Aquel amigo le dijo que no se relacionaba con ciertas personas. Él buscaba las que pensaban y tenían ideologías semejantes.
El Anacoreta movió la cabeza y le dijo:
- Pues no sabes lo que te pierdes. Toda relación humana con cualquier persona puede convertirse en un lugar de formación. Si sólo nos relacionamos con los que piensan lo mismo que nosotros, nos enquistamos en nuestro pensamiento. Los otros siempre pueden enriquecernos y nos ayudan a avanzar y a tener otros puntos de vista...
Joan Josep Tamburini
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