres.
Pero esta perspectiva de poder
y de prestigio social es falsa. Solo si vemos toda la doctrina de la fe y los
sacramentos desde el punto de vista teológico, en vez de en términos de poder,
podrá la doctrina de la fe referente a los pre-requisitos naturales para el
sacramento del Orden Sacerdotal y del matrimonio ser evidente para nosotros
también. Solo un hombre puede simbolizar a Cristo, el novio de la iglesia. Solo
un hombre y una mujer pueden simbólicamente representar la relación de Cristo
con la iglesia.
RECIENTEMENTE HA
PRESENTADO LA EDICIÓN ITALIANA DEL LIBRO DE DANIEL MATTSON «POR QUÉ NO ME
LLAMA A MÍ MISMO GAY». ¿QUÉ LE IMPRESIONA SOBRE EL LIBRO Y SU
APROXIMACIÓN?. ¿EN QUÉ SE DIFERENCIA DE OTRAS APROXIMACIONES PRO-GAYS O DE
POSICIONES ADOPTADAS PARA ALGUNOS CATÓLICOS ?. ¿QUÉ SE PUEDE HACER PARA
EXPLICAR EN TÉRMINOS POSITIVOS LA ENSEÑANZA DE LA IGLESIA SOBRE LA SEXUALIDAD,
MATRIMONIO Y OTRAS ASUNTOS RELACIONADOS?
El libro de Daniel Mattson
está escrito desde una perspectiva personal. Está fundamentado en una profunda
reflexión intelectual sobre la sexualidad y el matrimonio, que lo hace
diferente de cualquier otro tipo de ideología. Por lo tanto, ayuda a gente que
tiene atracción hacia personas del mismo sexo a reconocer su dignidad y a
seguir un camino beneficioso en el desarrollo de su personalidad, y no permitir
que sean usados como peones por la demanda de poder de los ideólogos. Un ser
humano es una unidad interior de principios organizativos espirituales y
materiales, y consecuentemente una persona y un sujeto que actúa libremente, de
una naturaleza que es espiritual, corpórea y social.
El hombre es creado para la
mujer, la mujer para el hombre. El fin de la comunión marital no es el poder de
uno sobre otro, sino unidad en un amor mutuo, en el cual los dos crecen y
juntos alcanzan su meta en Dios. La ideología sexual que reduce al ser humano
al placer sexual es, de hecho, hostil a la sexualidad, porque niega el fin del
sexo y el eros sea el ágape. Un ser humano no puede permitirse ser degradado
al estado del animal más altamente desarrollado. Está llamado al amor. Sólo
amando al otro por su bien, encuentro mi propia esencia; sólo entonces me
libero de la prisión de mi egoísmo primitivo. Uno no puede completarse así
mismo a expensas de otros.
La lógica del Evangelio es
revolucionaria en un mundo de consumismo y narcisismo. Porque sólo el grano de
trigo que cae en la tierra y muere no permanece solo, sino que produce mucho
fruto. «El que ama su vida, la pierde; y el que
odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna» (Jn 12,
25).
Publicado
originalmente en The Catholic World Report
Traducido
para InfoCatólica por Ana María Rodríguez
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