miércoles, 3 de marzo de 2010

LA TEORÍA DE LA REENCARNACIÓN


La teoría de la reencarnación, se la debe revisar basado en ciertos principios y leyes naturales, para ver si es factible o no, si encaja en el orden natural de acuerdo a estas leyes o disiente.

Como los principios de autonomía y heteronomía, por ejemplo. La autonomía, el poder de tomar decisiones propias, los seres humanos somos los únicos que tenemos ese privilegio. La heteronomía, damos el ejemplo del reloj, este es heterónomo, funciona por un principio que le introdujo su creador, aunque parezca autónomo, no lo es, está programado.

Las entidades necesitan reencarnarse para continuar la evolución de las especies, suena muy auténtico y muy filosófico. Ahora ¿Evolucionar hacia donde? ¿Hay un final en el proceso evolutivo, un techo? En el hinduismo, cuando un individuo se conecta o alcanza el Brahma, o sea el perfeccionamiento del alma y se fusiona con éste estado supremo, obtiene la inmortalidad y no necesita renacer, es decir finaliza su reencarnación.

A la luz de esta creencia, la evolución se da hasta alcanzar un estado de perfeccionamiento. Las entidades humanas evolucionan de acuerdo a sus acciones desarrolladas por un control autónomo de sus acciones. Ahora, solamente los seres humanos tenemos éste privilegio de ejercer el principio de autonomía. Mientras que las demás existencias son heterónomas.

En el mundo mineral, el funcionamiento de las partículas, por ejemplo. Estas se unen para formar los átomos, éstos lo hacen para formar moléculas en una escala mayor y así sucesivamente. Aunque parezcan autónomos, son heterónomos, es decir funcionan por un principio incorporado, que la ciencia llama naturaleza directiva inherente. Este principio o ley, guía la función de la materia hasta las entidades mayores.

Las plantas y los animales también, aunque estos últimos aparentemente parecen ser autónomos, son en realidad heterónomos, ya que tiene acciones repetitivas de un sistema programado, aunque tengan más libertad de movimientos. Podemos observar que, a medida que los niveles que existen se van elevando, tienen mayor flexibilidad hasta llegar al género humano, que es el único ser con autonomía, para crecer y perfeccionarse por si solo.

Que entendemos por perfección, cumplir con la función de su existencia. En el caso de los vegetales, existen para purificar el aire a través del oxigeno que emanan sus hojas, dar frutos como alimentos, también hierbas medicinales, se multiplican para la extensión de la especie. Se utiliza su madera para la fabricación de muebles, entre otras funciones, etc. etc.

Ellos sin embargo - los vegetales - llegan a cumplir estás funciones automáticamente por una ley natural, no seleccionan sus acciones. En el caso de los animales también, aunque estos tienen más libertad de movimientos, pero no tienen conceptos de verdad o que hagan acciones solidarias de ayudar al prójimo, tampoco deben estudiar para aprender leyes principios o conductas de vida. Su funcionamiento son más mecánicos, son algunos ejemplos.

Si una entidad, por sus malas acciones debe reencarnarse en un vegetal, ¿cómo evoluciona después, si los vegetales son heterónomos? o sea que están programados. No tienen opción de realizar acciones caritativas para crecer o algo parecido. Las entidades permanecerán en ese estado vegetal y no habría alternativa de evolucionar a entidades superiores.

Además, no sería necesario para evolucionar, ya que ellos no lo necesitan, tiene un principio incorporado que automáticamente los lleva a perfeccionarse, o sea, cumplir con la función de su existencia. La teoría de la reencarnación no tendría ninguna finalidad o no encaja bajo el análisis de estos dos principios.

Los seres humanos, somos los únicos que ejercemos el principio de autonomía, privilegio que nos ha dotado el Creador. Sí, necesitamos de la realización de actos de bondad para poder crecer y evolucionar. Fuimos creados para perfeccionarnos y este principio lo tenemos impreso en nuestra conciencia; aun degradado moralmente el hombre busca mejorar todo lo que hace, incluso hasta los actos malos.

Somos conciente, que cuando morimos y vamos al mundo espiritual, lo hacemos sin alcanzar ese estado de perfección, entonces sentimos esa necesidad de continuar este proceso natural, porque está registrado en nuestro código genético, ya que fuimos creados con éste principio, pero ya no tenemos un cuerpo físico.

Somos conciente que perdemos el cuerpo físico, pero no hay un entendimiento claro de donde vamos o del mundo espiritual. Ahí surge la necesidad de recobrar un cuerpo, es ahí entonces, donde nace la idea de cómo recuperarlo, y aparece la teoría de renacer en otra entidad, la reencarnación, para la continuación de nuestra evolución. Parece muy lógica, pero cuando profundizamos el análisis, basado en principios y leyes naturales, vemos que no se ajusta o directamente no es factible.

Ahora surge otra pregunta ¿Es necesario reencarnarnos para continuar la evolución? ¿No podemos seguir creciendo en el mundo espiritual a través de continuar realizando buenas acciones allá y volver al mundo físico e inspirar a otras personas para resolver los asuntos pendiente aquí pendientes?

Como cuando estamos enfermos, postrados en una cama y necesitamos reconciliarnos con alguien, a quien hemos causado algún daño. Lo hacemos a través de otra persona, la enviamos a pedirle perdón, y cuando esta persona nos trae una respuesta positiva, nos sentimos aliviados porque hemos resuelto el conflicto, aunque haya sido a través de un tercero. Podemos de esa manera resolver cuestiones que hemos dejado pendiente usando el mismo principio, aunque en este caso influenciamos su conciencia, sea a través de una inspiración espiritual o telepatía.

También podemos adjudicar, el surgimiento de esta teoría reencarnativa, al deseo natural del hombre de vivir eternamente. Al ver que el cuerpo muere y al desconocer la existencia de un mundo trascendente, se debe crear una teoría para calmar esos deseos de eternidad. Ya hemos expresado la existencia del mundo espiritual, que es la tercera etapa de la vida humana, vivimos allí eternamente y seguimos creciendo sin necesidad de reencarnar.

Las religiones monoteístas de Medio Oriente, tiene bien en claro la continuación de nuestra vida en el mundo espiritual para siempre después de la muerte del cuerpo físico, ya que éste, está compuesto por materia que es temporal e intrascendente. Mientras que el mundo espiritual existe en una dimensión de energía eterna, trascendente. Por eso, ellas no creen en la reencarnación.

En el caso de las religiones de la India, ellos carecen de una teoría clara acerca del mundo espiritual, o sea a dónde van los espíritus de la personas cuando finalizan sus existencia terrenal. Sus creencias sobre el mundo espiritual no son tan claras como las religiones abrahamicas. Por eso, adoptan la teoría de la reencarnación, para ser coincidente con ese deseo natural de eternidad impreso en su naturaleza como seres humanos.

Los filósofos griegos, casi todos tienen criterios, que sin bien difieren en algunos aspectos, son coincidente en líneas generales respecto de la reencarnación. Sócrates, Platón, Heráclito, Pitágoras, entre otros creían en ella con una visión bastante similar. Aristóteles sin embargo, a diferencias de estos, no creía en la reencarnación.

Como vemos la teoría de la reencarnación la relacionamos con Dios y su amor. Dios es un Ser. Su aspecto más esencial Su amor, reúne también estas cuatro características: único, eterno, absoluto e incambiable. Nosotros, venidos de Dios como Su imagen, reflejando su naturaleza, tenemos incorporados en nuestro ser estos atributos, recuerden que Jesús dijo: No está escrito en su Ley: Yo he dicho que son dioses?” (Jn, 10:34).

Como hijos de Dios, tenemos un carácter único y eterno, una personalidad única y eterna, por lo tanto, esa es nuestra identidad, única, eterna, absoluta e incambiable. Si renacemos a través de otras entidades, perderíamos estos atributos genuinos de que nos ha dotado el Creador. No tendríamos una identidad única, eterna e incambiable. No seríamos absolutos, ya que en la primera de las reencarnaciones nomás, ya perderíamos éstas cuatros cualidades auténticas y genuinas y no reflejaríamos la imagen de Dios.

De igual manera acontecería con el amor, si vamos renaciendo a través de diferentes padres, no habría lugar para el amor eterno y único de nuestros padres. En cada reencarnación moriría el amor de los padres anteriores, y el amor de padre es el amor de Dios, que es nuestro Padre de amor eterno y único. Perderíamos el amor eterno de nuestros padres también y no reflejaríamos el amor de Dios.

Con nuestros hijos sucedería exactamente lo mismo. Si ellos renacen por otros padres, los perderíamos, nuestro amor de padres se terminaría y no sería eterno como el de Dios. No seríamos una fiel imagen del Creador. Esta es otra demostración, que con la reencarnación perderíamos los atributos más esenciales dado por Dios y que están instalados en nuestra naturaleza única para siempre, sin reflejar el amor eterno.

¿Por qué dijo Jesús entonces que somos dioses? Para reflejar sus características, debemos ser como Dios, únicos, absolutos, eternos e incambiables, no lo lograríamos si reencarnamos… perderíamos estas cualidades. No es así, si vamos al mundo espiritual donde viviremos eternamente. Ahí si, mantendremos nuestra identidad única, absoluta, eterna e incambiable y entonces si seremos como Dios reflejado su naturaleza.

En el caso de la familia es lo mismo si vamos saltando de entidades en entidades para evolucionar. Esto, sería lo más importante en la vida de los individuos y donde quedaría algo tan vital y de tal relevancia como la familia, núcleo básico y célula fundamental de la sociedad. Esta, es creada por Dios y debe reflejar su naturaleza de eternidad, no sucedería esto con la reencarnación, ya que se viviría cambiando de familia en cada renacimiento.

Con nuestra esposa por ejemplo, si somos como Dios macho y hembra, es decir, que ambos unidos en el matrimonio reflejamos la naturaleza eterna de Dios, para siempre. Pero, si vamos cambiando de esposa en esposa, cada vez que reencarnamos, no podríamos de esta manera reflejar la naturaleza eterna del Creador. Con cuál de las esposas reflejamos a Dios, y mi actual esposa, con quien de todos los maridos que tuvo reflejaría a Dios, todo es muy complicado, es prácticamente una ensalada, sin ánimo de ofender a nadie.

Otro argumento para el análisis que ofrece ésta teoría, es la afirmación que una vida es muy corta para evolucionar, por eso necesitamos de otra vida para seguir nuestra evolución, eso se ve muy lógico. Lo extraño de esto, es que no recordamos los hechos de nuestra vida anterior. Toda la información almacenada en la memoria, o sea la octava conciencia de acuerdo al pensamiento budista, se pierde al no tener una consistencia física, en el periodo después de la muerte y antes del nuevo renacimiento.

Ahora nos preguntamos ¿En qué nos beneficia entonces nuestra vida anterior y el crecimiento que allí hemos logrado - ya que son tan importantes los conocimientos y las experiencias anteriores para nuestro crecimiento evolutivo - si no las podemos aplicar en nuestras vidas? Todo es nuevo y debemos aprender de cero ¿Qué evolución obtendremos basados en las vidas anteriores, si la evolución, sólo se limitaría a la vida actual? Entonces ¿Qué sentido tiene reencarnarnos?

La teoría de la reencarnación no es compatible con la naturaleza única y eterna de Dios y Su amor absoluto e incambiable, ni con nuestra naturaleza, teniendo un espíritu único, eterno, absoluto e incambiable. Para ello Dios creó el mundo espiritual, lugar especial donde viviremos para siempre reflejando estos atributos sin necesidad de reencarnarnos en este mundo material y temporal. Si no alcanzamos un estado de perfeccionamiento aquí, seguimos creciendo allá, siguiendo el mismo principio de hacer buenas acciones.
Eduardo Corales

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo si creo en la reencarnación y la tengo bien asumida.
Que importa si tengo otros padres, los parentescos cambian con las otras vidas, estamos demasiado obsesionados con la forma o traje, lo único importante es reconocerse como alma y tando da si en otra vida la que fue tu madre en la próxima es tu hermana....
Hay que ir trascendiendo el hilo y soltase.
En cuanto a reencanarse como vegetaL o animal sucede a mi entender en muy raras ocasiones, pero cuando esto sucede se va transmutando hasta llega otra vez a ser humano. Del mineral al vegetal, del vegetal al animal, del animal al humano, del humano al reino de las almas. Cuando se llega a humano nornmalmente no hay marcha atrrás.
De lo que se sabe de los otros reinos de la naturaleza es todavía muy poco, veremos lo que descubre la ciéncia y quedaremos sorprendidos.


Grácias.

Hermano José dijo...

OLGA Y CARLOS... NO SÉ SI SERÁN CATÓLICOS O NO, PERO SI LO SON DEBEN SERLO A SU MANERA.

PRIMERAMENTE LA REENCARNACIÓN NO ES UNA CIENCIA SINO UNA CREENCIA Y ESPERAR QUE LA CIENCIA ACLARE EL TEMA ES IMPOSIBLE, PORQUE LA CIENCIA NO ENTRA EN EL CAMPO ESPIRITUAL.

SEGUNDO: SI JESUCRISTO HUBIESE CREIDO EN LA REENCARNACIÓN NO SE HUBIESE SACRIFICADO COMO LO HIZO POR NOSOTROS, SINO QUE HUBIESE ESPERADO MORIRSE COMO CUALQUIER MORTAL Y ESPERAR LA REENCARNACIÓN.

TERCERO: REBAJAR AL ALMA A SER REENCARNADO EN ANIMALES IRRACIONALES, FLORES O MINERALES ME PARECE UN DESPERDICIO.

BENDICIONES POR CASA