martes, 6 de septiembre de 2016

TESTIMONIO DE QUIEN VIO SU “LIBRO DE LA VIDA”


Dios guarda en su memoria a cada uno de sus siervos leales.
Parece ser que el primer nombre que “anotó” en el libro de la vida fue el del fiel Abel.
Pero estar en el Libro de la Vida no significa que lo estaremos en el futuro. Por eso hay que obrar el bien y orar permanentemente para estar anotados.
En una ocasión en la que ciertos israelitas desobedecieron a Dios, él dijo: “Al que haya pecado contra mí, lo borraré de mi libro” (Éx. 32, 33). “En cambio, a todo el que permanezca fiel, no se le borrará del ‘rollo de la vida’” (Ap. 20, 12).
Muchos quienes tuvieron experiencias cercanas a la muerte, que fueron al Cielo y volvieron, informan que han visto pasar su vida en una pantalla, sus pecados y gracias; esto parecería ser parte del contenido del “Libro de la Vida” de que hablan las escrituras.
EL CONTENIDO DEL LIBRO DE LA VIDA 
Con frecuencia en la Sagrada Escritura se habla del Libro de la Vida, en el que estarían escritos los nombres de los salvados y no los de los condenados.
Cuando los 72 discípulos regresaron de la misión que Jesús les encomendó, llegaron felices porque los demonios se les sometían. Y Cristo les respondió: “No se alegren porque someten a los demonios; alégrense más bien porque sus nombres están escritos en el Cielo” (Lc. 10 , 20).
“El que venza vestirá de blanco. Nunca borraré su nombre del Libro de la Vida; más bien lo proclamaré delante de mi Padre y de sus Angeles” (Ap. 3, 5).
“Y todos la adoraron (a la Bestia), todos los habitantes de la tierra cuyo nombre no se halla escrito, desde el principio del mundo, en el Libro de Vida del Cordero sacrificado” (Ap. 13, 8).
“La bestia que has visto era y no es; va a subir del abismo, pero marcha a su perdición. Y los habitantes de la tierra cuyo nombre no está escrito en el Libro de la Vida, desde la creación del mundo, quedarán asombrados al ver que la bestia era, no es y desaparecerá pronto” (Ap. 17, 8).
“Todos los que no se hallaron escritos en el Libro de la Vida fueron arrojados al lago de fuego” (Ap. 20, 15).
“En la Jerusalén Celestial no entrará nada manchado. No, no entrarán los que cometen maldad y mentira, sino solamente los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero” (Ap. 21, 27).
“… Clemente y mis otros colaboradores, cuyos nombres están escritos en el Libro de la Vida” (Flp. 4, 3).
¿QUÉ SIGNIFICA ESTA MISTERIOSA EXPRESIÓN DE ESTAR ESCRITO EN EL CIELO O EN EL LIBRO DE LA VIDA?
En realidad, el Libro de la Vida coincide con la divina predestinación, tal como pre-existe eternamente en el conocimiento de Dios.
Dios conoce con exactitud y sin equivocarse cuántos y cuáles son los seres humanos que se salvarán y quiénes se condenarán.
Como hemos dicho, no por este conocimiento se condenan los que se condenan, sino porque así lo quisieron libremente.
Los nombres de los salvados quedan, por así decirlo, como impresos en el conocimiento divino.
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Ese conocimiento de Dios por el que firmemente conoce quiénes se salvarán se llama Libro de la Vida.
¿CÓMO PUEDE LA PREDESTINACIÓN CONCILIARSE CON LA LIBERTAD DEL LIBRE ALBEDRÍO?
La predestinación, que implica el Libro de la Vida,  es una doctrina de la Iglesia. Luego viene la pregunta obvia: ¿Cómo es posible el libre albedrío si Dios ha escogido a algunas personas para la salvación?
El conocimiento divino parece excluir la posibilidad de la libertad humana: ¿Cómo puedo realmente tener una opción si esa elección era conocida antes de la fundación del mundo?
Dado que el conocimiento divino es infalible, parece deducirse que mi aparente elección es inevitable. Parece que tengo que actuar de una determinada manera y tengo pocas opciones reales en la materia.
En última instancia, por supuesto, esto debe ser aceptado como uno de los grandes misterios de la fe.
Pero podemos alcanzar cierta comprensión limitada al recordar que el conocimiento del futuro, antes de que haya sucedido, es increíble para nosotros, sólo porque somos criaturas de duración determinada que viven en un mundo donde la causa precede cronológicamente al efecto.
Dios, por supuesto, no sólo está fuera de las limitaciones del espacio, sino también las del tiempo. Pasado, presente y futuro están presentes a Él todos a la vez en su inmediatez, como el catecismo enseña.
Pero la pregunta sigue en pie: ¿Cómo puede el plan de Dios para nosotros incluir nuestra respuesta libre (como el catecismo afirma explícitamente)?
Si realmente tenemos libre albedrío, ¿no hay la posibilidad de que ese plan pudiera ser rechazado? ¿En qué sentido, entonces, se puede haber realmente de un plan?
La respuesta descansa en la infinitud de Dios.
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Sólo un ser infinito en sí, que es Dios, puede prever el futuro y planificar los miles de millones que son salvos, sino también puede tener un tipo de conocimiento que incluye la respuesta verdaderamente libre de sus criaturas.
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Ante este misterio sólo podemos humillarnos en reflexión piadosa.
Es necesaria una aclaración también. La predestinación se refiere al plan de salvación para las personas de Dios.
La doble predestinación, por el contrario, es la creencia errónea de que Dios también elige activamente a las personas para la condenación.
La predestinación es una doctrina que se puede encontrar en la Biblia y es una enseñanza oficial de la Iglesia.
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La doble predestinación es una herejía condenada.

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Esa es una línea muy fina entre la ortodoxia y la herejía, pero que ocurre con muchos dogmas.
ALGUIEN QUE VIO EL LIBRO DE LA VIDA
Su nombre estaba escrito en “libros de la vida”, aseguró un hombre que tuvo una experiencia cercana a la muerte, y ellos contienen todo lo que una persona ha hecho y dicho (aunque, por supuesto, la confesión lava los pecados).
El testimonio que resumimos aquí es similar al que han experimentado otras personas que han vuelto.
Esta información se obtiene a partir del testimonio de un predicador cristiano llamado Richard Sigmund, quien escribió dos libros sobre su supuesta experiencia, Un lugar llamado Cielo y Mi tiempo en el cielo, que recibió muy buenas críticas, aunque debe entenderse que es denominacional (no católico) y que Sigmund, que murió en 2010, creía en el “rapto”.
Una vez más: toma lo que puede ser bueno y deje el resto. Aunque hay que admitir que hay católicos que le llevan a uno a pensar que lo peor del catolicismo son los católicos.
Lo estamos publicando porque sus descripciones son asombrosamente detalladas.
Sigmund, natural de Iowa, fue dado por muerto durante ocho horas (después de un brutal accidente de coche el 17 de octubre de 1974).
Alegó que durante ese período de inconsciencia se encontró con la revisión de la vida por medio de los ángeles.
Para los católicos que tienen dificultad para siquiera evaluar algo que dice un no católico, deben saber que dos católicos como Gloria Polo y Marino Restrepo pasaron por esa instancia de juicio. Ver el testimonio de Gloria Polo aquí.
Es un escenario muy similar a otros que durante tales experiencias vieron sus vidas como si fuera una “película” o un holograma, reviviendo cada momento. 
Esto es lo que algunos podrían llamar “juicio”.
“Me fue dado el entendimiento de que cuando nos arrepentimos, todo lo que se hizo mal o de naturaleza pecaminosa, es borrado de los libros de la eternidad“, ha aseverado.
Eso es correcto: “libros” en plural, hay una serie de libros acerca de cada persona, los más importantes de todos: Hechos. Pensamientos.
¿Somos los mismos en el interior que lo que proyectamos hacia el exterior?
La muerte del “yo” es importante para Dios, fue informado a Sigmund – una lección crucial en esta época de materialismo, orgullo y de la generación del mí.
“El da el gran premio a alguien que es absolutamente veraz, honesto totalmente, que reza antes de hacer cualquier decisión y se asegura de que todas sus decisiones son lo que Dios quiere que él haga”, aprendió Sigmund.
Los libros de la vida se encontraban en un enorme edificio con estanterías interminables, arcos amplios y libros de cinco metros de altura. Los nombres de los creyentes se inscriben en oro.
“Un ángel sacaba un libro con la mano izquierda y abría las gruesas páginas”, dijo Sigmund, quien más tarde llegó a ser conocido como un ministro ungido que clamaba hacer curaciones milagrosas.
“En cada página hay algo así como una pantalla de vídeo, excepto que las imágenes son tridimensionales. Las imágenes contienen la historia de la vida.
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Y los libros fueron escritos – la imagen creada – antes de nuestro tiempo.”
“Dios puede ir hacia adelante o hacia atrás en el tiempo. Él creó el tiempo, Él lo inventó. Dios establece nuestro mañana a causa de nuestras oraciones y a la búsqueda de Dios hoy”.
“Invariablemente, cuando estamos orando por el mañana, lo que va a pasar debajo de la línea, es porque Dios tiene una bendición para nosotros y el demonio quiere estropearlo o hacernos tropezar.
Cuando nos ponemos en oración, Dios nos permite entrar en nuestro mañana y tenderle una trampa al diablo, para asegurarnos de que nuestras bendiciones están ahí, justo a tiempo. Esto es algo que me fue dicho por el Señor, cuando yo estaba en el cielo.”
“Me dijeron que todos nuestros mañanas son ayeres de Dios.”
ORACIÓN A LAS LLAGAS DE JESÚS PARA ESTAR EN EL LIBRO DE LA VIDA
Aquel libro que vio San Juan en su Apocalipsis, cerrado con muchos sellos, me representa el libro de los predestinados sellado de tal suerte, que no admite vista, ni conocimiento, que no sea divino.
Por lo cual han temblado los Santos, pensando en este libro El Apóstol de las gentes, sin embargo de verse con un mundo convertido en la mano, se sentía palpitar el corazón: ( 1 Cor. 1) Ne cum aliis praedicavero, ipse reprobus efficiar.
Gracias aJesús, que nos abre en sus Llagas un libro tan sellado, y escondido: nos lo avisa el devotísimo Blosio, diciendo: Vulnera Salvatoris líber vitae. Las Llagas del Salvador son el libro de los predestinados.
¡Dichosos nosotros, si con la pluma de aquellos clavos ensangrentados fuéremos escritos en este libro!
Vamos, pues, delante de Cristo crucificado, y roguémosle entre suspiros, y lágrimas, que se digne escribirnos en aquel libro de vida, dándonos estas cinco gracias tan importantes, que pedimos por las cinco sagradas Llagas.
LLAGA DEL PIE IZQUIERDO
Perdón de los pecados
¿Cómo puedo yo tener atrevimiento para ser escrito en el libro de la vida, si tantas veces me he hecho reo de muerte, y de muerte eterna? Llamó Tertuliano al pecado: devoratorium salutis, exterminio, y ruina de la salud eterna.
¡O cuantas veces he arrojado yo mi salud eterna en las fauces, y garganta de este monstruo devorador! Ah, Dios mío, un perdón general de tantos pecados como he cometido; de los cuales me arrepiento, y me duelo, para ser escrito otra vez en el Catálogo de los predestinados.
No soy digno de perdón, sino de castigo, porque sobrado he abusado de vuestra bondad infinita; pero ¡oh clementísimo Padre, y Dios mio! (San Aug) Respice in Filio, quod, propitieris in servo. Mirad las Llagas de vuestro Hijo, y perdonaréis las culpas de vuestro siervo arrepentido.
LLAGA DEL PIE DERECHO
Fortaleza contra las tentaciones
¡Infeliz de mí! Del libro de la vida solo me puede borrar mi perversa voluntad. Reflexiona muy bien San Bernardo, que el Apóstol de las gentes, abrazándose con los pies de Cristo, desafía a todas las criaturas, á todas las calamidades, a todas las angustias, que prueben, si pueden, a separarse de Cristo, que no lo lograrán jamás: ¿Quis me separavit á charitate Christi?
Pero entre tantas criaturas como nombra, no cuenta a su propia voluntad, porque a esta sola temía: Sed non dicit seipsum.
Ea, Alma mía, toma el consejo de San Buenaventura; entra por las ventanas de estas Santas Llagas, y hallarás en ellas medicina conservativa, y preservativa para curar tu fragilidad, y para dar fortaleza a la debilidad de tu voluntad, para que no ofendas mas a este Dios, digno de ser amado sobre todas las cosas, y no ofendido: per vulnerum fenestras intra, et invenies medicinam conservativam.
LLAGA DE LA MANO IZQUIERDA
Rescate del infierno
Una y mil veces hubierais podido, piadoso Señor mío, precipitarme justamente en el Infierno, si así como yo lo he merecido, Vos lo hubierais querido: (San Chrys.) Juste, mi Domine, millies potuisses damnare, si voluises. Borrado ya por mil culpas del libro de la felicidad eterna, bien merecida me tenía una infelicidad eterna.
Debía en estas horas estar penando; pero vuestra misericordia me ha mantenido en pie para darme tiempo de llorar.
Si, Dios mío, lloro y lloraré mientras viva; y serán:  Lacrymae meae panes die, ac nocte. Malditos sean mis pecados, que me han acarreado la sentencia de la maldición eterna: Maledicti qui declinant a mandatis tuis. Pero más malditos; porque he disgustado, he amargado vuestro corazón. Este Infierno me atormenta más, que el infierno de penas.
LLAGA DE LA MANO DERECHA
Petición del Paraíso
Veo a tantos Santos escritos en el libro de la vida y deseo leer en él mi nombre; pero me responde San Crisóstomo: ¡Vae vobis, qui Sanctorum gloriam appetitis, nec eorum labores suscipitis! ¡Ay de vosotros que queréis reinar con los Santos, pero no queréis trabajar como ellos!
Ah, Señor mío, que yo no solo no he trabajado como los santos, para salvarme; sino que he trabajado con los malos para condenarme: Lassati sumus in via iniquitatis.
¡O bellas puertas del Cielo, con cuánta razón os deberíais cerrar para mí con el necio vos de los prescritos! Pero esta Llaga, que llueve misericordia, no lo permite.
Si, amado Señor mío, usad conmigo de vuestra magnificencia, dando el Paraíso a quien os ofendió; y para darme el Paraíso, dadme el perdón de mis pecados, para que estos en la muerte no me impidan el vuelo hacia aquella bienaventurada Patria.
LLAGA DEL COSTADO
El Santo Amor
Considera, Alma mía, que el amor que has tenido al Mundo, a la sensualidad, y a las criaturas, te ha quitado a Dios del corazón, y a ti te ha apartado del corazón de Dios, y de su libro de la vida: vuelve, al amor, y volverás al libro de los hijos de Dios. Y si te resuelves a amar de veras, lograrás el perdón de lo poco que te has cuidado de amar a quien tanto te amó: esto te dice San Agustín: ¿Absolvis vis? Ama.
¡Oh hermosa llaga del corazón de Jesús, Palacio Real de amor! Enciende mi frialdad, y destruye mi ingratitud. Llama divina, que ardes en esta Llaga, llega a esta mi Alma, y abrasa, y consume cuanto hay en ella de tierra, cuánto hay de Mundo; y reine solamente en ella el amor de Jesús y de María. No quiero otra cosa, ni deseo más.
Fuentes:

Foros de la Virgen María

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