Celebramos a San Lucas. Hoy nos diría estemos seguros de que todo esfuerzo por transmitir la fe, tiene a Dios por garantía.
Por: P Juan Ferrán LC | Fuente: Catholic.net
La Iglesia celebra a san Lucas poniendo en la liturgia el pasaje de los setenta
y dos discípulos que salen a predicar la palabra de Dios. Lucas nos narra aquí
la alegre partida del primer grupo de predicadores de la historia cristiana.
Más adelante nos narrará, en los Hechos, los frutos imparables de esta primera
predicación.
¿Sabía san Lucas
que el Evangelio llegaría con la velocidad de un reguero de pólvora a todo el
mundo conocido? ¿Sabía que esa locura en la que él había creído conquistaría
miles de millones de vidas?
Sabemos, ciertamente que Lucas creyó, y creyó con tal fuerza que nos quiso
escribir los avances incontenibles de la fe por la que había apostado en la
vida y por la que había dado todo lo que tenía. Desde el cielo, Lucas nos mira
continuamente y -estoy seguro- arde en deseos de gritarnos que creamos, que
confiemos, que estemos seguros de que todo esfuerzo por transmitir la fe tiene
a Dios por garantía infalible y que, por lo tanto, dará su fruto. Pero sin
perder de vista que nuestra primera misión somos nosotros mismos.
Cristo, lo fundamental que hizo fue obedecer al Padre respecto a la voluntad
que Éste tenía para Él, y así consiguió para nosotros la salvación. Pues
nosotros, como empresa apostólica primera tenemos la salvación de nuestra alma,
y el cumplimiento de la Voluntad de Dios sobre nosotros. No suceda, como dice
san Pablo, que habiendo predicado a otros, yo vaya a ser reprobado.
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