lunes, 30 de abril de 2018

PAPA FRANCISCO: «NO TODO LO QUE ES TÉCNICAMENTE POSIBLE ES ÉTICAMENTE ACEPTABLE»



La ciencia tiene límites morales

El Papa recibió a los participantes en la IV Conferencia Internacional sobre Medicina Regenerativa organizado por el Pontificio Consejo de la Cultura. Recordó que la ciencia debe tener límites morales.
(Asia News) «No todo lo que es técnicamente posible o factible es, por esta razón, éticamente aceptable». La ciencia, como cualquier otra actividad humana, «sabe que tiene límites que se deben respetar por el bien de la humanidad misma, y ​​necesita un sentido de responsabilidad ética». Así lo aseguró el Papa durante una reunión con los participantes en la IV Conferencia Internacional sobre Medicina Regenerativa organizado por el Pontificio Consejo de la Cultura, en colaboración con la Cura FoundationSTOQ y Stem for Life Foundation, que tuvo lugar en el Vaticano del 26 al 28 de abril sobre el tema: «Unite To Cure A Global Health Care Initiative».
En su discurso, el Papa recordó el límite de lo éticamente aceptable en un contexto en el que «la Iglesia elogia todos los esfuerzos de investigación y aplicación dirigidos al cuidado de las personas que sufren». «La verdadera medida del progreso -añadió-, como recordaba el beato Pablo VI, es lo que apunta al bien de cada hombre y de todo ser humano (Véase la Carta Encíclica Populorum progressio, 14)».
Hablando de los temas de la conferencia, Francisco dijo que cada vez somos más conscientes del hecho de que muchos males podrían ser evitados si hubiera mayor atención al estilo de vida que asumimos y a la cultura que promovemos: 
Prevenir significa tener una mirada prudente hacia el ser humano y el ambiente en el que se vive. Significa pensar en una cultura de equilibrio en el cual todos los factores esenciales - educación, actividad física, dieta, protección del medio ambiente, cumplimiento de 'códigos de salud' resultantes de prácticas religiosas, diagnósticos tempranos y específicos, entre otros - pueden ayudar a vivir mejor y con menos riesgos para la salud. Esto es especialmente importante cuando pensamos en niños y jóvenes, que están cada vez más expuestos a los riesgos de enfermedades vinculadas a los cambios radicales de la civilización moderna. Basta con reflexionar sobre el impacto que el humo, el alcohol o las sustancias tóxicas liberadas en el aire, el agua y el suelo tienen sobre la salud humana (véase la Carta Encíclica Laudato si ', 20). Un alto porcentaje de cánceres y otros problemas de salud en adultos se pueden prevenir a través de medidas preventivas tomadas durante la infancia. Esto, sin embargo, requiere una acción global y constante que no se puede delegar en instituciones sociales y gubernamentales, sino que exige el compromiso de cada uno. Por lo tanto, existe una necesidad urgente de difundir una mayor sensibilidad entre todos para una cultura de prevención como primer paso hacia la tutela de la salud.
Si queremos preparar el futuro asegurando el bien de cada persona humana, debemos actuar con mayor sensibilidad cuanto más poderosos se vuelven los medios a nuestra disposición. Esta es nuestra responsabilidad hacia el otro y con todos los seres vivos. De hecho, es necesario reflexionar sobre la salud humana en un contexto más amplio, considerándola no sólo en relación con la investigación científica sino también a nuestra capacidad de preservar y tutelar el ambiente y la exigencia de pensar en todos, especialmente en quienes viven dificultades sociales y culturales que los hacen precarios.
Pensar en el futuro significa, por lo tanto, significa seguir el camino marcado por dos movimientos: el primero, basado en la reflexión interdisciplinar abierta que involucre a expertos e instituciones y permita el intercambio reciproco de conocimientos; el segundo, constituido por acciones concretas en favor de quien sufre. Ambos movimientos requieren la convergencia de esfuerzos e ideas capaces de involucrar a representantes de diversas comunidades: científicos y médicos, pacientes, familias, académicos de ética y cultura, líderes religiosos, filántropos, representantes de gobiernos y el mundo de los negocios. Estoy particularmente feliz de que este proceso ya esté en marcha, y que esta iniciativa idealmente une a muchos para el bien de todos.

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