sábado, 12 de marzo de 2011

DOS TEMAS...




YO NO CREO EN LOS ATEOS

Ya es casualidad que Porthos y yo hayamos coincidido en el mismo tema en la misma semana, aunque, afortunadamente, en aspectos diferentes.

Si él comentaba el lunes sobre aquellos católicos que se enorgullecen de tener amigos ateos, yo hoy expondré por qué no creo en los ateos, o para ser más precisos, por qué no creo en su ateísmo. He de advertir que todo lo que diga a continuación se referirá a la mayoría de ateos porque esa es mi experiencia, pero seguro que alguna excepción habrá, especialmente en lo que se refiere a la segundo punto.

Dicho esto, no creo por tres razones.
En primer lugar, no creo en ellos porque la mayoría lo son por comodidad. Piensan que vivir sin Dios en más fácil que con Él y, por tanto, sencillamente, no creen”. Pero no han estudiado la cuestión seriamente (me da risa cuando alguno responde que fue a un colegio de curas). Si se les pregunta por sus motivos, dirán que la ciencia ha demostrado que Dios no existe (?), que las religiones son un mito (?), que la religión es un fenómeno ya superado (???)… o cualquier otra cosa que hayan oído por ahí, especialmente en la televisión. Pero pocos han dedicado el tiempo que merece a estudiar una cuestión tan trascendente; ni piensan hacerlo.

En segundo lugar, por su incansable empeño en desacreditar, incluso menospreciar, a los creyentes. Es como si les molestáramos, como si algo en sus conciencias les avisara de que somos un peligro o una amenaza. De ahí que los creyentes seamos pobres dogmáticos ignorantes, incapaces de razonar y necesitados de mitos donde agarrarnos para esconder nuestra inmadurez, mientras que ellos son reflexivas e inteligentes mentes, estandartes de la verdad, que devolverán al mundo la cordura perdida. Y yo me pregunto: ¿por qué esta manía contra la religión y los creyentes? Quizás sea lo del refrán de que muerto el perro, se acabó la rabia, que traducido a nuestro asunto viene a ser muerta la religión, se acabó el problema de conciencia”.

Y en tercer lugar, porque no creer en Dios por considerarlo innecesario, inexistente, etc., les lleva a creer en cualquier cosa por ridícula que sea. Porque si Dios no existe ¿cómo explican la existencia del universo? ¿O, más aún, la misma Existencia? Qué es más absurdo ¿creer en un Ser creador o en una creación autocreada”? ¿En un Ser que da comienzo a la historia o en una materia infinita? En definitiva lo de Chesterton, pero no insisto porque de esto ya hemos hablado en otras ocasiones. En resumen, no creo en los ateos. Y ellos, faltaría más, son libres de no creer en mí…
Aramis

PD: hay un cuarto motivo por el que no creo en los ateos: es llamativo cuántos de ellos empiezan a creer cuando se acerca su hora. Será que le ven las orejas al lobo y que más vale tomar precauciones. Por si acaso.



LOS HOMBRES NUNCA CAMINAN SOBRE LAS AGUAS

Uno de nuestros lectores, en un comentario a un artículo anterior, decía que los hombres no caminan sobre las aguas porque no pueden, ya que, quieran o no, han de someterse a las leyes de la naturaleza. El problema es que lo decía respecto de Jesucristo al que, según él, le habría ocurrido como a todo el mundo: se habría hundido en el agua. Y, sin negar la posibilidad de la divinidad de Cristo (menos mal), exigía otras evidencias puesto que el que anduviera por las aguas y demás milagros, no le parece una evidencia, sino un bulo.

Lo que este lector parece que ignora es que si alguien quiere razonar acerca de los milagros no puede rechazar lo sobrenatural de forma dogmática - porque eso es lo que hacen - con argumentos tan caseroscomo que es imposible, que un hombre no puede hacer eso, que va contra las leyes de la naturaleza, o cosas similares. Rechazar por decreto lo sobrenatural es adulterar interesadamente la cuestión porque no estamos estudiando algo del mundo natural. Estamos estudiando ¡si Cristo es Dios! Y si Cristo es Dios ¿no habrá hecho, o puede que haya hecho, cosas sobrenaturales?

¿Puede el Dios creador de la naturaleza, romper sus propias leyes y caminar si lo desea por el agua? ¿Puede curar a un ciego, a un paralítico o, lo que es más grande todavía, resucitar de entre los muertos?

Pero si era hombre ¡cómo va a ser Dios!”, dirán otros. Y yo respondo: ¿Acaso no puede Dios, si así lo desea, ser hombre y Dios a la vez?

Por tanto, si hablamos sobre la Divinidad, no es honrado negar la posibilidad de los milagros por ser algo que está fuera de la naturaleza. Porque, precisamente, la prueba de que Cristo es Dios es que hizo cosas sobrenaturales, o sea, milagros.

Un último apunte para los lectores católicos: antes de que salga alguno diciendo alguna tontería, recordaré lo que dice nuestra Santa Madre Iglesia al respecto: la Iglesia, sin ningún lugar a dudas, mantiene que Jesús hizo milagros, muchos milagros; es decir, los ciegos vieron, los cojos anduvieron, los leprosos se curaron… y, sobre todo, Cristo resucito. Y, además, anduvo sobre las aguas.
Aramis

PD: un problema de negar los milagros de antemano es que lleva a muchos a absurdos lamentables. Es típico el caso de los que afirman sin miramientos que Cristo en realidad estaba de pie encima de una madera y a los apóstoles, pescadores que eran, les pareció que andaba sobre el agua. ¿Alguno ha probado a mantenerse de pie en una madera en medio del mar?

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