jueves, 9 de agosto de 2018

UNAS LÍNEAS SOBRE RUSIA


La Iglesia Ortodoxa Rusa ha experimentado un auge verdaderamente asombroso del que me alegro con todo mi corazón. Pero debe constar que el proceso de secularización de la mentalidad también va penetrando allí, lentamente, aunque sea en un grado pequeño: las películas, las novelas, el pensamiento de los jóvenes; no viven aislados en una burbuja.

Aunque, justo es decirlo, que eso está contrarrestado con una fuerte presencia de la Iglesia Rusa en los medios de comunicación acompañada esa presencia de un fuerte y sincero apoyo a la fe cristiana por parte de la población. Pero albergo el temor de que la actual situación de Rusia en lo religioso (como la de España en la década de los 60) pueda cambiar radicalmente en veinte años, como ya sucedió en Bélgica o en Irlanda. Si algo ha demostrado el siglo XX, es que este tipo de fortalezas han caído en un plazo de veinte años.

Rusia es el país cristiano del mundo donde la secularización generalizada que los demás padecemos se encuentra estancada y contenida. Putin ha tenido aspectos no tan “positivos”, pero, en este campo, sí que ha ejercido una óptima influencia sobre su nación. Las decisiones de Putin han supuesto una contención de esa secularización y eso hay que reconocérselo sin ambages. Eso se le debe a Putin y solo a Putin. Para que veamos, una vez más, la influencia tan grande que puede tener una sola persona sobre toda una nación.

P. FORTEA

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