La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción sobre los moros en la famosa Batalla de Lepanto...
Por: Redacción | Fuente: Corazones.org
SANTO DOMINGO BUSCA LAS
OVEJAS PERDIDAS
La Madre de Dios, en persona, le enseñó a Sto. Domingo a rezar el
rosario en el año 1208 y le dijo que propagara esta devoción y la utilizara
como arma poderosa en contra de los enemigos de la Fe.
Domingo de Guzmán era un santo sacerdote español que fue al sur de Francia para
convertir a los que se habían apartado de la Iglesia por la herejía albingense.
Esta enseña que existen dos dioses, uno del bien y otro del mal. El bueno creó
todo lo espiritual. El malo, todo lo material. Como consecuencia, para los albingenses,
todo lo material es malo. El cuerpo es material; por tanto, el cuerpo es malo.
Jesús tuvo un cuerpo, por consiguiente, Jesús no es Dios.
También negaban los sacramentos y la verdad de que María es la Madre de Dios.
Se rehusaban a reconocer al Papa y establecieron sus propias normas y
creencias. Durante años los Papas enviaron sacerdotes celosos de la fe, que
trataron de convertirlos, pero sin mucho éxito. También habían factores
políticos envueltos.
Domingo trabajó por años en medio de estos desventurados. Por medio de su
predicación, sus oraciones y sacrificios, logró convertir a unos pocos. Pero,
muy a menudo, por temor a ser ridiculizados y a pasar trabajos, los convertidos
se daban por vencidos. Domingo dio inicio a una orden religiosa para las
mujeres jóvenes convertidas. Su convento se encontraba en Prouille, junto a una
capilla dedicada a la Santísima Virgen. Fue en esta capilla en donde Domingo le
suplicó a Nuestra Señora que lo ayudara, pues sentía que no estaba logrando
casi nada.
LA VIRGEN ACUDE EN AYUDA DE
SANTO DOMINGO DE GUZMÁN
La Virgen se le apareció en la capilla. En su mano sostenía un rosario y
le enseñó a Domingo a recitarlo. Dijo que lo predicara por todo el mundo,
prometiéndole que muchos pecadores se convertirían y obtendrían abundantes
gracias.
Domingo salió de allí lleno de celo, con el rosario en la mano. Efectivamente,
lo predicó, y con gran éxito porque muchos albingenses volvieron a la fe
católica.
Lamentablemente la situación entre albingences y cristianos estaba además
vinculada con la política, lo cual hizo que la cosa llegase a la guerra. Simón
de Montfort, el dirigente del ejército cristiano y a la vez amigo de Domingo,
hizo que éste enseñara a las tropas a rezar el rosario. Lo rezaron con gran
devoción antes de su batalla más importante en Muret. De Montfort consideró que
su victoria había sido un verdadero milagro y el resultado del rosario. Como
signo de gratitud, De Montfort construyó la primera capilla a Nuestra Señora
del Rosario.
LAS PROMESAS DE LA VIRGEN A
LOS QUE RECEN EL ROSARIO
Un creciente número de hombres se unió a la obra apostólica de Domingo y, con
la aprobación del Santo Padre, Domingo formó la Orden de Predicadores (mas
conocidos como Dominicos). Con gran celo predicaban, enseñaban y los frutos de
conversión crecían. A medida que la orden crecía, se extendieron a diferentes
países como misioneros para la gloria de Dios y de la Virgen.
El rosario se mantuvo como la oración predilecta durante casi dos siglos.
Cuando la devoción empezó a disminuir, la Virgen se apareció a Alano de la Rupe
y le dijo que reviviera dicha devoción. La Virgen le dijo también que se
necesitarían volúmenes inmensos para registrar todos los milagros logrados por
medio del rosario y reiteró las promesas dadas a Sto. Domingo referentes al
rosario.
PROMESAS DE NUESTRA SEÑORA,
REINA DEL ROSARIO, TOMADAS DE LOS ESCRITOS DEL BEATO ALANO:
1. Quien rece constantemente mi Rosario, recibirá cualquier gracia que me pida.
2. Prometo mi especialísima protección y grandes beneficios a los que
devotamente recen mi Rosario.
3. El Rosario es el escudo contra el infierno, destruye el vicio, libra de
los pecados y abate las herejías.
4. El Rosario hace germinar las virtudes para que las almas consigan la
misericordia divina. Sustituye en el corazón de los hombres el amor del mundo
con el amor de Dios y los eleva a desear las cosas celestiales y eternas.
5. El alma que se me encomiende por el Rosario no perecerá.
6. El que con devoción rece mi Rosario, considerando sus sagrados
misterios, no se verá oprimido por la desgracia, ni morirá de muerte
desgraciada, se convertirá si es pecador, perseverará en gracia si es justo y,
en todo caso será admitido a la vida eterna.
7. Los verdaderos devotos de mi Rosario no morirán sin los Sacramentos.
8. Todos los que rezan mi Rosario tendrán en vida y en muerte la luz y la
plenitud de la gracia y serán partícipes de los méritos bienaventurados.
9. Libraré bien pronto del Purgatorio a las almas devotas a mi Rosario.
10. Los hijos de mi Rosario gozarán en el cielo de una gloria singular.
11. Todo cuanto se pida por medio del Rosario se alcanzará prontamente.
12. Socorreré en sus necesidades a los que propaguen mi Rosario.
13. He solicitado a mi Hijo la gracia de que todos los cofrades y devotos
tengan en vida y en muerte como hermanos a todos los bienaventurados de la
corte celestial.
14. Los que rezan Rosario son todos hijos míos muy amados y hermanos de mi
Unigénito Jesús.
15. La devoción al Santo rosario es una señal manifiesta de predestinación
de gloria.
Europa y con ella toda la cristiandad estaba en grave peligro de extinción. Sabemos, por las promesas de Jesucristo, que eso no puede ocurrir pero, humanamente, no había solución para la amenaza del Islam. Los Musulmanes se proponían hacer desaparecer, a punta de espada, el cristianismo. Ya habían tomado Tierra Santa, Constantinopla, Grecia, Albania, África del Norte y España. En esas extensas regiones el cristianismo era perseguido, y muchos mártires derramaron su sangre, muchas diócesis desaparecieron completamente. Después de 700 años de lucha por la reconquista, España y Portugal pudieron librarse del dominio musulmán. Esa lucha comenzó a los pies de la Virgen de Covadonga y culminó con la conquista de Granada, cuando los reyes católicos, Fernando e Isabel, pudieron definitivamente expulsar a los moros de la península en el 1492. ¡La importancia de esta victoria es incalculable ya que en ese mismo año ocurre el descubrimiento de América y la fe se comienza a propagar en el nuevo continente!
LA BATALLA DE LEPANTO
En la época del Papa Pío V (1566 - 1572), los musulmanes controlaban el
Mar Mediterráneo y preparaban la invasión de la Europa cristiana. Los reyes
católicos de Europa estaban divididos y parecían no darse cuenta del peligro
inminente. El Papa pidió ayuda pero se le hizo poco caso. El 17 de septiembre
de 1569 pidió que se rezase el Santo Rosario. El 7 de octubre de 1571 se
encontraron las dos flotas en el Golfo de Corinto, cerca de la ciudad griega de
Lepanto. La flota cristiana, compuesta de soldados de los Estados Papales, de
Venecia, Génova y España y comandada por Don Juan de Austria entró en batalla
contra un enemigo muy superior en tamaño. Se jugaba el todo por el todo. Antes
del ataque, las tropas cristianas rezaron el santo rosario con devoción. La
batalla de Lepanto duró hasta altas horas de la tarde pero, al final, los
cristianos resultaron victoriosos.
En Roma, el Papa se hallaban recitando el rosario en tanto se había logrado la
decisiva y milagrosa victoria para los cristianos. El poder de los turcos en el
mar se había disuelto para siempre. El Papa salió de su capilla y, guiado por
una inspiración, anunció con mucha calma que la Santísima Virgen había otorgado
la victoria. Semanas más tarde llegó el mensaje de la victoria de parte de Don
Juan, quién. desde un principio, le atribuyó el triunfo de su flota a la
poderosa intercesión de Nuestra Señora del Rosario. Agradecido con Nuestra
Madre, el Papa Pío V instituyó la fiesta de Nuestra Señora de las Victorias y
agregó a las Letanía de la Santísima Virgen el título de "Auxilio de los Cristianos". Más
adelante, el Papa Gregorio III cambió la fiesta a la Nuestra Señora del
Rosario.
Los turcos seguían siendo poderosos en tierra y, en el siglo siguiente,
invadieron a Europa desde el Este y, después de tomar enormes territorios,
sitiaron a Viena, capital de Austria. Una vez más, las tropas enemigas eran muy
superiores. Si conquistaban la ciudad toda Europa se hacía muy vulnerable. El
emperador puso su esperanza en Nuestra Señora del Rosario. Hubo gran lucha y
derramamiento de sangre y la ciudad parecía perdida. El alivio llegó el día de
la fiesta del Santo Nombre de María, 12 de septiembre, de 1683, cuando el rey
de Polonia, conduciendo un ejército de rescate, derrotó a los turcos.
LA BATALLA DE TEMEVAR
Los turcos padecieron otra gran derrota en manos del Príncipe Eugenio de
Saboya, comandante de los ejércitos cristianos, en Temesvar (en la Rumania
moderna), el 5 de agosto de 1716, en aquel entonces era la fiesta de Nuestra
Señora de las Nieves. El Papa Clemente XI atribuyó esta victoria a la devoción
manifestada a Nuestra Señora del Rosario. En acción de gracias, mandó que la
fiesta del Santo Rosario fuera celebrada por la Iglesia universal.
EXCELENCIA DEL ROSARIO
A lo largo de los siglos los Papas han fomentado la pía devoción del
rezo del rosario y le han otorgado indulgencias.
Dijo Nuestro Señor: "Donde dos o
tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" (Mt
18:20). El rosario en familia es algo maravilloso. Es un modo práctico de
fortalecer la unidad de la vida familiar. Es una oración al alcance de todos.
Los Papas, especialmente los más recientes, han hecho gran énfasis sobre la
importancia del rosario en familia.
El Papa dominico, San Pío V (1566 - 1572) dio el encargo a su congregación de
propagar el santo rosario. Muchos Papas han sido grandes devotos del rosario y
lo han propagado con profunda convicción y confianza.
Su Santidad León XIII escribió doce encíclicas referentes al rosario. Insistió
en el rezo del rosario en familia, consagró el mes de octubre al rosario e
insertó el título de "Reina del Santísimo
Rosario" en la Letanía de la Virgen. Por todo esto mereció el
título de "El Papa del Rosario"
TODOS LOS PAPAS DEL SIGLO XX
HAN SIDO MUY DEVOTOS DEL SANTO ROSARIO.
Su Santidad Juan Pablo II nos insistía en el rezo del Santo Rosario.
Recen en familia, en grupos. Recen en privado. Inviten a todos a rezar. No
tengan miedo de compartir la fe. Nada mas importante. El mundo está en crisis.
Nuestras fuerzas humanas no son suficientes. La victoria vendrá una vez mas por
la Virgen María. Es la victoria de su Hijo, el Señor Rey del Universo: Jesucristo.
Un gran apóstol del rosario en familia es el Padre Patrick Peyton, quién llevó
a cabo los primeros planes para que se hiciera una cruzada a nivel mundial del
rosario en familia en el Holy Cross College, Washington D.C., en enero de 1942.
Hizo esta cruzada en acción de gracias a María Santísima por la restauración de
su salud. De una forma maravillosa la cruzada se propagó por todo el mundo con
el lema: "La familia que reza unida, permanece
unida".
RECOMENDADO POR LA VIRGEN EN
DIVERSAS APARICIONES
A la Virgen María le encanta el rosario. Es la oración de los sencillos
y de los grandes. Es tan simple, que está al alcance de todos; se puede rezar
en cualquier parte y a cualquier hora. El rosario honra a Dios y a la Santísima
Virgen de un modo especial. La Virgen llevaba un rosario en la mano cuando se
le apareció a Bernardita en Lourdes. Cuando se les apareció a los tres
pastorcitos en Fátima, también tenía un rosario. Fue en Fátima donde ella misma
se identificó con el título de "La Señora del
Rosario".
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