jueves, 7 de agosto de 2014

EL PAPA ANIMA A LOS JÓVENES A QUE NO PIERDAN EL TIEMPO CHATEANDO EN LA RED O CON LOS MÓVILES


En un encuentro realizado en la Plaza de San Pedro este martes 5 de agosto en el Vaticano con 50.000 monaguillos provenientes de Alemania, Austria y Suiza, el Papa Francisco explicó que Dios quiere personas que sean totalmente libres y que siempre hagan el bien, como lo hizo la Virgen María al aceptar el plan divino y ser la madre de Jesús.

Así lo indicó el Santo Padre en el encuentro con los monaguillos que participan de una peregrinación titulada “¡Libres! ¡Porque está permitido hacer una buena acción!”, inspirado en el Evangelio de San Mateo. Con ellos, indica Radio Vaticano, el Papa rezó las vísperas y les dirigió unas palabras en alemán.

“Las palabras de San Pablo que hemos apenas escuchado, tomadas de la Carta a los Gálatas, llaman nuestra atención. El tiempo se ha cumplido, dice Pablo. Ahora Dios realiza su obra decisiva. Aquello que Él ha querido decir a los hombres desde siempre –y lo ha hecho a través de las palabras de los profetas–, lo manifiesta con una señal evidente”.

El Papa Francisco resaltó luego que “Dios nos demuestra que Él es el Padre bueno. Y ¿cómo lo hace? Lo hace a través de la encarnación de su Hijo, que se vuelve como uno de nosotros. A través de este hombre concreto de nombre Jesús, podemos entender aquello que Dios pretende verdaderamente. Él quiere personas humanas libres que se sienten protegidas siempre como hijos de un Padre bueno”.

“Para realizar este plan Dios tiene solamente necesidad de una persona humana. Tiene necesidad de una mujer, una madre, que traiga al mundo al Hijo. Ella es la Virgen María, que honramos con esta celebración vespertina. María fue totalmente libre. En su libertad dijo ‘sí’. Ella hizo el bien para siempre. De esta manera sirvió a Dios y a los hombres. Imitemos su ejemplo, si queremos saber aquello que Dios se espera de nosotros sus hijos”.

Respondiendo luego a algunas preguntas de los presentes, el Papa alentó a organizarse de manera equilibrada y resaltó que “nuestra vida está hecha del tiempo y el tiempo es un don de Dios, por lo tanto es importante impregnarlo de acciones buenas y fructíferas”.

“Tal vez muchos muchachos y jóvenes pierden demasiadas horas en cosas inútiles: chatear en Internet o con los teléfonos, con las ‘telenovelas’, con los productos del progreso tecnológico que deberían simplificar y mejorar la calidad de vida, y que en cambio distraen la atención de aquello que es realmente importante”, alertó.

El Santo Padre exhortó luego a los jóvenes a hablar del amor de Jesús no solo en sus parroquias sino sobre todo fuera de ellas: "los jóvenes tienen un rol particular, hablar de Jesús a sus coetáneos, no solo en la parroquia, sobre todo a los de fuera. Con vuestro coraje, entusiasmo y espontaneidad, pueden llegar más fácilmente a la mente y corazón de quienes están alejados. Muchos chicos de su edad tienen una gran necesidad de oír que Jesús los ama y perdona".

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