Era médico y madre soltera que no abortó;
escuelas católicas apostaron por su método.
Una escena de la película italiana de 2007 sobre
María Montessori, la gran pedagoga católica cuya metodología siguen aplicando
muchas escuelas.
María
Montessori (1870-1952) fue mujer
trabajadora, pionera feminista, científica y católica convencida. Fue
nominada hasta tres veces para el Premio Nobel de la Paz (1949, 1950 y 1951) y
fue también la primera italiana en
licenciarse en medicina, en 1896, aún en el siglo XIX.
Se la
considera la madre de la pedagogía científica, creadora del internacionalmente
conocido como Método Montessori,
vigente hasta nuestros días. Probablemente es desconocida para muchos católicos
españoles. En España se ha hablado mucho de la renovación pedagógica de la
Institución Libre de Enseñanza en el primer tercio del siglo XX, pero en esa misma época también se difundió la
metodología renovadora de esta pedagoga católica.
CRIADA
EN UNA FAMILIA CATÓLICA PRACTICANTE
Se crió
en una familia católica practicante, lo que algunos llaman familia tradicional.
A los 28
años, en 1898, dio a luz a su único hijo, Mario. Era fruto de una relación
fuera del matrimonio. Ella ya era médica
y podría haber conseguido un aborto, pero apostó por la vida. El niño lo
crió la familia del padre del bebé: hasta los 15
años el chico no supo quién era su madre. Luego su hijo sería un gran divulgador y colaborador de su madre y del
método Montessori.
Desde
joven, María Montessori se
interesó por la investigación psiquiátrica aplicada a los niños deficientes
mentales con dificultades de aprendizaje. Sus observaciones científicas
la llevaron a descubrir la capacidad que tienen los niños para absorber (casi
sin esfuerzo) conocimientos de sus alrededores, así como el interés que éstos
tienen por materiales manipulables.
De este modo descubrió lo que los niños hacían "naturalmente",
es decir, por sí mismos, sin ayuda de los adultos: aprender.
María
Montessori ya de edad madura, murió con 82 años
La
experiencia educativa montessoriana empezó a materializarse el 6 de enero de 1907 con la inauguración de la primera «Casa dei Bambini».
En 1911
dejó la medicina, y un más que cómodo y relevante futuro, para dedicarse enteramente a la pedagogía, peor
considerada y menos remunerada. Poco después nacería su método, el
denominado Método Montessori, que fusiona conocimientos científicos
(médico-fisiológicos, neurológicos, antropológicos) con observaciones en los
niños, prácticas anteriores (se desarrolló con la experimentación del
material), preocupación social, ideales
feministas, demandas religiosas y fuerte espiritualidad.
Así,
desarrolló una metodología con la cual les enseñó a leer y a escribir, y con el
mismo sistema comenzó a educar a niños normales, consiguiendo que leyesen, escribieran, sumaran, etc., a edad mucho más
temprana de lo habitual. El Método Montessori sería mundialmente
conocido y ha llegado hasta nuestros días: no hay más que entrar en tiendas
educativas de la red y poner Montessori para ver a la venta elementos de
aprendizaje por ella ideados.
RENOVADORES
CATÓLICOS ATRAÍDOS POR EL MÉTODO MONTESSORI
Su
actividad encontró pronto apoyo de católicos con impulso e iniciativa como el
sacerdote Giovanni Semeria o
las Franciscanas Misioneras de María.
Mientras en Italia el método renovador
de Montessori atraía a muchos pedagogos católicos, en la España de los
años 30 se expulsaba a los jesuitas y se hostigaba al máximo a las
escuelas católicas.
Montessori
también reelaboró la clasificación de discapacidad mental de la época en su
obra «Normas para una clasificación de los
deficientes en relación con los métodos especiales de educación», que
presentaría en el II Congreso Pedagógico Italiano. Dijo, sobre el tema: «Falta la
educación sentimental que, basada en la educación religiosa, podría servir de
estímulo, de freno y de guía precisamente en las decisiones de la
voluntad».
Entre
1900 y 1906 dio clases de Antropología e Higiene en el «Istituto
Superiore di Magistero Femminile» de Roma. En aquellos años estaba
estudiando filosofía, pedagogía y antropología, se matriculaba, en 1903, en la
Facultad de Filosofía. El fruto más importante de este período de trabajo
científico fue Antropologia pegadogica, en la que se alejaba del materialismo.
Maria
Montessori, admiradora de León Tolstoi, tendía a unir cada vez más ciencia y
atención a la espiritualidad.
EL
CHOQUE CON LA FEMINISTA MOZZONI: MONTESSORI APUNTA A LA VIRGEN
Montessori,
interesada por la emancipación de la mujer, ya en 1896, participó en Berlín en
el primer Congreso del «International Council of
Women» sobre los derechos femeninos, con un notable éxito.
Una
década después, en 1906, se produjo una importante controversia entre
Montessori y la periodista, feminista y socialista Anna
Maria Mozzoni, que hablaba de la mujer como «Eva
moderna». Montessori oponía a esta figura la de la «maternidad social» de María de Nazaret. Ese mismo
año presentó, junto con Mozzoni, una
petición al Parlamento italiano para que aprobara el voto de las mujeres,
esto es, el sufragio femenino en las consultas electorales. (En 1919 el siervo de Dios y sacerdote Luigi Sturzo
incorporaba la petición en el programa electoral del Partido Popular italiano).
María Montessori pasó 10 años en la India, se lamentaba de que allí las
entidades católicas casi no usaban su método, mientras que sí lo hacían otras
religiones y corrientes.
RECONOCIMIENTO
MUNDIAL Y EXILIO
En 1913
viajó por primera vez a Estados Unidos, invitada entre otros por Alexander
Graham Bell –a quien se atribuya la invención del teléfono- y su esposa Mabel,
dando conferencias sobre su método e inaugurando la Asociación Educativa
Montessori. En 1917, en plena Monarquía Parlamentaria católica de Alfonso XIII,
el gobierno español la invitó a inaugurar un instituto de investigación.
En 1922
fue nombrada inspectora de escuelas en Italia, pero durante la Segunda Guerra
Mundial se exilió a España, Holanda e India –donde permaneció largos períodos
de tiempo invitada por importantes miembros de la Teosofía, para enseñar su
método- por su posición anti-fascista.
En 1951
se retiró como conferenciante y regresó a Italia tras 14 años de exilio para
reorganizar las escuelas e ingresar como docente a la Universidad de Roma.
Falleció en 1952 en Holanda, tras aportar al mundo de la pedagogía
un nuevo método y el material didáctico que todavía hoy es de gran ayuda en el
período de formación preescolar. En España, el pedagogo Víctor García de la Hoz
(1911-1998), que fue uno de los primeros miembros supernumerarios (es decir,
casados) del Opus Dei, aplicaría también principios de la
pedagogía personalizada de Montessori.
SUS
OBRAS FUNDAMENTALES
Su obra
fundamental —Il metodo della Pedagogia
Scientifica applicato all’educazione infantile nelle Case dei Bambini— se
publicó en 1909 y fue un éxito mundial notable y duradero. En 1910 y 1911
impartió su "Curso teórico-práctico" para
la educación infantil.
Pronto el
sacerdote franciscano Agostino Gemelli se
interesó por el método. Este antiguo socialista, que era médico y se había
convertido a la fe católica, da nombre hoy a la famosa Clínica
Gemelli de Roma. En aquella época, siendo ya sacerdote, buscó fondos de
familias adineradas para abrir escuelas montessorianas.
Gemelli alabó
así a la pedagoga: «En Italia, una mujer que había
estudiado medicina se ha consagrado después sobre todo a penetrar en el alma
del niño. Ha comprendido que educar realmente a un niño significa aceptarlo con
toda la riqueza ignorada de su alma, de su inteligencia, de su corazón;
cultivar, fomentar en él lo que la naturaleza le dio».
EL
MÉTODO MONTESSORI DESEMBARCA EN CATALUÑA, A TRAVÉS DE CLÉRIGOS
En 1909
el método comenzó a ser conocido fuera de Italia, concretamente en España. Ese
año lo intentó traer el vicentino (o paúl) español Antonio
Casulleras. Fue aplicado en la Casa de la
Maternidad y Expósitos de Les Corts, en Sarrià, donde era capellán el
padre Frederic Clascar (1873-1919), que lo
conoció por Casulleras.
MÁS
TARDE, MONTESSORI ESCRIBIÓ:
"Aunque estos padres no me
conocían y por tanto ignoraban que yo era católica, y aunque en mi libro
no hacía ninguna profesión de fe, les
pareció que mi método era sustancialmente católico. La humildad y
paciencia de la maestra, el hecho de valorar las acciones más que las palabras,
el ambiente sensorial como inicio de la vida psíquica, el silencio y el
recogimiento de los niños pequeños, la libertad del alma infantil para
perfeccionarse, la paciente atención a
la prevención y corrección de todo mal, o incluso simple error o tenue
imperfección, el control del error mediante el material de desarrollo y el respeto a la vida interior de los niños
manifestado en el culto a la caridad eran principios de pedagogía que le
parecían emanados e inspirados directamente del catolicismo".
En enero
de 1913, poco después de la muerte de su madre, Montessori
dirigió en Roma, en su casa, el primer curso internacional sobre su Método, que
marcó el nacimiento del movimiento
montessoriano. En 1913 María Montessori pronunció en Estados Unidos una
serie de conferencias, invitada por un famoso periodista. Este y otros actos
permitió que más tarde se fundara en Estados Unidos la «Montessori Educational Association», que contó
entre sus integrantes con Alexander Graham Bell, inventor del teléfono, y con
la participación de Thomas Edison (1847-1931).
Pronto
aparecieron las traducciones francesa (1912), alemana, polaca y rusa (1913),
japonesa, rumana, irlandesa, española, holandesa (1914-1915) y danesa (1917)… acabando
la obra presente en 58 países traducida a 36 lenguas.
Asimismo
se iban constituyendo asociaciones de educadores de orientación montessoriana,
entre las primeras, la «Montessori Society of
Scotland», la «British Montessori Society»
y la «American Montessori Society». En 1924,
con la ayuda del psicopatólogo holandés J. C. L.
Godefroy y de Géza Révész, se fundó
el periódico The Call of Education.
Psycho-Pedagogical Journal. International Organ of the Montessori Movement, con sedes en Ámsterdam y en París. En Italia se
creó en 1916 un «Comitato Nazionale Montessori» etc.
etc. etc.
MONTESSORI
EN BARCELONA
María
Montessori se estableció en España, donde promovió un Seminario de
Pedagogía. Estalló la Primera Guerra Mundial. Montessori recibió en 1918 la
bendición apostólica de Benedicto XV. En el período de entreguerras se
produjo la consolidación del movimiento internacional montessoriano, y Montessori decidió profundizar en la
aplicación de su método a la educación religiosa católica, experimentando en
Barcelona, en la «Escola Modelo Montessori», una educación integrada en la vida era la
liturgia, fruto de lo cual escribiría nada I
bambini viventi nella Chiesa (1922).
El
régimen fascista en Italia cerraría sus escuelas en su país. También serían
cerradas en la Alemania nacional-socialista de Hitler.
En España
publicó en 1934: Psico Aritmètica y Psico Geomètria [trad.
castellana: Psicoaritmética: la aritmética
desarrollada con arreglo a las directrices señaladas por la psicología
infantil, durante veinticinco años de experiencia, Barcelona,
Araluce, 1934; Psicogeometría, Barcelona, Araluce, 1934]. Pero las autoridades estatales republicanas no
mostraron ningún interés.
Al
comenzar la Guerra Civil española, Montessori se fue a Inglaterra. Siguieron
celebrándose anualmente los Congresos Internacionales Montessori. Luego se
trasladaría con su hijo a Holanda, donde se habían creado, desde 1923, más de
doscientas escuelas montessorianas, tanto laicas como católicas. Allí en
1937, María Montessori conoció a George Sydney
Arundale, presidente de la Sociedad Teosófica, que le informó del éxito
del montessorismo en la India. Fue allí, a sabiendas de Gandhi y de Tagore. Acabada
la guerra, Montessori regresó a Holanda en 1946, aunque volvió en varias
ocasiones a la India, Ceilán y Pakistán. Luego fue a Italia a reabrir las
escuelas Montessori. Su fama era enorme. Fue propuesta para el Premio Nobel de la Paz en 1949, 1950 y 1951 (en
1949 se recogieron en un volumen sus escritos sobre la educación para la paz). Con más de 80 años pronunció
conferencias en Noruega y en Suecia. Murió en 1952 en Holanda.
MONTESSORI
ESCRIBE SOBRE LA MISA
María
Montessori afirmaría en su La chiamata obra
pedagógica de carácter religioso: La Santa Misa no es solo un memorial. Así puede parecerle solo a quien no
penetra en los misterios. Entonces
sí, puede parecer un rito que se realiza para recordar a Jesucristo que está
muerto; desaparecido de la tierra como hombre vivo. Ese es el recuerdo: la imagen de Jesús crucificado es como un signo siempre
presente en el centro de la mesa: y alrededor arden cirios encendidos. Parece
justamente un piadoso recuerdo de su muerte.
Pero
no se trata de una cosa tan simple.
No asistimos a la misa tan solo para conmemorar la Pasión de Cristo y
realizar un acto piadoso, un deber perpetuo. Allí no hay muerte. Aquella muerte
es vida. En la misa se esconde un
misterio profundo: algo sobrenatural, sorprendente, ¡un milagro sin igual!
En cierto momento Jesús desciende vivo sobre el altar; es invisible, pero está
realmente presente: porque su cuerpo, su sangre, su divinidad se transforman en
el pan y en el vino. Viene por nosotros.
Cuando vamos a misa no vamos a conmemorar a Jesús: vamos a reunirnos con
él, ¡a recibirlo! Cristo está presente y vivo, y no nos abandonará nunca. Este
es nuestro consuelo, nuestra esperanza, incluso nuestra fe: este es el
milagroso misterio de la misa. No somos
huérfanos, no estamos solos sobre la tierra: Jesús nunca nos abandonó
cuando subió a los cielos; y lo dijo: «No os dejaré huérfanos».
Sí; al salir de la Santa Misa podemos gritar como la Magdalena
consolada: «¡Está vivo! ¡Le he hablado!».
MONTESSORI
Y SUS TEXTOS DE RELIGIÓN
Ella escribió un buen número de obras pedagógico religiosas como Dios
y el niño, La vita in Cristo, La tavola apparecchiata, Il
libro aperto, La guida, Le sette parole di Gesù
Crocifisso o La Santa Messa spiegata ai bambini, publicadas en los
años treinta. Dan suficiente noticia de la confesionalidad de su obra.
Montessori
en 1932 escribiría hablando de la adaptación católica de su obra a la infancia:
Todos nosotros tenemos dos grandes festividades al
año, Navidad y Pascua; estas festividades las reconocemos en nuestro corazón,
para honrarlas suspendemos toda actividad social; muchos las observan
religiosamente.
¿Qué nos recuerdan estas dos antiguas festividades? Nos recuerdan a una sola persona, cuya encarnación
y cuya misión social fueron no obstante distintas. En la historia de Jesús, el
período de la encarnación duró hasta la pubertad, esto es, hasta el momento en
que, a los 13 años aproximadamente, dijo a sus padres: «¿Por
qué me buscabais? ¿No sabíais que tenía que estar en la casa de mi Padre?». Durante
ese período su conducta fue la de un chico que no adquiere el conocimiento de
los sabios adultos, sino que, por el contrario, los maravilla y los confunde.
Solo más tarde comenzó la vida oculta del Hijo que obedece a sus padres, que
aprende el oficio de su padre y que se adapta a la sociedad en la que deberá
llevar a cabo su misión.
Montessori
vivió en la India de 1939 a 1949. En 1949 explicó que su método era de utilidad
contra «la oleada de materialismo que está
amenazando el mundo». Añadió: «Me entristece mucho que mi obra aquí en la
India esté en manos de hindúes, de teósofos y de musulmanes», indicando
que no encontraba en los católicos un seguimiento tan fuerte como en aquellos.
Alfonso V. Carrascosa / ReL
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