Card. Poli: «Se abalanza sobre
los niños todo tipo de peligros»
Los católicos argentinos
comprometidos en la defensa del principal de los derechos, el de la vida,
participaron el lunes en una nueva edición del Rosario por la Vida.
(ACI Prensa) Con motivo de la solemnidad de
la Anunciación del Señor y en medio del
debate de la ley de aborto en Argentina, se realizó el pasado 9 de abril
una nueva edición del Rosario por la Vida.
Esta actividad nació en 2004 en Buenos Aires y consiste en el rezo del
Rosario y la celebración de la Eucaristía para pedir la especial protección de
la Virgen María para los niños que están por nacer.
Este año la actividad tomó
fuerza en decenas de diócesis del país a raíz del debate de la ley de aborto
que se comenzó a discutir en el Parlamento.
El Arzobispo de Buenos Aires y
Primado de la Argentina, Cardenal Mario
Aurelio Poli, presidió la Misa en la Catedral metropolitana y recordó
que «a partir del embarazo de María los cristianos entendemos que una mujer
embarazada se convierte en un santuario de la vida».
«Contemplando el misterio de la Anunciación confesamos que la vida es el
don más bello y verdadero que tenemos los humanos, pero además, es
sagrada. La vida es sagrada porque Dios la consideró digna de Su divinidad y la
eligió para hacerse presente y quedarse entre nosotros».
El purpurado recordó las
palabras del papa Francisco en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium,
donde señaló que el valor de la persona
humana «no es un asunto sujeto a supuestas reformas
o modernizaciones. No es progresista
pretender resolver los problemas eliminando una vida humana».
«Pero también es
verdad que hemos hecho poco para
acompañar adecuadamente a las mujeres que se encuentran en situaciones muy
duras, donde el aborto se les presenta como una rápida solución a sus
profundas angustias, particularmente cuando la vida que crece en ellas ha
surgido como producto de una violación o un contexto de extrema pobreza», señaló, citando al Papa.
El cardenal Poli agregó que «se abalanza
sobre los niños todo tipo de peligros. Nosotros debemos prestar nuestras
voces a sus causas, especialmente a los que no tienen voz para defenderse».
«Todos los niños del mundo son el objeto de
nuestro cuidado, porque sabemos que la vida de los niños corre peligro:
el trabajo infantil, el analfabetismo, la trata y prostitución, el matrimonio
infantil aún hoy en América», agregó.
Los cristianos «no podemos hacernos los
sordos a los gritos de los pequeños inocentes que no pueden ejercer su derecho
a la vida y quieren participar de lo que nosotros llamamos ‘fiesta
de la vida’, sobre todo después de la Pascua, porque la vida en términos
cristianos es eterna. Así nos regaló Dios en el bautismo este don», sostuvo.
«Mientras
defendemos la vida con todas nuestras fuerzas, con toda la sabiduría de la
Iglesia, no olvidar las obras de
misericordia: bajar a las manos lo que predicamos con la boca», concluyó el cardenal.
Ese día el Arzobispo de Buenos
Aires bendijo a las madres embarazadas. Concluida la Misa, se rezó el Santo
Rosario con la presencia del Santísimo Sacramento.
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