domingo, 6 de julio de 2014

¿SI DIOS EXISTE POR QUÉ PERMITE EL MAL?


-Pero si Dios existe, ¿por qué permite que haya tanto mal?

Esa pregunta es casi obligada que surja en clase de religión, de la misma manera que surge de forma “natural” en cualquier ser humano ante el escándalo del mal en el el mundo. De hecho creo que no ha habido grupo al que haya dado clase en el que no me hayan planteado alguna vez la cuestión.

-Para serte sincero- respondo- esa pregunta no tiene una respuesta ni fácil ni definitiva. Ciertamente la presencia del mal en el mundo se nos presenta como un “misterio” o un escándalo, que contrasta con la existencia de Dios amor. Pero si quieres sí que podemos dar algunas claves que, sin que nos lleven a un entendimiento profundo al menos nos permitan acercarnos un poco.

Por muy banal o superficial que pueda ser en un principio, al menos en apariencia, la vida de un adolescente, no por ello deja de buscar respuestas a los grandes misterios de la vida aunque sea de forma ocasional. La atención del aula en momentos así suele ser grande, les interesa el tema.

§  Vamos a ver- prosigo- podríamos empezar planteando tu pregunta al revés.

§  ¿Cómo?

§  Pues por ejemplo, ¿cómo es que si Dios no existe, como dicen algunos, haya tanto bien?

§  ¿A qué te refieres?

§  Al amor, la amistad, la alegría, la belleza, la música... a personas como los misioneros o los voluntarios de las ONG´s que entregan su tiempo y su vida por los demás... a los padres que se esfuerzan y sacrifican no por ellos mismos si no por sacar a sus hijos adelante...

§  Pero todo eso podría darse con independencia de que Dios exista

§  Pero en ese caso estaríamos siendo injustos con Dios

§  ¿Por qué?

§  Pues porque le achacaríamos que no evitase el mal pero no le reconoceríamos que posibilitase el bien, ¿no te parece?

La reflexión no es banal, a fin de cuentas está en nuestra naturaleza tener más facilidad para la queja que para el agradecimiento, con los demás y con Dios mismo. La pregunta que lanzo se queda sin respuesta.

§  Pero entonces volvemos a lo de antes - comenta el alumno- si posibilita el bien, tal como dices, ¿por qué no impide el mal?

§  ¿A qué mal te refieres?

§  Pues a las guerras, los asesinatos, la violencia... a que unos tengan de sobra y otros no tengan ni lo más imprescindible...

§  Bueno, Dios en su creación ya ha hecho que muchas de sus creaturas queden libres de pecado y no cometan nada de eso

§  ¿Quiénes?

§  Los animales. Una leona no mata a la cebra por maldad, si no porque es su sustento, y si está saciada no la atacará. El toro no monta a la vaca por que sea un violador, si no porque responde a sus instintos de reproducirse. En el reino animal no existe la codicia, ni la avaricia...

§  ¿Y no podría hacer Dios que todo eso no se diese en los seres humanos?

§  Hipotéticamente podría, pero no creo que quieras que lo haga

§  ¿Por qué no voy a querer?- responde sorprendido.

§  Porque para ello lo que debería hacer es quitarte la razón y la libertad y convertirte en un animal que viva únicamente respondiendo a sus instintos. ¿Es eso lo que quieres?- La respuesta es tan obvia que no se produce.

§  Pero hay también otras cosas que, no sé cómo decirlo, te vienen sin motivo aparente.

§  ¿Cómo cuáles?-pregunto

§  Pues una enfermedad, la muerte de un niño o de un ser querido... yo supongo que esas cosas sí que las podría evitar Dios

§  Volvemos a lo mismo, hipotéticamente podría, aunque como bien dices este tipo de mal tiene un significado distinto. De hecho cuando te sucede a ti lo lógico es que te enfades con Dios y se lo eches en cara, y no hay nada malo en ello, ya que Él conoce nuestro corazón y lo comprende. Pero permíteme que te diga una cita muy dura de San Pablo, “todo sucede para el bien de los que aman a Dios”, ojo, y dice “todo”, no “casi todo”

§  Pero eso es una barbaridad...

§  Aparentemente sí, pero Dios nos llama a vivir en la gratitud siempre, tanto en los buenos momentos como en los malos. Seríamos unos fieles de pacotilla si solo alabásemos a Dios cuando las cosas nos van bien y lo dejásemos de lado cuando nos fuesen mal.

§  ¿Entonces eso qué significa, que es bueno sufrir?

§  No, sufrir por sufrir es malo, no tiene ningún sentido. Dios nos invita a que cuando tengamos un sufrimiento lo vivamos en la dimensión de la cruz- Eso les suena a chino, así que tengo que explicarlo con palabras más sencillas- Me refiero a que no podemos pretender una vida en la que todo nos salga a nuestro gusto, no conozcamos ni el esfuerzo ni el dolor o seamos ajenos cualquier sufrimiento. Necesitamos los acontecimientos buenos en nuestra vida para el disfrute y el agradecimiento, pero también los menos buenos por que nos ayudan a madurar, a ser solidarios con el sufrimiento del otro, a buscar un mundo mejor y más justo, a vencer nuestra soberbia... de hecho cuando Jesús habla a las gentes les dice que para ser discípulos suyos tienen que llevar consigo una cosa, ¿sabéis cual?

§  ¿La fé?

§  ¿El amor?

§  ¿La inteligencia?

§  No-respondo- Jesús dice que el que quiera ser su discípulo debe tomar su cruz, esto es, su sufrimiento, y seguirle. La cruz se convierte así en “gloriosa”, como se decía en la Iglesia primitiva, puerta de nuestra salvación, no por que sea un instrumento de sufrimiento, si no por que nos permite asociarnos a la muerte de Cristo y con Él a la resurrección y la gloria.

§  Ya, pero si un niño se queda sin madre... o ti se te muriera un hijo...

§  Evidentemente, el que la cruz sea gloriosa no significa que deje de ser cruz. Nadie dice “qué bien, se ha muerto mi padre”, bueno, quizá alguien lo dijera – a pesar de lo serio del tema el comentario provoca algunas risas- pero ante la muerte el cristiano tiene la certeza, o al menos la esperanza, de que esta vida es un mero trámite y que nuestro destino auténtico y definitivo es la vida eterna con Dios donde nos reuniremos de nuevo con nuestros seres queridos que hayan partido antes que nosotros.

La clase bulle, todos tienen mil preguntas que hacer e incluso se atropellan unos a otros. Tengo que frenar el tema.

§  Veréis, no tratéis de entender en un rato lo que ya os he dicho que es un gran misterio de fe. Dejad, si queréis, que el Señor vaya haciendo una historia con cada uno y ya os irá iluminando.

Sé que lo que pido es un imposible, un adolescente no tiene en su naturaleza los conceptos de espera y paciencia, pero qué le vamos a hacer... otro día más.

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