VATICANO, 07 Sep. 16 / 08:04 pm (ACI).- El sacerdote, escritor y
funcionario de la Secretaría de Estado del Vaticano, Mons. Florian Kolfhaus,
escribió un comentario sobre la “mística” de
Santa Teresa de
Calcuta, a quien llamó “El ángel de los
pobres en el Monte de los Olivos”.
Aquí el resumen de su columna publicada
originalmente en CNA Deutsche:
Santa Teresa de Calcuta es un ícono del Año de la Misericordia. Como
enfermera conoció el sufrimiento físico y emocional de las personas, y es
respetada por su servicio desinteresado entre los enfermos y abandonados.
Madre Teresa
nunca quiso ser más que ningún trabajador social o filántropo, ella solo quería
servir a Cristo. Entendió que Jesús se encuentra en el más pobre entre los
pobres, que Él sufrió y continúa sufriendo de manera misteriosa en cada enfermo
y hambriento.
En el Monte de los Olivos y el Gólgota, Jesús tuvo a todos los hombres
del mundo de pie frente a sus ojos, no una masa anónima, sino a cada individuo
en particular. Y aunque Él, verdadero Dios y verdadero hombre, sufrió por los
pecados de la humanidad, fue consolado por cada oración piadosa, inclusive
aquellas que son recitadas 2.000 años después de su Pasión, Muerte y
Resurrección.
Las buenas obras que se estén realizando hoy en día, en aquel tiempo
fueron una gota de agua en sus labios resecos. Madre Teresa escuchó su grito “tengo sed” y le dio de beber al mostrar su amor
tierno por los necesitados. “Tengo sed” gritaba
Cristo, quien anhela el agua de nuestra devoción. Los Santos comprendieron que
el Señor se hizo mendigo sí mismo mendigo para que podamos aliviar en algo su
angustia.
La Madre Teresa supo tocar el cuerpo enfermo del mismo Cristo. Entendió
que lo cuidaba, vestía, alimentaba y confortaba. Reconoció que los cristianos
creemos en un Dios que tiene hambre y sed. Ella quiso, como "ángel de los pobres" confortar al Señor
en el Monte de los Olivos ante el sueño de sus amigos.
Las obras de misericordia de la Madre Teresa eran más que un compromiso
social. Practicaba el misticismo cristiano que en repetidas ocasiones significa
la conversión continua. Imitaba al Cristo que sale al encuentro de la
humanidad, pero también al que sufre; se encontraba con Él en el dolor y en la
carga del pecado sobre sí.
Más que seguir un modelo de conciencia social, la Madre Teresa tuvo un
profundo misticismo en Cristo. Su caridad y lo que enseñó acerca de Jesús es
verdadero, en el sentido de sufrir con él y aliviar su sufrimiento a través del
necesitado. Los numerosos admiradores de la Madre a menudo no saben de esta
misión espiritual, la cual fue la verdadera razón de todas sus obras de
caridad.
Pidamos a Santa Madre Teresa por nuestra salud espiritual para que
logremos “salir hacia fuera”, como expresó
en una ocasión el Papa Francisco, no sólo para los que están en necesidad de
consuelo, sino para darle de beber al mismo Jesús. Este es el más profundo misticismo
de la caridad: “el consuelo que proviene de Dios”.
Una paradoja difícil que tiene sus raíces en la encarnación del Hijo de
Dios. El Beato Francisco Martos –uno de los pastorcitos de Fátima– estaba
fascinado con el pensamiento de consolar a aquel Jesús oculto.
El mismo Señor le dice a Santa Margarita María de Alacoque acerca de su
anhelo de amorosa adoración: "Tengo sed, pero
una sed tan ardiente de ser amado por los hombres en el Santísimo Sacramento,
que esta sed me consume y no hallo a nadie que se esfuerce según mi deseo en
apagármela, correspondiendo de alguna manera a mi amor”.
Este amor también era una parte integral de la vida cotidiana de la Madre Teresa: al beber
de la copa al mismo Cristo en la Sagrada Eucaristía y en el cuidado devocional
de los enfermos.
La Madre Teresa nos enseña cómo podemos satisfacer la sed infinita de un
Dios que quiso morir en la cruz. Las muchas semanas y
meses que vivió sin consuelo espiritual; que tuvo que soportar y resistir como
Cristo en la cruz: "Dios mío, ¿Por qué me has
abandonado?". La enfermería, la Adoración Eucarística, resistir
mentalmente la soledad y el miedo. De esa forma la Santa de Calcuta dio de
beber a Cristo a través de la comprensión de la mística cristiana. Una y
otra vez la palabra "Tengo sed" aparece
en sus escritos y oraciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario