El joven seguidor, al que le tocaba ese día presidir la oración, leyó para la meditación el texto del evangelio en que Jesús nos invita a "amar al prójimo como a nosotros mismos". Mientras desayunaban, el Anacoreta comentó:
- La mayoría de los comentarios que oigo o leo sobre amar al prójimo como a nosotros mismos, suelen referirse a que el otro tiene nuestros mismos derechos, y que debemos desear para él lo mismo que deseamos para nosotros. Yo creo que la frase es mucho más profunda. Amar al otro como a nosotros mismos es amarlo como formando parte de nosotros mismos. Es amarlo buscando la unidad, considerándolo parte de nuestro mismo ser.
Sonrió diciendo:
- Se lo oí comentar así a Raimon Panikkar y no lo he olvidado nunca más.
Joan Josep Tamburini
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