Cambiaron la sala de espera de un hospital o una clínica por un
consultorio esotérico. El olor a incienso penetra la nariz de cualquiera. Ya no hay revistas
para leer mientras llega el turno; estatuillas de santos es lo único que
acompaña a los enfermos. Lo cuenta Osman Rojas, redactor del diario venezolano La Prensa.
“El
brujo es bueno”, repiten quienes esperan intentando fortalecer su fe y borrar el miedo. “Yo vengo es por salud”, argumentan otros con algo de cautela. Las horas
pasan y el consultorio no se vacía. Gente entra y sale con dinero en efectivo,
tabaco, flores, collares, velones y frascos de vidrio.
Las consultas están al tope,
son las 12 del mediodía y hay siete personas todavía esperando. Éste es el
escenario común de los consultorios
esotéricos que han incrementado sus consultas, al parecer, por la crisis.
La falta de medicamentos en las farmacias, el costo de una consulta
especializada y las condiciones en las que se encuentran los hospitales han
impulsado a las personas a buscar otras alternativas
para curarse.
CAMBIO DE QUIMIOTERAPIA POR “BAÑOS”
Consultorios que parecían
olvidados han resurgido. Desde la calle 31, hasta la 34 hay unos 20
establecimientos que prestan su servicio a cambio de 10.000 bolívares (cerca de
un euro) y ofrendas que van desde una caja de tabaco hasta una botella de
alcohol.
“Con 20.000 bolívares uno paga la consulta y se
compra los remedios”, comenta una señora de 75 años que asegura haber superado el cáncer
gracias a un espiritista. “Me invocaron a la corte médica y me dieron 15 baños, esa fue mi
quimioterapia”, relata la señora,
quien es fiel a los consultorios espiritistas y ha transmitido esa fe a sus
hijos y nietos.
“Traje al niño (su nieto) porque tiene
hepatitis. Ayer mandamos el orine para que el brujo descartara el mal de
ojo y hoy vengo por el récipe”, dice mientras sonríe con dejo de orgullo.
Los brujos no sólo curan
enfermedades, sino también males como el de amor o el de San Vito. La única
condición de los espiritistas es tener fe y cumplir con los tratamientos al pie
de la letra. “Los
brujos curan todo menos el sida”, sentencia
la señora Cecilia, yerbatera en el centro de Barquisimeto. La mujer dice que ha
visto enfermedades de todo tipo y asegura que para todas hay remedios.
ORACIONES, RITUALES Y HIERBAS
Con la condición de respetar
el salón, La Prensa pudo ingresar en una consulta. El chequeo empieza
con una serie de preguntas mientras un tabaco se consume. El espiritista hace
esto para descartar que el enfermo tenga un “trabajo”
montado.
Luego la persona es sentada en
medio del salón. Un altar de santos
está a la espalda del enfermo y el espiritista pide permiso para invocar la sanación.
Una plegaria es elevada y el enfermo es levantado por el brujo. Esto tarda unos
siete minutos.
Después del ritual, el
curandero manda al paciente a comprar hierbas para hervir y tomarlas como agua
durante una semana. Antes de salir el brujo ofrece al paciente dos frascos con
baños naturales y lo cita en siete días para ver su evolución.
EL CALLEJÓN DE LOS BRUJOS
Una calle sin salida de la
favela de Petare, en Caracas, Venezuela, acoge cada día a decenas de enfermos
que buscan en consultorios espirituales
curar los males que no pudieron atender en el sistema de salud del país,
afectado por la escasez de medicamentos y una crisis económica generalizada. Lo
cuenta la agencia Efe.
Con el nombre popular de “el callejón de los brujos” esta suerte de vereda espiritual lleva cerca de
medio siglo operando en el híperpoblado municipio Sucre, en las entrañas de la
favela más grande de Latinoamérica, y atendiendo mensualmente a miles de
personas provenientes de toda la geografía de la nación petrolera.
Lugareños aseguraron a Efe que el
flujo de personas se mantiene aunque en ocasiones –como cada sábado– se dispara
debido, principalmente, a la creciente
demanda de consultas y operaciones espirituales para resolver problemas
de salud que fueron imposibles solventar con la medicina occidental.
Éste es el caso de la señora
Idolina, una pensionista de 69 años que reside en el noroeste de la capital
venezolana y que acude por estos días al centro espiritual Madre Érika –el más
grande de todos estos consultorios– para recibir tratamiento en su brazo
derecho, que debía operarse según indicación médica.
La caraqueña –que lleva 31
años visitando ocasionalmente el sitio– dijo a Efe que no tiene los 2.500.000 bolívares (unos 750
dólares de acuerdo con la tasa referencial oficial) que requiere para cubrir
los gastos quirúrgicos y, en cambio, celebra que por el equivalente a un dólar hoy en día está “curándose” y se siente “alentada”.
PRESCRIBEN TRATAMIENTOS Y
REALIZAN OPERACIONES
Así, un centenar de pacientes
espera cada día a las afueras del centro Madre Érika para que los “hermanos” revisen sus dolencias, elaboren un diagnóstico, les indiquen una dieta y los rituales a seguir para la curación o procedan a una “operación” si la consideran necesaria.
El “hermano
guayanés”, el único de los espiritistas del callejón que accedió a
conversar con Efe, explicó que estas intervenciones espirituales “se basan en equilibrar la
energía” del paciente pues, afirmó, “son alteraciones energéticas las que producen las enfermedades”.
“El
espíritu de ustedes (pacientes) da permiso para curar”, indicó tras
agradecer a “la divina providencia” por todas las “sanaciones” que ha logrado a lo largo de
41 años de “trabajo
espiritual”, los últimos al
frente del centro “Yaguarin” en Petare.
Hasta su consultorio llegó una
sexagenaria con la esperanza de que su hijo de 35 años, diagnosticado con
miopía desde la niñez, pueda recuperar la visión que perdió por completo hace
un mes tras “una subida de tensión”, o eso recuerda ella que le explicaron los
médicos en un hospital caraqueño.
La mujer, que prefirió no
identificarse, contó a Efe que espera
un “cupo” en el Hospital Clínico
Universitario para operar a su hijo sin costo alguno. Sin embargo, al recordar
que hay “mucha
gente esperando” en ese hospital
y que “no hay insumos (material médico)” duda sobre esta posibilidad, mientras su fe en el
“hermano guayanés”, que proyectó para
diciembre la recuperación de su hijo, se mantiene intacta.
“MEDICINA NATURAL”
Otros pacientes del callejón
insistieron –sin acceder a ser fotografiados– en el poder curativo de las intervenciones espirituales que por lo
general son acompañadas por pastillas de la “medicina
natural”, los habituales reposos postoperatorios y, eventualmente, de
algunos analgésicos regulares.
Por ejemplo, una docente del
estado Vargas –ubicado a casi 50 kilómetros de los consultorios– llegó hasta
esta vereda caraqueña para dar continuidad al tratamiento que viene siguiendo
desde hace varias semanas después de que la “operaran” del estómago, lo que, celebra, la ha mantenido “alentada”.
Ella y una octogenaria a su
lado, que dijo llevar “muchos años” tratándose en ese sitio y que ahora va por una
dolencia en las rodillas, festejan
haber encontrado “cura” después de haber sufrido “calvarios” en
búsqueda de fármacos que no encontraron en ninguna parte.
La Federación Farmacéutica de
Venezuela ubicó esta semana en 85 % la escasez de medicamentos en el país,
mientras que la Federación Médica mantiene su alerta sobre las condiciones “precarias” de los centros de salud que, según sus
cálculos, cuenta con menos del 10 % de las dosis regulares.
Entretanto, un ambulatorio de
la red gubernamental Barrio Adentro subyace casi desértico en el callejón de
los brujos donde el misticismo y la fe
siguen marcando la hora de miles de enfermos que incluso cuidan no
cruzarse de brazos pues, mientras están abiertos, hay más posibilidades de que
la anhelada cura llegue.
Secretaría RIES
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