miércoles, 5 de diciembre de 2018

EL ADVIENTO NOS RELATA EL FINAL DE LOS TIEMPOS ¿QUÉ NOS DICE?


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El adviento pone énfasis en la segunda venida de Cristo, o sea la Parusía. Habla de un tiempo de espera con esperanza. Y si lo usamos inteligentemente, nos da pistas para discernir las señales para prepararnos para los últimos tiempos.
La Iglesia dice que habrá una Segunda Venida de Jesucristo para terminar una Gran Tribulación, que habrá puesto a la Iglesia inmersa en los dolores de la Pasión que sufrió Cristo.
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Luego de lo cual estará la Resurrección de los Muertos, el Juicio Final y la Renovación de toda la Creación.
Sin embargo, a veces se confunde
– la segunda venida Cristo
– con el juicio final.
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Por lo tanto deberíamos distinguir entre
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– la gran tribulación y el castigo,
– la segunda venida de Cristo y su reinado,
– y el fin del mundo y juicio final.

LO QUE NOS RECUERDA EL ADVIENTO
Es la “espera”, pero de alguien que ya ha comenzado la presencia entre nosotros, no de un extraño. Eso quiere decir parusía, “presencia”, “llegada”, es decir, presencia comenzada. Y antecedentes de esto es que en la antigüedad se usaba para designar la presencia de un rey o señor, o también del Dios al que se rinde culto y que entrega a sus fieles su parusía.

Es así como el Adviento entonces recuerda dos cosas:
– que la presencia de Dios en el mundo ya ha comenzado, y que él está presente a pesar que no resulta tan evidente a los ojos que no tienen fe;
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– y que la presencia de Dios está en proceso de crecimiento y maduración, está llegando
Los creyentes debemos de hacerlo presente en el mundo, porque es su voluntad.

CÓMO SE DESEMBOCA EN LA PARUSÍA O SEGUNDA VENIDA
Jesucristo habló en los evangelios de su segunda venida e indicó una serie de signos que marcarían ese momento.
En términos generales la humanidad sufrirá hambre, desastres naturales, pestilencias. Las naciones librarán guerras importantes. Vendrán falsos mesías que engañaran a las personas e incluso a los elegidos. La fe se enfriara y muchos abandonarán la fe y traicionarán a la Iglesia. San Pablo dice que ésta apostasía masiva será dirigida por el “hijo de la perdición”, o sea el anticristo, que está haciendo el trabajo de satanás. Este personaje se exaltara a sí mismo proponiéndose como objeto de adoración. Y utilizará el poder satánico para hacer señales y maravillas que seducirán a buena parte del pueblo de Dios. Será la pasión que sufrirá la Iglesia, del mismo modo que la sufrió Jesucristo. Pero cuando esté en su cúspide vendrá Jesús y lo destruirá con un soplo de su aliento, y su propia presencia lo aniquilara como dice 2 Tesalonicenses 2: 3-12. Este triunfo de Dios sobre la última exhalación del mal será el prolegómeno del juicio final. Nuestro Señor vendrá de repente como un rayo de un extremo al otro del cielo, como dice Lucas 17:24. Y San Pedro en 2 Pedro 3:10 dice que el día del señor vendrá como un ladrón y los cielos se desvanecerán serán destruidos por el fuego. De modo que en esta secuencia tenemos una última ofensiva del mal. Una gran apostasía qué incluye a toda la Iglesia que se produce alrededor de una gran tribulación. Y luego la venida de Jesucristo de repente y la derrota definitiva de satanás.
Con la Parusía concluye la Gran Tribulación y se puede decir que comienza el Reino de Cristo en la Tierra.
Debería verse la Gran Tribulación como la suprema batalla entre el bien y el mal, y en ese sentido, es la purificación que debe anteceder a la Parusía. Y por lo tanto supone el final de los tiempos actuales previo a que la naturaleza humana y la creación sean renovadas. Es lo que la Biblia nos enseña de la separación del trigo de la cizaña, y de alguna forma se restaura el designio original del Creador, y debe verse como la más grande manifestación de Dios en la historia. Según san Mateo sabemos que después de la Gran Tribulación y de la Parusía, la historia humana no se termina en esta Tierra, sino que continuará pero, de modo que Dios cambiará los tiempos actuales de pecado y desgracia, por tiempos de justicia y felicidad. (Ver Mateo 24:15)

CUALES SON LOS SIGNOS DE LA PARUSÍA SEGÚN LA BIBLIA
El Nuevo Testamento ofrece varias señales que indicarán la proximidad de la Parusía, o segunda venida de Cristo a la tierra. Los textos bíblicos en que se habla de la Parusía pertenecen al tipo literario llamado apocalíptico, que tienen la intención de captar la atención para que el lector se dé cuenta de la importancia de lo que se va a decir. Por eso se habla de catástrofes cósmicas, de persecuciones, destrucción, martirio y no necesariamente tiene la intención de plantear un orden cronológico ni de describir detalladamente lo que vendrá. Veamos los signos por los que sabemos que estaremos cerca de la parusía.

ENFRIAMIENTO DE LA FE
Este signo está en el evangelio de Lucas 18: 1-8, donde una viuda insistió con tal fuerza que el juez, que no temía a Dios, le concedió justicia para que dejara de molestarlo.
La parábola termina con las palabras de Jesús, “Os digo que os hará justicia pronto.
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Pero, cuando el Hijo del Hombre venga, ¿encontrará fe sobre la tierra?”.
El evangelista no dice cuándo va a suceder la venida de Cristo sino que resalta las dificultades para creer, porque la viuda es símbolo de los cristianos que tienen impaciencia y pérdida de fe porque no ven justicia en este mundo.

LA APARICIÓN DEL ANTICRISTO
El Anticristo en el Nuevo Testamento simboliza las fuerzas que históricamente se han opuesto al Evangelio y que existen desde el comienzo mismo de la Iglesia, tales como:
el judaísmo que operó la crucifixión del Señor,
– el imperio romano que persigue a los cristianos,
– los herejes que atacan a la Iglesia,
– los paganos que desestiman la fe cristiana
Y en la medida que todas estas cosas han estado desde el principio del cristianismo, es indicador de que ya ha empezado la Parusía, por eso hemos dicho que es un proceso de gradual aparición.

CONVERSIÓN DE LOS PUEBLOS PAGANOS Y DE ISRAEL
En el episodio de la Torre de Babel del Génesis 11, los hombres se llenaron de confusión hablando lenguas distintas como castigo a su soberbia.
Sin embargo, la confusión en el futuro será perdonada por la redención realizada por Jesucristo.
San Pablo escribió en Galatas 3,28: “Ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que sois uno en Cristo Jesús.

Cuando termine la distinción entre los paganos e israelitas, entre esclavos y libres, entre hombres y mujeres, terminará la confusión nacida del pecado, y la nueva era de la salvación ocurrirá porque todos estaremos unidos en Cristo. Esto también ya ha comenzado, porque desde el inicio de la Iglesia los paganos y judíos se han ido convirtiendo.

UN ÚLTIMO DESENCADENAMIENTO SIN PRECEDENTES DEL MAL
La Iglesia entrará en la gloria del reino sólo a través de esta última Pascua en la que seguirá a su Señor en su muerte y resurrección (Ap 19: 1-9)
El Reino no se realizará, pues, no por un triunfo histórico de la Iglesia a través de un ascenso progresivo, sino sólo por la victoria de Dios sobre el último desencadenamiento del mal (Ap 13: 1 ss; Ap 20: 7-9; Ap 21: 2-4). El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará la forma de Juicio final después de la sacudida cósmica de este mundo que pasa (CIC # 677) Este conflicto final y cósmico marcará el comienzo del gran triunfo y el Juicio Final. Este desencadenamiento de todo el poder del diablo en el final es misterioso y difícil de entender, pero está claramente establecido en la Escritura, tal vez como una prueba final para la Iglesia, tal vez como una demostración definitiva del poder de Dios. El aumento increíble del mal es algo que también está presente en estos momentos.

DISTINCIÓN ENTRE PARUSÍA Y FINAL DE LOS TIEMPOS
En este punto vemos varios términos que se entremezclan: parusía, fin del mundo, día del Señor, juicio de las naciones apostatas, juicio universal. La Parusía es una intervención de Dios en la Tierra para poner orden en un lugar donde triunfa. Ya sucedió en tiempos del diluvio y también pasó cuando Dios separó su verdadero Israel, la Iglesia Católica, del Israel pervertido. Los biblistas dicen que Jesús mezcla la profecía sobre la destrucción de Jerusalén con los castigos que se abatirán sobre la tierra cuando la Parusía, o sea la gran tribulación. Previo a la Parusía todos los hombres de buena voluntad se convertirán, y luego también los judíos como nación, según San Pablo. Por esos debe verse como una clara señal del fin de los tiempos que se hayan reunido de nuevo en la tierra prometida, el Estado de Israel.
Pero hay que distinguir entre el juicio universal, absoluto y resolutorio, que se describe en el Apocalipsis 20, y San Mateo 25, que es una intervención de Dios entre los muertos en una tierra muerta, en vísperas de que desaparezca.
Veamos un resumen de lo que sucederá.

RESUMEN DE LO QUE SUCEDERÁN EN LA SEGUNDA VENIDA

LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS
Luego que Jesucristo instauró su reinado en la tierra derrotando definitivamente a satanás y sus huestes, vendrá la resurrección de los muertos.
En el Segundo Libro Sibilino 2:214-235, dice que los arcángeles romperán las puertas de la muerte y levantarán a todos. Incluso a aquellos que se ahogaron en el mar o a los que las bestias salvajes habían devorado. San Efrén dice que los ángeles y los arcángeles volarán delante del Señor gritando “levántate tú que duermes y aquí viene el novio”. Entonces las tumbas se abrirán y todos se levantarán contemplando la belleza del novio. San Pablo agrega en Filipenses 3:21 qué nuestros cuerpos se levantarán pero serán gloriosamente transformados. Y en 1 Corintios 15:42 dice que se levantará el cuerpo imperecedero qué sembraba la debilidad, para elevarse en poder. De modo que los muertos se levantarán y se unirán nuevamente sus cuerpos a sus almas.

¿Y para qué sucede esto?
Para que todos estemos presentes en nuestro propio juicio final.
EL JUICIO FINAL O UNIVERSAL
Después que todos estemos unidos a nuestros cuerpos vendrá el juicio general, final o universal.
Juan 5:29 dice que los que hicieron lo recto resucitaran para lo bueno y los que hicieron lo malo, se levantarán para ser condenados. Y en Mateo 25:31-32. Nuestro Señor dice qué el Hijo del Hombre vendrá escoltado por ángeles del cielo en su gloria. Se sentará en su trono real y todas las naciones se congregarán ante Él. Entonces procederá a separar a todos los humanos en dos grupos, como el pastor separa las ovejas de las cabras.
Cada persona tendrá que dar cuenta de su conducta y todo lo del alma de cada uno saldrá a la luz.
Se aclarará la respuesta que cada uno dio a la inspiración de la gracia de Dios. Y seremos juzgados por lo bien que hemos amado a Nuestro Señor, tomando en cuenta como dice Mateo 25:41 que “lo que hiciste por uno de mis hermanos más pequeños lo hiciste por mí”. Para aquellos que han muerto antes de ese momento y ya pasaron por el juicio particular, ese juicio será el que prevalecerá. Todos tendrán una vida eterna pero en diferentes lugares. Aquellos que rechazaron a Dios en su vida terrena y pecaron mortalmente, se condenaron al infierno por toda la eternidad, porque no han tenido remordimiento por el pecado ni buscaron el perdón. El Catecismo de la Iglesia Católica #678 dice que al rechazar la gracia en esta vida uno ya se juzga a sí mismo e incluso puede condenarse por toda la eternidad. Las almas de los justos entrarán en la gloria celestial y tendrán la visión beatífica permanente. Y quienes necesitan purificación la tendrán. Los Ángeles tendrán una actividad central en la ejecución de los mandatos de Cristo. Dice Mateo 14: 41-43 que el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles y ellos recogerán de su reino todas las causas del pecado de todos los malvados y las arrojarán al horno de fuego. Por el contrario los justos brillarán como el sol en el reino de Su Padre. San Cirilo de Jerusalén habla que los Ángeles se llevarán a los pecadores en cuerpo y alma a la vista de los ejércitos del cielo y no podrán escapar. Y Mateo 13:41-42 dice que todos los malvados serán arrojados al horno de fuego. San Efrén dice que los Ángeles conducirán a los elegidos al paraíso, llevando a las personas santas a la gloria a través de las nubes, para reunirse con Cristo. Orígenes habla que los Ángeles llevarán a los justos en sus hombros al lugar del santísimo.
EL NUEVO ORDENAMIENTO
Ya hemos visto entonces qué el Señor destruyó al último enemigo que es la muerte. Puso todas las cosas bajo sus pies. Después ejecuta el juicio separando la paja del trigo y asciende al lugar del santísimo junto a su Padre. Llevándose ahora a todos los miembros de su cuerpo unidos a Él. Vimos que serán los ángeles que trasladarán a los justos en sus hombros hacia la morada eterna hacia la visión beatífica.
Entonces se transformará toda la creación.
En romanos 8: 19-23 San Pablo dice que sabemos que toda la creación ha estado gimiendo en tribulaciones. Y que hemos estado esperando la adopción como hijos definitivos y la redención de nuestro cuerpo. Así la creación misma se liberará de la esclavitud de los pecados y todos obtendremos la gloriosa libertad de los Hijos de Dios.

El Apocalipsis 21:15 se describe esta nueva creación:
“Entonces vi un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían pasado y el mar ya no existía”.
También menciona qué la Nueva Jerusalén bajara del Cielo preparada como una novia ataviada para su marido. Y una voz que sale del Trono dirá “he aquí aquí la morada de Dios está con los hombres”. Entonces Dios morará con los hombres y ellos serán su pueblo. Dios enjugara las lágrimas de sus ojos y ya no habrá muerte ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas pasaron.

“He aquí todo lo hago nuevo”.

El cardenal Danielou en su libro sobre los ángeles que participaron de todo esto, dice que ese día la alegría de los amigos del novio, o sea los Ángeles, estará completa. Dice que han llevado el paraíso a las almas de los justos que les fueron confiadas y habían vigilado sus restos mortales. Y ahora los conducen a la casa del Padre para la fiesta de bodas eterna. Agrega 1 Tesalonicenses  4:17 que así estaremos siempre con el Señor. Y ahora la pregunta del millón ¿Qué tan lejos estamos de esto?

¿ENTONCES QUE ES LA PARUSÍA?
Es el punto culminante de toda la historia humana que se relata en el Apocalipsis y que se describe de diversas maneras en la apariciones dela Medalla Milagrosa, Fátima y ahora Medjugorge. Aquí vemos la lucha directa entre dos protagonistas: Cristo y el Anticristo, con el triunfo de Cristo y el restablecimiento del orden en la Tierra y en la humanidad. Se trata de la Redención aplicada a la  vida social, política y biológica en toda la faz de la tierra.
Hoy hay una confusión sobre la segunda venida de Cristo en su condición de Rey en la Tierra.
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Y se lo confunde con la vida en el Cielo.
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Pero no es así, existe la promesa de un reinado físico de Cristo en la Tierra, mucho antes del Juicio Final.
Jesucristo volverá para reinar en la Tierra renovada luego de haber derrotado al maligno, quien nos había sometido durante los la Gran Tribulación. Después del reinado de Cristo, vendrá el Juicio Universal y el fin del mundo.

Fuentes:
Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María

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